La tía de la adolescente
denunció el presunto abuso sufrido por su sobrina. La policía y la
Justicia descubrieron al autor del aberrante delito. Y éste se
descerrajó un tiro en la cabeza.
El viernes, minutos después de las 19, se corrió el velo de
una sórdida historia de abusos que fue puesta al descubierto por la
policía y por la Justicia penal santafesinas, cuando un hombre evitó de
ser detenido yendo hasta un galpón rural de la localidad de Maggiolo, y
descerrajándose un disparo que lo impactó en la cabeza, lo dejó
agonizante y finalmente le produjo la muerte.
Las mujeres que fueron testigos de semejante decisión fueron su primera
esposa y su actual pareja, que observaron el desenlace de una decisión
fatal que tomó Salvador González de 57 años, jornalero, e imputado no
sólo de haber abusado de su hija adolescente, sino que además quedó
comprobado que tuvo una nena que ahora tiene un año como fruto de esa
relación.
Una mujer muy valiente
Hace más de un año, el oficial de guardia de la subcomisaría 11ª de la
localidad de Maggiolo, unidad regional VIII departamento General López
de la policía santafesina, recibió a una señora que arribó a esa
dependencia policial de orden público para realizar una denuncia.
La mujer, nerviosa y hundida en un profundo estado de tristeza y con
lágrimas en los ojos comenzó a balbucear entre sollozos el delito que
fue a denunciar y que tenía como víctima a su sobrina adolescente, que
es la hija de su hermana M. R. C. de 29 años y que ésta es la actual
mujer del denunciado.
Es decir, el actual concubino de su hermana al que identificó como
Salvador González de 57 años, sería el presunto abusador de su sobrina
adolescente.
Un mar de sospechas
La dependencia policial labró las actuaciones de rigor que fueron
elevadas a la Justicia penal santafesina, y el magistrado penal que
intervino en el caso determinó que la adolescente denunciada como
víctima de los abusos de su padrastro fue mamá al poco tiempo de la
denuncia hecha por su tía. Un mar de sospechas.
Reveladores peritajes
A tenor de las particulares circunstancias que rodearon al caso, el
juez ordenó tomar todas las medidas legales afines con la situación
descripta, al punto, que cuando promediaba la semana anterior los
peritajes revelaron una hipótesis que barajaron tanto los policías como
el magistrado: la beba que tuvo la adolescente abusada fue con Salvador
González.
Orden de arresto y suicidio
El magistrado le ordenó a los policías que detuvieron preventivamente a
Salvador González el viernes por la tarde; su actual mujer dijo que no
estaba en su casa y que volvería por la noche. Cuando González llegó
ella le dijo que lo buscaba la policía, él llamó a su abogado y el
profesional le dijo que las pruebas sobre los abusos a la hija de su
concubina lo incriminaban directamente. Por eso buscó una escopeta y se
suicidó dentro de un galpón.
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