lunes, 15 de agosto de 2016

"Más allá de cualquier ideología, a todos nos debe doler la pobreza"

En su visita a Santa Fe para presentar el libro "Así se combate la desnutrición", Abel Albino, el pediatra creador de la Fundación Conin, se refirió a los desafíos que tiene en su lucha por erradicar la desnutrición de la Argentina

por Loreley Duré / ldure@uno.com.ar


La presentación del libro se realizó en el marco de la celebración del 132º aniversario de la Bolsa de Comercio de Santa Fe y de los 40 años de la empresa Pilay SA.


En el marco de su visita a la ciudad para presentar el libro "Así se combate la desnutrición", que cuenta con respaldo del santafesino, licenciado en administración Gastón Vigo, el doctor Abel Albino –médico pediatra creador de la Fundación Conin (Cooperadora de la Nutrición Infantil)– realizó una conferencia de prensa en la sede la Bolsa de Comercio de Santa Fe. Allí, además de hacer referencia al texto, repasó los puntos centrales de su trabajo de más de 25 años en pos de la erradicación de la desnutrición e hizo hincapié en los desafíos que se plantea en su lucha por terminar con la pobreza en la Argentina.

"Más allá de cualquier ideología, a todos nos debe doler la pobreza y todos debemos comprometernos para combatirla", comenzó a decir el hombre y siguió: "Hace ya 25 años que nosotros venimos trabajando en los centros Conin, por eso ya estamos en condiciones de aconsejar. Y este libro es una especie de manual que describe, según nuestra experiencia de trabajo, cómo se debe trabajar para lograr erradicar la desnutrición".

Sobre ese punto, el hombre hizo referencia a que su labor se basa en los pasos que siguió del profesor Fernando Rafael Mönckeberg Barros, de Chile,quien afirmó: "Revirtió en treinta años la tasa de desnutrición de su país, que era la más alta de América latina (en esa época representaba el 130 por mil y la de hoy es de 7 por mil), creando hospitales de atención para los desnutridos".

"Nosotros aquí fuimos un paso más allá. No modificamos su proyecto, lo que hicimos sin querer fue enriquecer su propuesta con centros de prevención de la desnutrición. Nos dimos cuenta de que la desnutrición es el resultado final del subdesarrollo y que de nada sirve que yo alimente a un chico si después lo devuelvo al ambiente hostil de donde proviene, porque quince días después voy a estar tratándolo nuevamente", afirmó el profesional y detalló: "Entonces nos dijimos: «Si queremos quebrar la desnutrición, lo que debemos hacer es un abordaje integral de la problemática social que le da origen a la extrema pobreza» y nos propusimos abrir los centros Conin, en donde brindamos educación nutricional, educación para la salud, lactancia materna, jardín maternal, jardín infantil, estimulación temprana, escuela de artes y oficios, programa de educación agraria, lectoescritura para analfabetos, club de padres, escuela para padres, ropero para padres, documentación y legalización para la familia y más. Porque así se combate la desnutrición, con eso y con luz eléctrica, cloacas, agua corriente, agua caliente".

En ese contexto, el creador de la Fundación Conin aseguró que "combatir el hambre es lo más fácil, porque el hambre es un síntoma. Todos en algún momento tenemos hambre; yo dentro de un rato voy a tener hambre, me como una fruta y se pasa. Pero la desnutrición es otro cuento, es una enfermedad individual y social profunda cuyo tratamiento me puede llevar una generación. Es decir que es algo que no se soluciona en diez minutos, o de aquí a diciembre; así no se soluciona la pobreza, la pobreza nos puede llevar 30 años solucionarla. Por eso hay que empezar a trabajar para erradicarla ya, seriamente, patrióticamente, e inteligentemente", dijo.

—¿Y cómo debería hacerse?

—Sería ideal que sea una política de Estado, como fue en Chile en su momento sin que se haya designado así. Porque allá el doctor Mönckeberg empezó a trabajar con Allende, siguió con Pinochet y hasta hoy lo sigue haciendo, aunque ya casi no quedan desnutridos primarios allá y los centros Conin se están cerrando; aunque sí secundarios, que son los que hay en todo el mundo. De hecho, si nosotros abrimos un hospital de desnutridos mañana en Londres lo llenamos, porque desnutrido secundario es el chico que porque tiene una neuropatía, cardiopatía, patopatía, neumopatía, una nefropatía, una enfermedad genética, metabólica o inmunológica está desnutrido. En cambio el desnutrido primario es el que le falta alimentación.

—¿Y tiene cifras de esa desnutrición en Argentina?

—Hasta hace muy poco se decía que no había que medir a los pobres para no estigmatizarlos. Bueno, eso es un error de concepto muy grave, tanto más grave si es dicho por un universitario, que debería saber que todo debe ser medido y lo que no se puede medir es porque no existe. Pero si existe el problema tenemos que medirlo. Nunca le tengan miedo a los diagnósticos, los diagnósticos no deben ofendernos porque en general son el único camino para terminar con el problema. Por ejemplo, a mí me sacaron un pólipo canceroso hace poco y cuando el médico me dijo el diagnóstico yo no me enojé, ni lo insulté, al contrario le agradecí, porque gracias a que me lo descubrieron pude tener un tratamiento, o sea gracias a ese diagnóstico.

Sobre ese punto, el destacado profesional puntualizó en que "lo importante sobre todas las cosas es bregar por lo mejor para nuestro país", y en consecuencia aseguró: "Peronistas o radicales, lo que tenemos que ser es argentinos. Y a mí me hace bien que ese hombre que tengo enfrente, aunque no sea de mi partido, se sienta argentino. Porque si se siente así tendrá que hacer las cosas bien. Primero argentinos y después abrirnos en el abanico donde nos sintamos cómodos... Todos los puntos de vista son necesarios y en el abanico cuál es el mejor lugar no lo sé, todas las visiones son buenas y lo que hace al abanico en realidad es el anillo inferior que amalgama los elementos. Esa es nuestra condición de argentinos que no puede faltar en el razonamiento".

Por otro lado, consultado respecto de su vinculación con el gobierno nacional –la Fundación Conin firmó un acuerdo de colaboración con el Ministerio de Desarrollo Social de Nación que beneficiará gradualmente a 70 centros franquiciados, 20 centros que actualmente están en proceso de formación y tres Centros de Recuperación de Lactantes Desnutridos (el Centro Modelo de Recuperación Nutricional de Mendoza, Centro de Recuperación en Salta y un futuro Centro de Recuperación de Misiones)–, el médico pediatra aseguró: "Yo no acepto cargos porque está todo muy bastardeado, pero esta es la primera vez que un gobierno nos ha convocado y estamos contentos por ello. El trabajo importante lo venimos haciendo con la provincia de Salta, donde estamos haciendo una abatida y donde el gobernador (Juan Manuel Urtubey) en vez de atacarnos como lo hacen muchos nos agradeció, ya que evidentemente quiere lo mejor para su provincia. Luego apareció Macri e hicimos este acuerdo para trabajar de forma mancomunada, que aunque no avanza como quisiéramos, porque ellos recién se están acomodando, estamos expectantes de lo que pasará".

Y complementó: "Necesitamos que el trabajo de erradicación de la pobreza se convierta en una política de Estado y, como ya dije, necesitamos 30 años para sacar al país de este lugar. En tanto, más allá de lo que podamos hacer con Macri ahora, necesitamos que el que venga después tenga las mismas ganas y también nos deje trabajar".


La importancia del primer año
Resaltando que en la actualidad Conin tiene 76 centros en todo el país y nueve en el extranjero, el médico pediatra –que se doctoró en la Universidad de Cuyo e hizo una especialización en pediatría en Chile, donde conoció a quien sería su maestro–, explicó: "Hay que preservar el cerebro del niño, que es el órgano fundamental en su crecimiento entre el embarazo, el primero y el segundo año de vida, porque es en este tiempo cuando tiene un mayor desarrollo".

Al respecto Albino dijo: "Cuando el niño nace su cerebro pesa el 10 por ciento de su peso, es decir que si tenemos en cuenta que un chico normalmente pesa entre 3 y 3,200 kilos, su cerebro pesará alrededor de 300 gramos; y durante los primeros 365 días crecerá el 80% del tamaño que alcanzará de adulto, que es apenas superior al kilo doscientos gramos".
En esa línea, el profesional concluyó: "Es por esto que decimos que el primer año de vida es el que marca la suerte del individuo y de la Nación, ya que la principal riqueza de un país es su capital humano y si ese capital está dañado, el país no tiene futuro. Por tanto decimos, señoras y señores, si no abordamos con absoluta seriedad este tema, que es capital, no tendremos futuro".

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