miércoles, 24 de agosto de 2011

EN SAN LORENZO...Condenaron por mala praxis a una clínica y a un médico

La Cámara ordenó el pago de 400 mil pesos por el sonado caso Alcaraz, un hombre de 33 años. El paciente se sometió en 1991 a una cirugía de hígado que tuvo severas complicaciones.
Condenaron por mala praxis a una clínica y a un médico
 
Finalmente, y casi 20 años después, el “caso Alcaraz”, una demanda por daños y prejuicios contra una clínica de esta ciudad por una mala praxis médica, tuvo una resolución en la Justicia: la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial revocó un fallo en primera instancia e hizo lugar a la demanda condenando al centro asistencial y al cirujano, dueño de la clínica, a resarcir en 400 mil pesos a los demandantes.
El fallo de primera instancia en que se rechazó la demanda data de agosto de 2006, y por supuesto fue apelado por la parte demandante hasta que la Sala IV, con el voto unánime de los jueces Edgar Baracat, Avelino Rodil y Ricardo Silvestri, revocó e impuso la condena al profesional y a la clínica, aunque no hizo lugar a la demanda que también se planteó contra el Iapos, obra social que por entonces cubría la paciente.
El caso. Se trata de un hecho tremendo y muy resonante para la ciudad que le tocó vivir a un paciente y su familia. Claudio Alcaraz concurrió en septiembre de 1991 a la Clínica San Lorenzo, de calle Riccheri al 500, para una cirugía programada de vesícula, y debido a las complicaciones que se suscitaron tuvo que ser intervenido tres veces más en la misma clínica y otra en el Hospital Italiano de Rosario. El hombre estuvo a poco de perder la vida, y le quedaron graves secuelas, tanto físicas como psíquicas.
Alcaraz, quien falleció hace un año y medio producto de un ACV, tenía por entonces 33 años y sólo algunos trastornos hepáticos, a los que decidió poner fin a partir de una cirugía de vesícula biliar.
Por ese entonces comenzaba a utilizarse la técnica denominada laparoscopía y se dejaba de lado la tradicional, y a esto se sometió Alcaraz.
El calvario. Sin embargo, durante la primera intervención del 29 de septiembre de 1991, a cargo del doctor Jorge M, surgieron una serie de complicaciones que pusieron en riesgo la vida del paciente, y una serie de hemorragias internas obligaron a otras tres operaciones más en la misma clínica, con la particularidad que en medio de ese cuadro el médico se ausentó del país.
Fue precisamente el 15 de octubre de ese mismo año cuando Alcaraz, cuya historia clínica misteriosamente se extravió, tuvo que ser derivado de urgencia y en grave cuadro de peritonitis infecciosa, al Hospital Italiano Garibaldi de Rosario, donde fue sometido a una nueva operación a cielo abierto que según dichos del propio paciente le salvó la vida. “Me salvó un médico del Italiano que cuando me operó creo que se jugó una carrera”, decía el paciente allá por 1993 a medios locales.
Lo cierto es que si bien el hombre salvó su vida, todo cambió para él y su familia.Incluso, el propio fallo de la Cámara hace mención a una incapacidad permanente del 70 por ciento y con secuelas en su aparato digestivo.
Por otra parte los daños psicológicos argumentados no sólo tienen que ver con los momentos vividos a partir de la operación, sino también con secuelas en el cuerpo de Alcaraz, a quien le quedaron de por vida unas perforaciones en la zona abdominal.
El hombre pasó los últimos días de su vida trabajando como chofer de un taxi, hasta que el 12 de febrero de 2010, víctima de un ACV, murió sin poder conocer que su demanda había tenido un resultado favorable.

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