jueves, 18 de agosto de 2016

Errores más comunes Siete pecados femeninos en la cama

Hasta las que piensan que son más atrevidas en la cama, pueden cometer los pecados más básicos en la intimidad y como resultado apagar la pasión en un abrir y cerrar de ojos.

Foto: Universoalessandra

Conocé la lista de los siete pecados femeninos más comunes que te impide convertirte en una Diosa Erótica.

Pecado 1: Creer que tú despampanante desnudez es suficiente. Los hombres responden bien a los estímulos visuales, pero el hecho de que te desnudes y muestres tu  torneada y curvilínea silueta de gimnasio no siempre es suficiente. Tal vez, sea una buena motivación para las primeras veces, pero que no te sorprenda que la belleza  no alcance.

Con el paso del tiempo, por más bella que seas, el impacto visual ya no es el mismo.  El cuerpo se vuelve algo cotidiano y conocido.

En la cama es necesario ser creativa y generosa: saber acariciar, innovar con posturas y  preparar de escenarios.

Pecado 2: Avergonzarte de tu cuerpo. Así como algunas  mujeres sienten que son objetos de admiración, otras le tienen pánico a que las vean desnudas. Y aunque no te sientas una sex-symbol, tienes que dejar los complejos fuera de las sábanas. No importa si tienes unos kilitos de más, si tus senos no son perfectos o si necesitas una grúa para levantar tus glúteos.

Si él te eligió a ti y quiere tener sexo contigo, es porque te considera bella, así tal cual eres. Imagina lo contrario: que cada vez que tú acaricies sus bíceps él te diga: “No, no los toques, que son pequeños!” o “Seguro que no te gusto porque tengo panza”. Un fastidio, verdad?

Aprende a querer cada parte de tu cuerpo y disfruta de todo el placer que es capaz de brindarte.

Pecado 3: Asumir que él debe saberlo todo. Complacer a una mujer no es fácil. Una de las quejas más comunes es “no me complace, no logra llevarme al clímax”. Pero, si no le explicas cómo, ¿por qué asumes que tiene que saberlo?

Evita cometer este pecado y dale direcciones claras: cuándo, cómo, dónde y con qué intensidad. Siempre con sutileza.

Pecado 4: Horrorizarse ante nuevas propuestas. Hay ocasiones en las que tu pareja te pide probar cosas nuevas. Frente a esta situación no debes enojarte, ni pensar: ¿Por quién me toma? ¿Por una callejera que me pide esas cosas? ¿De dónde está sacando esas ideas locas?”.

La rutina lleva al aburrimiento, así que si tu pareja te propone innovar, antes de reaccionar negativamente, dale una oportunidad. Debes tener la  mente abierta a nuevas experiencias y evaluar la propuesta.  Pensa en lo maravilloso que es que él quiera probarlas con vos.

Pecado 5: Criticar su rendimiento. Hay veces que no todo sale como quieres:: dura menos, no se pone tan erecto, o en el momento justo nos sacó de nuestro clímax con un movimiento poco feliz. Pero no es cuestión de hacer un drama por ello, sino de saber conversarlo con compresión y deseos de superarlo.

Las frecuentes críticas no harán más que bloquearlo, y lejos de resolver la situación entrarás en un círculo vicioso que irá resquebrajando tu vida sexual y sobre todo, la amorosa.

Pecado 6: Pensar que cuando él llega al Gran Ooooh, todo acabó. Es frecuente que algunos hombres tengan su orgasmo y la mujer aún continúe en pleno frenesí amatorio. Pero eso no implica que ya todo terminó. Dile cómo puede seguir estimulándote con sus manos y boca para que tú también llegues al clímax.

Si esto se ha vuelto algo recurrente, pues la próxima vez procuren que seas tú la primera en alcanzar el orgasmo. Hay muchas formas de lograrlo.  Infórmense y ponga esos consejos en práctica.

Pecado 7: Fingir Orgasmos. ¿Cómo crees que tu pareja puede llevarte al clímax si jura que lo está logrando? Obviamente, él volverá a hacer lo mismo una y otra vez, tú te destacarás con nuevas y más deslumbrantes actuaciones, pero el resultado no va a cambiar: te sentirás insatisfecha y rabiosa.

No finjas más y concéntrate en tu propio placer, comunicándote con él para que sepa qué tiene que hacer para que tú llegues al Gran Ooooh!

Fuente: www.universoalessandra.com

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