domingo, 7 de agosto de 2016

Vendió el auto que se ganó en el programa de Susana, puso una escuelita de fútbol y no paran de robarle

Es la historia de Alvaro Ramírez. Las dos canchas, ubicadas en la ciudad de Rosario, son vandalizadas a diario por jóvenes de una barriada lindera.

Álvaro le da contención a cientos de chicos en la zona norte de Rosario.gentileza La Capital.


Alvaro Ramírez dice ser un "tipo con suerte". Y "algo alocado". Hace 20 años se ganó un auto en el programa de Susana Giménez, lo vendió y con la plata armó una escuelita de fútbol en la zona norte de la ciudad de Rosario. Ahora parece que la suerte no lo acompaña tanto. "Durante 19 años no tuvimos ningún problema, pero desde que se habilitó un nuevo complejo de viviendas en el barrio, no hay día que no nos roben o vandalicen las canchas y las instalaciones", se lamentó el responsable del club infantil Santa Teresita, de Antequera al 500, en la ciudad del sur santafesino. Su mayor temor es que el predio sea usurpado y cien chicos se queden sin lugar de contención para jugar a la pelota.
Hace 20 años Ramírez se ganó un Ford Fiesta XL en el programa televisivo de Susana Giménez. "Fue increíble, no lo podíamos creer, una felicidad tremenda", recuerda.

"Soy un tipo con suerte y un poco loco", agregó. "Por eso con mi mujer decidimos vender el auto y con la plata armar una escuelita de fútbol que es mi gran pasión, desde siempre. Y eso hacemos desde entonces", sumó.
Desde hace dos décadas es el responsable del club Santa Teresita, en Sorrento al 1200 de la ciudad de Rosario. Tiene dos canchas de fútbol, una para siete jugadores por equipo y la otra para once. También cuenta con vestuarios y un pequeño bufet.
Unos cien pibes practican fútbol en sus instalaciones, que se solventan con la cuota societaria que abonan los padres. "Teníamos un casero pero tuvimos un problema y ya no está más", contó.
Según Ramírez, desde hace un año cuando se habilitó una nueva barriada detrás del polideportivo de Argentino "empezaron los problemas. Se juntan muchos jóvenes en la zona, toman alcohol, se drogan y después se la agarran con nosotros".
Los actos de vandalismo incluyen "desde el robo de pelotas, de redes, rotura de vidrios, vestuarios, paredes, hasta los autos que se estacionan de los padres y nuestros cuando entrenamos".
Ramírez asoció los inconvenientes de inseguridad "a una parte del nuevo barrio, no todo. La mayoría es buena gente, trabajadora. Pero hay un grupo muy violento que nos ataca a diario y tememos que algún día lo terminen usurpando".
Para Ramírez, la situación pasa "por garantizar presencia policial en la zona, estable para prevenir este tipo de situaciones lamentables que estamos viviendo".
Ramírez llevó su reclamo al Concejo, donde el edil del PRO, Gabriel Chumpitaz, reclamó al municipio que "de manera urgente" se involucre e interceda ante el Ministerio de Seguridad para que se tomen medidas tendientes a garantizar la seguridad de las instalaciones y los bienes del club.
"Hasta el momento las denuncias que se hicieron no tuvieron eco. También desde el bloque hicimos pedidos de patrullaje intensivo y es necesario que el municipio colabore con la provincia", se lamentó el concejal macrista.
En la comisión de Seguridad el PRO impulsó un proyecto para la instalación de un destacamento policial en las inmediaciones del club, además de cámaras de videovigilancia.
Al respecto comentó que días atrás "en el club recibieron una notificación del Ministerio de Seguridad confirmando ambas medidas, pero sin estimarse plazos de ejecución. Lo concreto es que el tiempo pasa y los hechos se siguen sucediendo", se lamentó.
Chumpitaz resaltó que "los clubes de barrio son para Rosario un patrimonio inigualable, es allí donde los niños y los jóvenes se alejan de la calle. El club de barrio, la escuela y la familia son tres pilares fundamentales en la reconstrucción del tejido social, que se vio vulnerado en los últimos tiempos".
Según el edil, "las prácticas deportivas en los clubes de barrio disponen un efecto preventivo ante el consumo de drogas, el problema del tabaco y el alcohol que amenaza a los adolescentes".


Guillermo Zysman / La Capital

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