Así lo decidió el juez de Instrucción Penal de la 5ª nominación, Darío Sánchez. Los directivos y el jugador de Colón deberán comparecer en la causa caratulada como robo y daños agravados.
La imagen de la virgen de Guadalupe que estaba entronizada en el Club Colón desde diciembre de 2001 desapareció el 7 de septiembre pasado y nadie volvió a verla. En el plazo de cincuenta días que transcurrieron desde su desaparición hasta hoy hubo rumores de todo tipo, comunicados de prensa de los jugadores de esa institución, declaraciones mediáticas de directivos del club y se inició una causa judicial.
Lo que en un principio fue una nota de color para medios nacionales e internacionales donde se reflejó que la escultura se había bajado de su lugar por mufa, ahora empezó a tomar otro color.
Según fuentes policiales, para hoy están citados a declaración indagatoria el presidente del Club Colón, Germán Lerche; el jugador que integra el plantel profesional de fútbol de esa entidad, Ariel Garcé; y el secretario general de la institución del barrio Centenario, Marcelo Maglianesi. En la misma causa, caratulada como robo y daños agravados, también está citado a declaración indagatoria, para mañana, el curandero no vidente, Ángel Muga, quien reside en la localidad de Monte Vera.
Según el artículo 316 del Código Procesal Penal de la provincia, la citación a indagatoria se realiza “cuando hubiere motivos bastantes para sospechar que una persona ha participado en la comisión de un hecho punible”. De eso se desprende que tanto Lerche, Garcé, Maglianesi como Muga, pueden llegar a tener alguna responsabilidad en el caso que se compruebe algún delito.
Una historia increíble
Desde el 8 de septiembre el tema tuvo una exposición mediática como pocos. Ningún medio pudo dejar de hacerse eco de las versiones que indicaban que la imagen de la patrona de la ciudad de Santa Fe era tildada de mufa. A tal punto que ese mismo día el club tuvo que emitir un comunicado para explicar que la “imagen de la Virgen no había sido retirada de manera permanente” y que “la misma será restaurada en los próximos días y bendecida”.
Luego, tanto los jugadores como dirigentes de Colón, mantuvieron un silencio que sólo se pudo romper en contadas ocasiones. Como una bola de nieve los rumores crecían y el mutismo del plantel y las autoridades sabaleras no hacían más que aumentar el misterio.
Incluso las máximas autoridades eclesiásticas no consiguieron respuestas de lo que había sucedido con la figura. Ante días y días sin poder conocer la verdad, el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, convocó para el domingo 16 de octubre a un acto de desagravio a la virgen de Guadalupe. Como por arte de magia, el sábado 15 apareció una Virgen en la tapa del diario El Litoral “lista para volver a su lugar”.
La presentación de una réplica por la original fue tan burda que, al día siguiente, cientos de fieles se dieron cita en la Basílica de Guadalupe para reclamar que se diga la verdad. Todos los presentes querían saber qué fue lo que pasó con la Virgen original.
Patas cortas
El lunes 17 por la noche el artesano Saúl Miller –quien realizó la escultura original– admitió ante la Justicia que a pedido tuvo que realizar una nueva imagen. A partir de ese momento el cerco de silencio empezó a tener grietas muy serias.
El 20 de octubre el plantel profesional de fútbol y cuerpo técnico de Colón sacaron un comunicado donde por primera vez admitieron que la imagen original se había roto. En ese parte, que constaba de 11 puntos, los futbolistas comenzaron a develar algunos secretos que habían guardado celosamente. Con el solo hecho de admitir que la imagen original ya no existía como tal empezaron a aparecer las contradicciones respecto al discurso que venían manteniendo donde sólo se hablaba de restauración. De todas formas, tampoco allí explicaron todo lo sucedido.
Al otro día Ariel Garcé presentó en la Justicia –mientras se resolvía el pedido de recusación al juez Darío Sánchez que había pedido Germán Lerche– un escrito donde asumía ser el único testigo y responsable de la destrucción de la imagen. El futbolista dijo que mientras la trasladaba hacia un taller para ser restaurada, la figura, por estar muy dañada, se rompió.
Además, el futbolista de Colón aseguró en medio del relato judicial que luego de que la imagen se destruyó durante el traslado hacia el taller volvió a Santa Fe y le contó a sus compañeros lo sucedido. Además dijo que luego de unos días, el plantel decidió enfrentar al presidente de Colón, Germán Lerche, para contarle la verdad. “Él nos sugirió que vayamos a hablar con el padre Axel” Arguinchona, dice en el escrito judicial.
“Finalmente –relata en el texto– el sacerdote nos llevó a todo el plantel a una reunión con el obispo Arancedo. Allí le contamos toda la verdad a las autoridades eclesiásticas, tal como la acabo de relatar ante V.S. Ellos me dijeron que me quedara en paz”.
Esas palabras abren un gran signo de interrogación, que lejos está de traer paz. En la misa de desagravio a la Virgen que se realizó el domingo 16 de octubre, el propio Arancedo dijo en su homilía que “con asombro asistimos a la posible destrucción de la Virgen”. Arancedo aseguró desconocer dónde estaba la imagen y al hablar de posible destrucción estaba dando a entender que él no sabía toda la verdad que ahora Garcé asegura haberle contado
Lo que en un principio fue una nota de color para medios nacionales e internacionales donde se reflejó que la escultura se había bajado de su lugar por mufa, ahora empezó a tomar otro color.
Según fuentes policiales, para hoy están citados a declaración indagatoria el presidente del Club Colón, Germán Lerche; el jugador que integra el plantel profesional de fútbol de esa entidad, Ariel Garcé; y el secretario general de la institución del barrio Centenario, Marcelo Maglianesi. En la misma causa, caratulada como robo y daños agravados, también está citado a declaración indagatoria, para mañana, el curandero no vidente, Ángel Muga, quien reside en la localidad de Monte Vera.
Según el artículo 316 del Código Procesal Penal de la provincia, la citación a indagatoria se realiza “cuando hubiere motivos bastantes para sospechar que una persona ha participado en la comisión de un hecho punible”. De eso se desprende que tanto Lerche, Garcé, Maglianesi como Muga, pueden llegar a tener alguna responsabilidad en el caso que se compruebe algún delito.
Una historia increíble
Desde el 8 de septiembre el tema tuvo una exposición mediática como pocos. Ningún medio pudo dejar de hacerse eco de las versiones que indicaban que la imagen de la patrona de la ciudad de Santa Fe era tildada de mufa. A tal punto que ese mismo día el club tuvo que emitir un comunicado para explicar que la “imagen de la Virgen no había sido retirada de manera permanente” y que “la misma será restaurada en los próximos días y bendecida”.
Luego, tanto los jugadores como dirigentes de Colón, mantuvieron un silencio que sólo se pudo romper en contadas ocasiones. Como una bola de nieve los rumores crecían y el mutismo del plantel y las autoridades sabaleras no hacían más que aumentar el misterio.
Incluso las máximas autoridades eclesiásticas no consiguieron respuestas de lo que había sucedido con la figura. Ante días y días sin poder conocer la verdad, el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, convocó para el domingo 16 de octubre a un acto de desagravio a la virgen de Guadalupe. Como por arte de magia, el sábado 15 apareció una Virgen en la tapa del diario El Litoral “lista para volver a su lugar”.
La presentación de una réplica por la original fue tan burda que, al día siguiente, cientos de fieles se dieron cita en la Basílica de Guadalupe para reclamar que se diga la verdad. Todos los presentes querían saber qué fue lo que pasó con la Virgen original.
Patas cortas
El lunes 17 por la noche el artesano Saúl Miller –quien realizó la escultura original– admitió ante la Justicia que a pedido tuvo que realizar una nueva imagen. A partir de ese momento el cerco de silencio empezó a tener grietas muy serias.
El 20 de octubre el plantel profesional de fútbol y cuerpo técnico de Colón sacaron un comunicado donde por primera vez admitieron que la imagen original se había roto. En ese parte, que constaba de 11 puntos, los futbolistas comenzaron a develar algunos secretos que habían guardado celosamente. Con el solo hecho de admitir que la imagen original ya no existía como tal empezaron a aparecer las contradicciones respecto al discurso que venían manteniendo donde sólo se hablaba de restauración. De todas formas, tampoco allí explicaron todo lo sucedido.
Al otro día Ariel Garcé presentó en la Justicia –mientras se resolvía el pedido de recusación al juez Darío Sánchez que había pedido Germán Lerche– un escrito donde asumía ser el único testigo y responsable de la destrucción de la imagen. El futbolista dijo que mientras la trasladaba hacia un taller para ser restaurada, la figura, por estar muy dañada, se rompió.
Además, el futbolista de Colón aseguró en medio del relato judicial que luego de que la imagen se destruyó durante el traslado hacia el taller volvió a Santa Fe y le contó a sus compañeros lo sucedido. Además dijo que luego de unos días, el plantel decidió enfrentar al presidente de Colón, Germán Lerche, para contarle la verdad. “Él nos sugirió que vayamos a hablar con el padre Axel” Arguinchona, dice en el escrito judicial.
“Finalmente –relata en el texto– el sacerdote nos llevó a todo el plantel a una reunión con el obispo Arancedo. Allí le contamos toda la verdad a las autoridades eclesiásticas, tal como la acabo de relatar ante V.S. Ellos me dijeron que me quedara en paz”.
Esas palabras abren un gran signo de interrogación, que lejos está de traer paz. En la misa de desagravio a la Virgen que se realizó el domingo 16 de octubre, el propio Arancedo dijo en su homilía que “con asombro asistimos a la posible destrucción de la Virgen”. Arancedo aseguró desconocer dónde estaba la imagen y al hablar de posible destrucción estaba dando a entender que él no sabía toda la verdad que ahora Garcé asegura haberle contado
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