Lo plantearán en una comisión que creó el Concejo para analizar cómo se presta el servicio. Reclamarán también que sea obligatoria la barrera de protección en el interior del auto.
Tras la suba de la tarifa, los peones de taxis impulsarán ahora nuevas medidas de seguridad en los coches: exigirán la eliminación del pago en efectivo y que sea obligatoria la barrera de protección que separa al conductor del pasajero para evitar agresiones. "Vamos por mejoras en serio, con estos niveles de inseguridad no podemos seguir", remarcó el titular del Sindicato de Peones, Horacio Boix. Los planteos gremiales serán analizados en una mesa permanente de estudio del sistema que resolvieron crear los ediles. Aunque dudaron de su viabilidad, los titulares de licencias dijeron estar abiertos a discutir mejoras y reclamaron que sean "racionales y tengan financiamiento asegurado".
A instancias del justicialismo, el servicio de taxis incorporará novedades en el corto plazo: el Ente del Transporte (ETR) se hará cargo de la planificación de estrategias y estudiará la evolución de sus costos. Además, se creará una comisión especial que analizará las condiciones de trabajo de los tacheros. "Hace tiempo que veníamos planteando la necesidad de revisar cómo se presta el servicio y cuáles son las condiciones laborales", sostuvo el edil Fernando Rosúa, impulsor de la iniciativa.
En ese marco Boix avisó: "Vamos a pelear para que nuestros reclamos sean escuchados, no podemos seguir expuestos a robos y agresiones", planteó, tras lo cual anticipó que el sector reclamará por dos medidas estructurales. "La más importante es la eliminación del pago en efectivo del servicio, que se permita sólo el pago con tarjeta prepaga o tarjeta de débito y crédito. Con esa medida bajaría notablemente la cantidad de asaltos, como pasó con los colectivos", razonó.
Según Boix, los titulares de licencias "seguramente se opondrán planteando que muchos pasajeros deciden tomarse un taxi sobre la marcha, pero la verdad es que no quieren blanquear los viajes".
Desde el municipio confiaron que ven con buenos ojos la alternativa, aunque admitieron que no será sencillo conseguir el apoyo de los dueños de las chapas. Optimista, Boix pronosticó que "así como llegó el GPS, tarde o temprano se eliminará el pago en efectivo en los taxis".
Para José Tornambé, referente de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis (Catiltar), el gremio de los choferes "plantea la más fácil, pero sacando la plata y usando sólo tarjetas se irán los pasajeros al remís trucho". El directivo, agregó: "Nosotros no estamos cerrados a discutir nada, lo único que pretendemos es que sea viable para no perder el tiempo".
Más duro fue Mario Cesca, de la Asociación de Titulares de Taxis Independientes (Atti). "Boix está delirando, hace 30 años que no se sube a un taxi y exige cosas detrás de un escritorio", disparó para después acotar: "El problema de la inseguridad no se resuelve sacando el efectivo, porque los delincuentes irán por las zapatillas del chofer o por el conductor mismo".
La otra moción que instalará el Sindicato de Peones está vinculada con la barrera de protección al interior de las unidades para evitar el contacto físico con potenciales agresores. Al respecto, Boix recordó que la ordenanza vigente contempla esa estrategia como optativa "y en su momento el municipio encuestó a los choferes para saber que pensaban y por temor a alguna represalia de los patrones nadie puso en la encuesta que estaba de acuerdo".
Boix admitió que la mayoría de las actuales unidades de la flota de taxis de Rosario no está en condiciones operativas de instalar una barrera de protección. "La idea es que cuando se vayan renovando los coches se sumen más grandes, porque los otros autos que hoy se utilizan son chicos para un blindex", apuntó.
Al respecto, Tornambé reclamó que el municipio gestione "un coche único, grande, mediante algún convenio con las automotrices, a través de créditos blandos". Según Cesca, "un auto grande que permita barrera de protección cuesta 15 mil dólares y es imposible para el sistema de taxis de Rosario".
La discusión formal arrancará en breve, cuando el Concejo convoque a las partes.
Muerte súbita
Según Horacio Boix, "en los últimos cuatro veranos fallecieron ocho taxistas de muerte súbita por el estrés y la tensión que genera la cantidad de horas de trabajo, manejando con las complicaciones que hay en el tránsito de Rosario y los problemas de inseguridad". Para el dirigente gremial, "hay que tomar medidas de fondo para resolverlo".
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