Al igual que los clubes de barrio, son instituciones que tanto vecinos como la Municipalidad quieren revitalizar.
Los espacios de encuentro, discusión, participación y recreación
entre las personas comenzaron a emerger de la oscuridad en que los había
dejado el neoliberalismo. La exigencia de que las cosas pasen en el
propio territorio, de poder participar y hacer en el barrio mismo, es
una realidad cada vez más tangible que bien puede evidenciarse: desde
hace dos años, existe un claro proceso de recuperación de clubes de
barrio, proyecto exigido en la mayoría de los distritos a la hora de
definir prioridades del Presupuesto Participativo; a la vez que
reaparecen las vecinales, con nuevos y diferentes desafíos según el
territorio al que se enfrentan. Precisamente, en la ciudad existen 350
clubes; de los cuales 28 son “fortalecidos” por el Presupuesto
Participativo. Mientras, 85 vecinales están funcionando a pleno, 19
reactivadas en 2011. Éstas últimas involucran a más de 1.200 personas,
contabilizando únicamente las comisiones directivas. “Lleva tiempo
acostumbrarse a que solos no podemos y tenemos que juntarnos. De a poco
se empieza a ver el contagio de democracia. Tanto vecinales como clubes
son instituciones que hay que proteger, abrazar y fomentar para que se
meta la gente del barrio, la gente común”, reflexionó al respecto Jorge
Elder, secretario general dela Municipalidad.
“No es lo mismo un barrio con vecinal funcionando que sin vecinal;
tampoco es lo mismo un barrio con o sin club. Tienen que existir estas
instituciones”. Jorge Elder es preciso; como secretario general,
encargado de la descentralización del municipio, destaca que una de las
principales banderas que levanta cada uno de los distritos es el fomento
de la participación ciudadana. De la misma manera que afirma que el
Estado “no tiene que meter sus narices” en estos espacios, no duda en
que tiene que existir un contacto entrela Municipalidady este tipo de
instituciones. Tampoco duda en que se está atravesando un proceso de
cambio y de que son las propias personas, de cada barrio, las que de a
poco sienten la necesidad de volver a encontrarse en los espacios que
alguna vez existieron y que de a poco se fueron esfumando.
“Lograr la participación ciudadana en la cooperadora de una escuela,
en el club, en la vecinal, no es fácil. Son cargos de honores y la gente
tiene que participar por sus propios medios”, señaló Elder. Y agregó:
“Pero la institución tampoco tiene que quedarse mamando del Estado sino
que tiene un rol que cumplir, así empieza a haber una cuota de
responsabilidad ciudadana. Está claro que la persona que participa en la
escuela, vecinal, club, una iglesia, tiene un concepto de ciudadanía y
eso es característico de Rosario, existe una red de entramado social y
participación que hay que seguir cultivando”.
Actualmente, 85 vecinales están funcionando plenamente en Rosario,
según informaron desdela Dirección Generalde Vecinales. Sin embargo, el
número es impreciso, ya que pueden existir muchas que no quieran tener
vínculos con el municipio, como muchas otras que aún no han conocido esa
instancia de normalización jurídica en el Estado. Pero, partiendo de la
base de esas 85 vecinales, pueden contabilizarse más de 1.275 personas
involucradas en el vecinalismo, si se tiene en cuenta también que cada
comisión directiva está formada por entre 10 y 15 personas. Aún así, la
precisión vuelve a ser difícil, porque el núcleo de la vecinal va más
allá, y, en los espacios que funcionan bien, muchas más personas están
involucradas, directa o indirectamente.
Autonomía
Las vecinales son autónomas, tienen su propio estatuto y cada dos
años deben llamar a asamblea general donde se lo revisa y votan las
autoridades. Para fiscalizar todo esto, existela Dirección Generalde
Vecinales, dependiente, desde hace dos años, dela Secretaría
General.“Antes dependía de Promoción Social, pero porque antes se
canalizaba mucha ayuda social por las vecinal. Hoy se necesitan
recuperar otras cosas, una polea de engranaje entre el Estado y el
vecino”. Uno de los objetivos principales de la actualidad dela
Direcciónde Vecinales es, entonces, garantizar esos procesos
democráticos en cada vecinal. Por eso, el papel de esta rama dela
Municipalidades fiscalizar las asambleas y elecciones, así como oficiar
de mediadores en caso de que se lo pidan. Además, una vez que la vecinal
ya está constituida, el municipio le otorga, por decreto, el radio
jurisdiccional: un reconocimiento oficial para que en un mismo espacio
no existan varias vecinales. En 2011, 19 vecinales fueron recuperadas.
Se realizaron actividades de encuentro y capacitación para dirigentes y
jóvenes vecinalistas, y ante todo, se enseña a entender que cada barrio
es una realidad diferente. “El vecinalismo empieza a tomar un rol en el
vínculo entre el barrio y el Estado que no tiene techo”, concluyó Elder
al respecto.
Desde hace dos años, los resultados del Presupuesto Participativo
arrojan un dato llamativo: la gente pide que se fortalezcan los clubes
de barrio. “Se está iniciando un proceso de recuperación de clubes. Los
’90 fueron de terror para ellos, porque atacaron a su propia esencia:
juntarse. Sin embargo, ahora se están reactivando y se ve una nueva
generación de jóvenes al mando de las comisiones directivas”, explicó
Rolando Dal Lago, al frente dela Subsecretaríade Recreación y Deportes.
En los últimos años se logró la normalización de muchas instituciones de
barrio.
“El compromiso se vio en la participación de los vecinos, que
mediante el Presupuesto Participativo vienen votando en los diferentes
distritos el proyecto de Fortalecimiento a Clubes, que posibilita a las
instituciones acceder a una ayuda económica destinada a infraestructura o
material deportivo”, destacó, por su parte, Pablo Pérez, del Área de
Clubes. De los 350 que existen en la ciudad, ya son 28 los favorecidos
por las elecciones del PP.
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