Jonathan G. tiene 15 años y
debería haber estado bajo la tutela de un familiar fuera de Rosario. El
domingo estaba en Cerrito al 4400. De allí lo llevaron al Heca con un
tiro en el abdomen.
Las medidas de contención dictadas desde el
Estado para Jonathan G., el chico de 15 años que confesó haber
asesinado de una puñalada a Leandro Zini frente a su casa de barrio
Industrial en julio del año pasado, volvieron a fallar. Una vez más, el
menor escapó del lugar donde debería haber estado al cuidado de sus
familiares y apareció por Rosario. Esta vez le fue mal. Lo balearon en
la zona oeste de la ciudad en un oscuro episodio y está internado en el
Hospital de Emergencias en estado reservado.
A las 7 de la mañana del 26 de julio de 2011 Leandro
Zini, de 21 años, estaba en la puerta de su casa de Mar del Plata entre
Casilda y Gorriti junto a su novia esperando un taxi en el cual la joven
se iría a su vivienda. Entonces pasaron dos adolescentes que intentaron
arrebatarle la cartera a la chica y él quiso evitarlo. Pero recibió una
profunda puñalada en el cuello que lo mató casi en el acto. Por ese
homicidio fueron apresados Jonathan G., de 15 años, junto a su hermanano
y otro chico, ambos de 17 años, quienes fueron derivados al Irar.
Tres huidas. Frente a la jueza
Gabriel Sansó, Jonathan confesó haber sido el autor del crimen de Zini,
pero por su edad es jurídicamente inimputable y como tal no fue preso.
En una primera instancia el adolescente fue alojado en una vivienda del
Hogar de Protección de Menores (Hoprome) que conduce el padre Tomás
Santidrián. Pero el muchacho se ausentó de allí sin aviso alguno y, tras
una gestión de la Secretaría de Desarrollo para la Ciudadanía del
gobierno provincial fue localizado al otro día en la casa de un
familiar, en Casilda al 5700.
Desde allí, Jonathan G. fue derivado fuera de Rosario
bajo la tutela de un familiar. Pero de aquel lugar el menor también
escapó y se le perdió el rastro hasta el 2 de octubre del año pasado.
Ese día, de acuerdo a la información policial, en compañía de otros
adolescentes entre los que volvía a estar su hermano de 17 años, fue
sorprendido cuando escapaban por Castellanos al 600 a poco de robar una
moto que estaba estacionada y atada con una linga en la zona de Santa Fe
y San Nicolás.
Entonces, el destino de Jonathan G. volvió a estar
afuera de la ciudad. Primero lo alojaron en un instituto de la capital
provincial y después en uno de Rafaela. Sin embargo a Jonathan eso
tampoco lo amilanó y volvió a burlar la custodia para retornar a
Rosario.
Fue hasta el 8 de noviembre. A las 7 de la mañana de
aquel día los policías de un patrullero quisieron identificar a los
ocupantes de una moto en Teniente Agnetta y Pellegrini. Los jóvenes
huyeron y hubo una persecución hasta Provincias Unidas y Presidente
Perón. En la carrera, los perseguidos arrojaron una cartera que habían
robado y, al ser alcanzados, el que manejaba la moto escapó. El otro fue
detenido. No era otro que Jonathan G. Entonces, el Estado decidió
enviarlo nuevamente fuera de Rosario, bajo la tutela de un familiar que
debería seguir de cerca una estrategia socioeducativa con apoyo escolar y
psicológico tendiente a la rehabilitación del menor.
Atacado. Sin embargo Jonathan volvió
a sus andadas y otra vez en Rosario. Según comentaron extraoficialmente
altas fuentes policiales, el menor fue baleado el sábado a la noche
cuando estaba en compañía de un amigo en la villa que se erige en el
cruce de Cerrito y las vías del ferrocarril, en jurisdicción de la
comisaría 13ª y detrás del Cementerio de Disidentes. Desde allí el menor
fue derivado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez donde fue
operado por una herida de arma de fuego en el abdomen. Tras permanecer
poco más de un día en terapia intensiva ayer lo trasladaron a una sala
común.
El chico sólo dijo ante los investigadores que "pasó
alguien y me baleó", no quiso identificar al amigo que lo acompañaba y
mucho menos explicar el motivo que habría derivado en la agresión. Sin
embargo, las fuentes que hablaron con LaCapital sostuvieron que el
adolescente "habría estado merodeando la casa de una chica con la que
estaría en pareja y el padre de la joven lo echó a los tiros
hiriéndolo".
Desde la seccional 13ª, en tanto, ayer todo fue
silencio. Mientras los investigadores tratan de determinar quién y en
que circunstancias hirió a Jonathan G., en el Gobierno santafesino
piensan que destino darle a un menor al cual parece que no hay medida
que pueda contener.
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