"Me salvé de milagro". Carlos, un motociclista de la ciudad, tuvo un accidente que casi le cuesta la vida. El domingo salió en su moto a pasear por el parque Garay con su hijo, pero se encontró de repente con un alambre que cruzaba de un lado al otro la calle, que lo golpeó y cortó gravemente en el cuello.
Carlos Bordón, un cadete de la ciudad, tuvo un accidente que casi le cuesta la vida. El domingo salió en su moto a pasear por el parque Garay con su hijo, pero se encontró de repente con un alambre que cruzaba de un lado al otro la calle, que lo golpeó y cortó gravemente en el cuello.
El alambre estaba atado de una columna de alumbrado público a un árbol, del otro lado de la calzada, en una de las calles internas del parque.
Al circular, Carlos logró divisarlo cuando lo tenía casi encima y resistió el impacto para proteger a su hijo que iba en el asiento, detrás de él.
El hecho le produjo graves heridas cortantes, debido a que el alambre se cortó y enroscó sobre sus hombros a la altura del cuello.
"Puedo hablar y contar ésto de milagro. En ese momento creí que me había degollado", relató Carlos.
Para colomo de lo que le ocurrió, alguien de los que se acercaron a socorrerlo, le robó. Cuando llegó a su casa, se dio cuenta que le faltaban todas las cosas de valor que llevaba en su mochila.
"Por suerte no se llevaron la documentación que tenía. Pero me sacaron todo lo de valor: una cámara digital, botines de fútbol y dinero en efectivo", se lamentó.
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