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sábado, 27 de agosto de 2016

Agustín Rossi ante las denuncias de corrupción "Quieren sacarla a Cristina de la cancha"


“El gobierno nacional piensa más hacia afuera que hacia adentro y ha producido una recesión muy grande”, advirtió Rossi. Foto: Pablo Aguirre.

Mario Cáffaro
mcaffaro@ellitoral.com

Para Agustín Rossi, Mauricio Macri es el típico exponente de la derecha neoliberal; aunque advierte que si la Justicia “saca de la cancha a Cristina Fernández de Kirchner”, el actual presidente quedará como único jugador importante en la política argentina. Ahora diputado en el Parlasur, sigue recorriendo semana a semana el territorio provincial con la intención -no admitida- de volver al Congreso Nacional.
 —¿Lo sorprendió algo de la gestión de Mauricio Macri?
 —Nunca me engañé en cuanto a lo que iba a significar la política económica, es una política neoliberal. Creí que iba a ser más gradual, no pensé que el deterioro socioeconómico de la Argentina iba a ser tan profundo en tan poco tiempo. Han duplicado la desocupación que existía cuando dejó el gobierno Cristina. Es un gobierno neoliberal con una lógica de derecha tradicional que equivocó el diagnóstico. Macri dijo gano yo y vienen los dólares; Prat Gay dijo que la devaluación no iba a precios; el acuerdo con los buitres produciría aumento de inversión externa directa. Nada de eso ocurrió. Habría que preguntarle a los que votaron a favor, para qué acordamos con los fondos buitre. Se equivoca el gobierno cuando dice que la economía va a crecer a partir de la exportación en un mundo sobrestockeado. Cómo va a apostar al frente externo con caída de comodities; de sus principales socios comerciales, Bric complicados, etc. Lo lógico hubiese sido proteger el consumo interno. En cambio, han implosionado los sectores internos sacándole dinero del bolsillo a los argentinos. Hoy tenemos asignación universal, jubilaciones y salarios depreciados. Recesión económica, alta inflación, clase media achicando gastos y preocupada por los tarifazos y en los sectores populares asoma el fantasma del hambre.
 —El diagnóstico era que había que hacer algún ajuste económico. No se creció en los últimos 4 años.
 —El año pasado se creció el 2,1 %; este año decrecemos el 1 - 2 %. Es distinto. Se achicó el mercado argentino. No creo que Scioli hubiese aplicado la misma receta. Era una Argentina con problemas pero los argentinos vivían sin preocupaciones. Hoy se agravaron los problemas y hay preocupación en la población. Después está el modelo ideológico sobre el que uno construye. Había que actualizar tarifas, no de la manera que lo hicieron. No es que se regalaba el gas, se pagaba de otra manera; una con consumo y otra por impuestos con efecto distributivo porque el que más tiene más paga impuestos. Donde más claro se ve es el transporte de pasajeros que lo utilizan los sectores de menos recursos.
 —Puedo coincidir en transporte público, pero no así en gas y electricidad, donde se beneficiaron sectores sociales muy altos.
 —Probablemente no sea lineal en esos dos servicios. Hay una mirada ideológica del gobierno. Es un gobierno talibán en lo ideológico, fundamentalista. Cree que las cosas que están haciendo la hacen bien y retroceden cuando los obliga la relación de fuerzas como en el tarifazo. Hay cosas que no se entienden; que se importa frutilla de China sin reconocer que una de las economías regionales de Santa Fe es la producción de frutilla y que impacta en la economía. A una situación económica compleja, se hace una apertura indiscriminada de importaciones. Ni Estados Unidos hace eso. Hillary Clinton y Donald Trump coinciden en oponerse al Transpacífico por la oposición de trabajadores e industriales. Acá es el revés, el gobierno piensa más hacia afuera que hacia adentro.
 —¿El kirchnerismo se siente segregado de la conducción del peronismo? Gran parte del justicialismo votó los proyectos clave del gobierno
 —Sentimos que tenemos una mirada distinta. No me siento representado por los que votaron a favor de los fondos buitre, sí por los que votaron en contra. No comparto la idea de un peronismo que sea el sidecar de Macri; un oficialismo bis; un peronismo que en función de la gobernabilidad termine siendo cómplice de la política de ajuste. Comparto un peronismo asociado a la representación de aquellos que directa o indirectamente están siendo afectados por las políticas del gobierno. Es un peronismo que acompaña a las multisectoriales contra el tarifazo; la marcha de San Cayetano, etc.
 —¿El kirchnerismo ha hecho la autocrítica sobre los casos de corrupción de la gestión?
 —Nosotros denunciamos los casos de corrupción. No pasaron dos horas del caso López y los diputados del Parlasur del Frente para la Victoria salimos a condenar el hecho. Quisimos expulsarlo en la primera sesión y los diputados de Cambiemos no nos permitieron hacerlo. Es un hecho que nos duele, fue un mazazo hacia el interior de nuestro espacio político. Eso no indica que no podamos ver que hay una estrategia por parte del gobierno que utiliza a un sector del partido judicial como su estilete más profundo para tratar de atacar a los 12 años de gestión y fundamentalmente a la figura de Cristina Fernández de Kirchner para tratar de desprestigiarla y deslegitimarla. El objetivo es muy claro: sacarla a Cristina de la cancha. No es el mismo escenario político con o sin Cristina en la cancha. Sin Cristina, Macri hace y deshace. No hay otro dirigente político de la oposición -tampoco creo que tengan ganas- de generar una alternativa al gobierno de Macri. Con Cristina en la cancha las miradas opositoras tienen una figura de volumen político. Cada mala noticia económica viene acompañada con una denuncia sobre Cristina. Está clara la persecución y no es la primera vez que ocurre en la Argentina. Le pasó a Perón, a Frondizi, a Yrigoyen. Tampoco es nuevo en América Latina, pasa con Dilma, con Lula, con Correa, con Evo. Separemos la paja del trigo: los que se corrompieron hay que denunciarlos y separarlos. ¿Alguien puede pensar que Bonadío es un juez independiente, imparcial? Bonadío es una animadversión para con el kirchnerismo y tendría que excusarse de participar.
 El diputado del Parlasur dijo que ante cada mal dato económico suman una nueva imputación contra la ex presidente. “No comparto la idea de un peronismo sidecar de Macri”, afirmó.
 La reforma constitucional
 —Lifschitz puso en marcha un proceso de reforma constitucional. ¿Su opinión?
 —Primero critico la oportunidad. Con los problemas de seguridad que tiene la provincia, con los problemas socioeconómicos y sociales que se vienen me parece que la dirigencia política hablando de reforma constitucional está a muchos kilómetros de distancia de los problemas de la gente. Me hubiese gustado más que el gobernador convoque a un pacto por la seguridad social o a un acuerdo para defender las economías regionales de la provincia, el empleo, el sector industrial. Serían las cosas en que a la sociedad santafesina le gustaría ver a los dirigentes políticos de acuerdo. Sobre la cuestión de fondo admito que tenemos una Constitución que era la más nueva de las viejas y que ha quedado como la vieja de las nuevas. Cuando se analiza esto se admite que se necesita adecuación, algunas evidentes como el mandato de dos años de los presidentes comunales y otras que merecen el debate: adecuarla a la Nacional, al respeto por los tratados internacionales, etc.

Si hay algún tiempo no es éste ni el 2017. La reforma es un hecho importante no hay que mezclarla ni con las elecciones de concejales, presidentes comunales ni de diputados nacional. En todo caso, el tiempo de la reforma sería 2018, primer semestre para elecciones y segundo para la convención.

"Es un gobierno neoliberal con una lógica de derecha tradicional que equivocó el diagnóstico".

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