SANTA FE/Luz verde al juez Sánchez en la causa de la Virgen de Guadalupe de Colón

La Sala I de la Cámara de Apelaciones desestimó la recusación planteada por Germán Lerche, presidente de Colón, al magistrado que investiga la desaparición de la imagen.

Este martes, la causa sobre la desaparición de la imagen de la Virgen de Guadalupe del Club Colón volvió al juzgado de instrucción penal de la 5º nominación, a cargo del doctor Darío Sánchez, quien la semana pasada había sido recusado por el presidente de la institución sabalera, Germán Lerche. Esa fue la decisión de los integrantes de la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Santa Fe, quienes rechazaron el apartamiento de Sánchez y de esta manera dio luz verde a la línea investigativa diagramada por el magristrado.


Con una rápida resolución, el tribunal colegiado puso fin al paréntesis de seis días que la presentación judicial de Lerche había generado y descartó los fundamentos esgrimidos en la recusación, que cuestionaban la “parcialidad” del magistrado.


“Era claro que no existían las causales de recusación. El planteo, en realidad, fue más una estrategia de defensa que apuntaba a ganar tiempo”, expresó ayer el abogado Ulrich Lehman, quien presentó la denuncia en sede judicial por la desaparición de la imagen de la Virgen de Guadalupe, a fines del mes de septiembre.


Y una calificación similiar realizó respecto del escrito de presentado a la justicia el viernes pasado, por el jugador del equipo Ariel Garcé, quien se atribuye la responsabilidad de haber trasladado la imágen de hormigón y que “se le rompió en el camino”.


Oportunista
“La presentación que hace Garcé fue más bien oportunista. Creo que buscó tener más un efecto mediático que judicial porque sabían que el expediente estaba en la Cámara de Apelaciones y que el juez no podía tomar ninguna decisión”, indicó Lehman.


Y destacó un aspecto del comunicado que va a tener sus consecuencias jurídicas: “El derecho Penal argentino indica que por más que uno se declare culpable, el Estado debe demostrar esa culpabilidad, hay que probarla. Por eso es que no se puede dar por terminado el caso ni tampoco se puede evitar que se cite al resto de los jugadores y del cuerpo técnico y comisión directiva”.


“Además -continuó- el Estado no puede permitir que una persona, por cubrir a otra, asuma la totalidad de la culpa del caso. Acá hubo otras personas que están vinculadas y que van a tener que dar explicaciones. Mucho de eso surge también de los propios comunicados institucionales que publicó el club Colón”.


—¿Hay contradicciones entre esos escritos?


—Sí, está claro que, desde un principio, se faltó a la verdad. Primero se habló de restauración, después se reconoció que era una imagen nueva y finalmente aparece un jugador diciendo que fue él sólo y que el resto no participó. También se falta a la verdad cuando sostiene Ariel Garcé en su escrito que llevaba la imagen a restaurar porque al restaurador Adrián Papaleo recién lo llaman cuatro días después de retirarla a la estatua. Además, este restaurador vive en Buenos Aires, con lo cual, la imágen de la Virgen debería haberse roto camino a Buenos Aires y no camino a Monte Vera.


Grados de responsabilidad
“Esto desmuestra que aún hay muchos puntos que todavía la justicia tiene que determinar. Principalmente los diferentes grados de responsabilidades de quienes intervinieron en el hecho”.
Por el momento, la investigación continúa investigando el delito de robo por escalamiento. “Se sigue en el mismo sentido, porque alguien tomó parte del patrimonio del club, sin autorización del propietario, que es el club y se destruyó ese patrimonio. Ahí el delito está. Habrá que ver las responsabilidades y quienes participaron en la comisión del delito. Un punto importante que deberá determinar el juez es propiedad de quién era esa imagen. Lo que está claro es que no es de quienes se la llevaron y la destruyeron”, finalizó Lehman.