Todavía en etapa de balance, el ex intendente dijo que le queda "una experiencia fantástica de gestión" que espera aprovechar en sus próximos pasos en la política. Anticipó que desde el Senado impulsará la autonomía municipal, aunque advirtió que su peso numérico "es relativo".
Es lógico que Miguel Lifschitz todavía está en etapa de balance. Es que hace apenas tres días dejó el despacho principal del Palacio de los Leones, después de ocho años como intendente. “Me quedó una experiencia fantástica de gestión, de trabajo, de desarrollo de políticas ejecutivas en una ciudad tan relevante no sólo en el ámbito nacional sino también en el internacional”, dijo entrevistado en el programa De 12 a 14, de Canal 3. “Ha sido un privilegio”, resumió. A la hora de hablar de las cuentas pendientes, dejó esa columna prácticamente en blanco: “No me voy con sensación de deudas. Se hizo mucho y todo lo que nos propusimos, todo lo que surgiendo, lo intentamos; tratamos de ponerle en marcha”, dijo en el diálogo con el periodista Sergio Roulier. Sí admitió que no siempre el resultado fue el esperado. Pero “el balance es favorable”. “Si algo define lo que siento es que no solamente hicimos realizaciones, construimos presente a través de las obras. Dejamos escrito un futuro que se expresa en los planes que van a continuar con el gobierno de Mónica (Fein) y después también”, sumó. Lifschitz sostuvo que la experiencia y los vínculos políticos que acumuló en estos años le van a ser de suma utilidad en su nueva tarea, como senador departamental. Desde ese lugar, dijo, buscará impulsar un proyecto postergado, que también empujó desde la Intendencia y que Mónica Fein convirtió en reclamo en su discurso de asunción: la autonomía municipal. De todos modos, advirtió que su peso es “relativo en términos numéricos”, pues el Senado tiene mayoría justicialista.
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