miércoles, 25 de enero de 2012

ROSARIO: Balearon en un oscuro hecho al menor que confesó el crimen de Leandro Zini

Jonathan G. tiene 15 años y debería haber estado bajo la tutela de un familiar fuera de Rosario. El domingo estaba en Cerrito al 4400. De allí lo llevaron al Heca con un tiro en el abdomen.

Las medidas de contención dictadas desde el Estado para Jonathan G., el chico de 15 años que confesó haber asesinado de una puñalada a Leandro Zini frente a su casa de barrio Industrial en julio del año pasado, volvieron a fallar. Una vez más, el menor escapó del lugar donde debería haber estado al cuidado de sus familiares y apareció por Rosario. Esta vez le fue mal. Lo balearon en la zona oeste de la ciudad en un oscuro episodio y está internado en el Hospital de Emergencias en estado reservado.
A las 7 de la mañana del 26 de julio de 2011 Leandro Zini, de 21 años, estaba en la puerta de su casa de Mar del Plata entre Casilda y Gorriti junto a su novia esperando un taxi en el cual la joven se iría a su vivienda. Entonces pasaron dos adolescentes que intentaron arrebatarle la cartera a la chica y él quiso evitarlo. Pero recibió una profunda puñalada en el cuello que lo mató casi en el acto. Por ese homicidio fueron apresados Jonathan G., de 15 años, junto a su hermanano y otro chico, ambos de 17 años, quienes fueron derivados al Irar.
Tres huidas. Frente a la jueza Gabriel Sansó, Jonathan confesó haber sido el autor del crimen de Zini, pero por su edad es jurídicamente inimputable y como tal no fue preso. En una primera instancia el adolescente fue alojado en una vivienda del Hogar de Protección de Menores (Hoprome) que conduce el padre Tomás Santidrián. Pero el muchacho se ausentó de allí sin aviso alguno y, tras una gestión de la Secretaría de Desarrollo para la Ciudadanía del gobierno provincial fue localizado al otro día en la casa de un familiar, en Casilda al 5700.
Desde allí, Jonathan G. fue derivado fuera de Rosario bajo la tutela de un familiar. Pero de aquel lugar el menor también escapó y se le perdió el rastro hasta el 2 de octubre del año pasado. Ese día, de acuerdo a la información policial, en compañía de otros adolescentes entre los que volvía a estar su hermano de 17 años, fue sorprendido cuando escapaban por Castellanos al 600 a poco de robar una moto que estaba estacionada y atada con una linga en la zona de Santa Fe y San Nicolás.
Entonces, el destino de Jonathan G. volvió a estar afuera de la ciudad. Primero lo alojaron en un instituto de la capital provincial y después en uno de Rafaela. Sin embargo a Jonathan eso tampoco lo amilanó y volvió a burlar la custodia para retornar a Rosario.
Fue hasta el 8 de noviembre. A las 7 de la mañana de aquel día los policías de un patrullero quisieron identificar a los ocupantes de una moto en Teniente Agnetta y Pellegrini. Los jóvenes huyeron y hubo una persecución hasta Provincias Unidas y Presidente Perón. En la carrera, los perseguidos arrojaron una cartera que habían robado y, al ser alcanzados, el que manejaba la moto escapó. El otro fue detenido. No era otro que Jonathan G. Entonces, el Estado decidió enviarlo nuevamente fuera de Rosario, bajo la tutela de un familiar que debería seguir de cerca una estrategia socioeducativa con apoyo escolar y psicológico tendiente a la rehabilitación del menor.
Atacado. Sin embargo Jonathan volvió a sus andadas y otra vez en Rosario. Según comentaron extraoficialmente altas fuentes policiales, el menor fue baleado el sábado a la noche cuando estaba en compañía de un amigo en la villa que se erige en el cruce de Cerrito y las vías del ferrocarril, en jurisdicción de la comisaría 13ª y detrás del Cementerio de Disidentes. Desde allí el menor fue derivado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez donde fue operado por una herida de arma de fuego en el abdomen. Tras permanecer poco más de un día en terapia intensiva ayer lo trasladaron a una sala común.
El chico sólo dijo ante los investigadores que "pasó alguien y me baleó", no quiso identificar al amigo que lo acompañaba y mucho menos explicar el motivo que habría derivado en la agresión. Sin embargo, las fuentes que hablaron con LaCapital sostuvieron que el adolescente "habría estado merodeando la casa de una chica con la que estaría en pareja y el padre de la joven lo echó a los tiros hiriéndolo".
Desde la seccional 13ª, en tanto, ayer todo fue silencio. Mientras los investigadores tratan de determinar quién y en que circunstancias hirió a Jonathan G., en el Gobierno santafesino piensan que destino darle a un menor al cual parece que no hay medida que pueda contener.

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