Son datos a diciembre del año pasado del Ente Regulador de Servicios Sanitarios. Su presidente, Alberto Muñoz, dijo que espera que para fin de año se conecten los ocho barrios aún desvinculados.
Según datos del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress) el 94,29 por ciento de la población de la ciudad de Santa Fe tiene acceso a la red de agua potable. El número es muy interesante, ya que al 31 de diciembre del año pasado, de una población proyectada de 415.092 personas, 391.407 están cubiertas por un servicio básico. Sin embargo, si se entiende que el agua es un derecho humano esencial –tal como lo declaró la Asamblea General de Naciones Unidas que se realizó el 28 de julio de 2010–, hoy existen 23.685 santafesinos que están privados de ese derecho.
“En este momento en la ciudad de Santa Fe hay ocho barrios desvinculados, que se construyeron sin las conexiones de agua y esperamos que esto se solucione hacia fin de año”, dijo el presidente del Enress, Alberto Muñoz, en diálogo con Diario UNO.
Más allá que desde que se inauguraron las primeras obras de agua potable en la ciudad –en 1907– nunca se cubrió al ciento por ciento de la población con ese servicio, hubo algunas decisiones políticas que tampoco acompañaron.
“Creo que fue un terrible error la privatización. Fue un error que reconocieron los mismos protagonistas”, dijo Muñoz y agregó: “Reconozco que la recuperación de la empresa pública fue un hito muy importante. Fueron 10 años de desinversión, de atraso, de no conexión. En 2006 hubo un reencuentro favorable del compromiso que deben tener los Estados con el desarrollo en saneamiento de sus comunidades.
“Hubo 10 años –continuó– en los que el Estado se desentendió de sus compromisos sanitarios y se los entregó a una empresa privada que tuvo un rotundo fracaso. Pero eso no sólo sucedió acá. Esta misma empresa, la segunda transnacional en el mundo en servicios sanitarios, el grupo Suez, fracasó en Atlanta, EE.UU., donde transmite la CNN, qué podíamos esperar en Santa Rosa de Lima, Santa Fe. Era un modelo que estaba destinado al fracaso, porque la empresa privada viene a obtener renta y eso, en un barrio como Santa Rosa de Lima es muy difícil. Dónde faltan el agua y las cloacas en Santa Fe, en los barrios más humildes. Ahí no hay renta y el modelo fracasó”.
El 8 de febrero de 2006 la gestión del entonces gobernador Jorge Obeid creó la empresa Aguas Santafesinas SA y el Estado provincial recuperó la prestación de un servicio fundamental. A partir de ese momento las inversiones estatales se incrementaron todos los años y un año más tarde comenzaron a destinarse fondos a obras de infraestructura. Sólo en ese ítem se pasó de 36.420.000 pesos, en 2007, a más de 120 millones, en 2010.
“Ese es un hecho muy positivo, es un reencuentro del compromiso que deben tener los Estados con los servicios sanitarios”, marcó Muñoz, aunque aclaró: “Con sistemas de 100 años, con un parate de 10 años, con muchos problemas a lo largo de este tiempo, todo es poco; y uno tiene la sensación que todos los recursos que se vuelcan en servicios sanitarios son una gota en el mar”.
De todas formas, para seguir recorriendo ese camino, el presidente del Enress entiende que todos, comunidades, la empresa, los gobiernos nacionales y provinciales tienen que insistir en que hay que invertir más en saneamiento. “Porque eso es salud pública. Quien tiene agua y cloacas, tiene mejores condiciones de salud”, dijo y brindó un ejemplo: “En La Matanza, que era una de las ciudades argentinas que no tenía agua potable y en los últimos cinco años se desarrolló mucho el sistema de agua potable, bajó la mortalidad infantil. Por eso creo que hay que tener un muy fuerte compromiso con el saneamiento y que permanentemente hay que exigir en ese sentido.
“Por otro lado, los usuarios tenemos que comprometernos en ese sentido porque no es demasiado derecho que una familia pueda tener agua y poder apretar el botón del baño. Todos los sectores de la sociedad se tienen que comprometer”, añadió.
Por otra parte, expresó: “Los usuarios también hicimos nuestros aportes y queremos ver, con justo derecho, que haya mejoras, que haya menos corralitos, menos fugas. Se sabe que los recursos siempre son pocos, que el déficit del sistema es muy grande, que no se alcanzan a recuperar los gastos operativos aun con los aumentos de tarifa. Pero hay una ecuación muy simple: los aportes de los usuarios y de los Estados deben repercutir en un mejor sistema”.
La recuperación de la empresa fue una larga lucha para organizaciones no gubernamentales, defensores de usuarios y consumidores y diferentes actores sociales. Ahora, a cinco años de ese logro, se debe fortalecer el compromiso de pelear y exigir que todos los santafesinos tengan el derecho de acceder al agua potable, un derecho humano esencial.
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