miércoles, 25 de enero de 2012

PROV. STA FE: “Queremos que Luigi pueda descansar en paz”

Los restos de Luis Alfredo Leguizamón fueron hallados el martes pasado enterrados en un campo a la vera de la ruta provincial 62, a escasa distancia del domicilio de la familia del muchacho. En diálogo con Diario UNO, Dolores, una amiga cuestionó la lentitud de la investigación en el caso y contó cómo las dos personas que hoy están detenidas por el hecho confesaron el crimen.

 

Una noche de copas fue el inicio del esclarecimiento de un macabro homicidio ocurrido en Cayastá, en febrero del 2011. Los restos de la víctima, Luis Alfredo Leguizamón, (25) fueron hallados el martes pasado enterrados en un campo a la vera de la ruta provincial 62, a escasa distancia del domicilio de la familia del muchacho. En diálogo con Diario UNO, Dolores, una amiga de Luis Alfredo –o Luigi como era más conocido– cuestionó la lentitud de la investigación en el caso y contó cómo las dos personas que hoy están detenidas por el hecho confesaron el crimen.


“Un grupo de amigos, entre los que estaban los sospechosos, de 19 y 24 años, se habían juntado a comer un asado y uno de ellos contó lo que habían hecho. Fue otro de los que estaban en esa reunión quien hizo la denuncia y cuando los detuvieron, uno de los dos confesó el delito, pero culpó al otro como autor material”, indicó la mujer, sobre la causa que investiga el juez penal de Instrucción Nicolás Falkenberg.


“Todos los vecinos estamos muy apenados por la muerte de Luigi. Él era un muchacho muy bueno, que trabajaba para ayudar a su familia que es muy humilde. Amaba las comparsas. Creemos que las diferencias de clases sociales, entre Luigi y sus asesinos es lo que hizo que se tardara tanto en investigar. Los rumores en Cayastá siempre indicaron que ellos podían ser los culpables, todos sabíamos que ambos habían sido pareja de Luigi. La familia hizo la denuncia, pero la Justicia nunca actuó. Recibían mensajes de texto que decían que él estaba bien, pero no se investigaron. Mientras tanto, si los asesinos son las personas ahora detenidas, ellos tuvieron durante este último año una vida normal. Vivían sin ninguna preocupación. Si uno lo piensa en frío, todo lo que pasó es macabro”, expresó Dolores y contó que desde la semana pasada que se encontró el cuerpo, la plaza del pueblo se convirtió en un lugar de reclamo y que todas las noches marchan para pedir justicia.

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