Facundo Zuviría y Boneo. Como siempre, los vecinos de esta avenida tuvieron que lidiar con un mar de agua.Foto: Guillermo Di Salvatore
El Litoral
Llovió durante toda la noche y en las primeras horas de la mañana el municipio debió desviar —e incluso suspender— el recorrido de algunas líneas de colectivos (5, 13, 5, 16, 11 y 18), por el anegamiento de calles. La transitabilidad de las calles de tierra fue muy complicada en el norte de la ciudad y en los barrios de la Costa, como sucede cada vez que llueven más de 30 milímetros. El norte de avenida Facundo Zuviría, a partir de Estanislao Zeballos, volvió a inundarse.
Según los pluviómetros del municipio, se acumularon unos 60 milímetros en promedio en la ciudad, con mayor intensidad en el norte del área metropolitana (75 milímetros). El Centro de Informaciones Meteorológicas (CIM) de la FICH/UNL midió 66 milímetros anoche y 106 milímetros en lo que va de octubre. Son tres milímetros más que la media para esta época del año, que surge del promedio de los últimos diez años (2006/2015).
“Se mantienen las condiciones inestables para la jornada con posibles lluvias débiles a moderadas, no descartándose eventos más intensos. Estas condiciones deberían presentar una tendencia a mejorar lenta y gradualmente a partir de esta tarde o mañana con descensos de las temperatura”, indica el pronóstico del CIM.
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El municipio informó que se registraron 19 reclamos por caídas de ramas, anegamiento temporal y limpieza. También que las cuadrillas trabajaron durante toda la mañana para limpiar desagües, levantar ramas y atender estos reclamos.
La lluvia tuvo su máxima intensidad a la 1 de la madrugada (69 milímetros por hora) y el viento sopló con más fuerza cerca de las 4 de la madrugada, cuando tuvo ráfagas que superaron los 40 kilómetros por hora.
Pronóstico trimestral
El pronóstico trimestral del SMN, que abarca los meses de octubre, noviembre y diciembre, precisa que las condiciones actuales son de una fase neutral del fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) y adelanta que hay una baja probabilidad de desarrollo de una fase La Niña débil en lo que resta del año.
Este escenario meteorológico implica que el fenómeno no está estimulando las lluvias por encima de lo normal —como pasa cuando está instalado El Niño— ni alienta condiciones de sequía, como puede suceder cuando influye La Niña.
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