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lunes, 15 de agosto de 2016

Advierten que el voto electrónico no garantiza el secreto del sufragio

Luego del plenario de comisiones en la Cámara de Diputados, dos de los expertos que expusieron brindaron su visión sobre la implementación de la boleta electrónica que impulsa la Nación.

por Coqui Toum / jorge.toum@uno.com.ar

Foto: Télam

El pasado 4 de agosto, especialistas en informática fueron invitados a exponer en un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación, sobre la reforma electoral que impulsa el Poder Ejecutivo, y que propone casi principalmente la adopción del sistema de voto electrónico en todo el país.

Sin embargo, la "boleta única electrónica", que se promociona como el método para terminar con el robo de boletas, con el voto en cadena, y como forma de agilizar y transparentar los comicios, trae bajo el brazo varias dudas planteadas por algunos de los expertos invitados a la Cámara baja.
Una de ellas y no menor, es la falta de garantías con respecto al secreto del voto. Javier Smaldone es uno de los expositores que advirtió sobre esa cuestión. En diálogo con Diario UNO, manifestó que dado que no existe un sistema informático ciento por ciento seguro, y que en cualquier método de votación electrónica se pueden encontrar fallas, lo que persiste es una falta de garantías con respecto al secreto del voto.

"Solo existe el sistema que hasta ahora no tenemos constancia de que haya sido violado. La historia es que siempre se descubre un error o un problema, y la objeción es que se están queriendo incluir computadoras en la emisión del voto con la excusa de transparentar o agilizar las cosas, cuando en realidad estamos debilitando el secreto y de ahí en más, cualquier beneficio que pueda haber no alcanza, y es un sinsentido realmente", expresó.

Para Smaldone se debe observar la experiencia mundial, donde más allá de las diferencias puntuales, los sistemas electorales tienen básicamente el mismo requerimiento: que sea secreto. "Puede, o no, ser obligatorio en algunos países, pero el secreto del voto es prácticamente universal. Entonces el problema es el mismo en todos lados, y hay que ser realmente muy tonto para querer cambiar el sistema para mejorarlo y despreciar la experiencia de prácticamente todo el mundo", enfatizó.
Otra de las cuestiones que resaltó el especialista es que en un distrito chico, con aproximadamente tres mil mesas –como Salta–, la implementación del voto electrónico llevó alrededor de seis años, y que "ahora se pretende instalar en las 95 mil mesas del territorio argentino, que es uno de los más extensos del mundo, de la noche a la mañana".

"Es decir, pasamos de una ley electoral que con modificaciones menores, tiene 104 años, a querer cambiar radicalmente el sistema por uno que es desaconsejable por muchas cosas, en menos de un año", indicó a Diario UNO.

El informático planteó además que el proyecto del Ejecutivo, no da precisiones sobre el software y el hardware que utilizará en la reforma. "Al argumento que uno ponga, le contestan que todavía no está definido, entonces hay una gran nebulosa, porque todavía no se ha aprobado el proyecto de ley, y aun cuando se apruebe, faltará ver cómo se va a reglamentar, y si la adquisición, o el alquiler del sistema va a ser potestad del Ejecutivo", explicó y advirtió: "Hay varias cosas, uno es el tema costo, y el otro ver hasta qué punto esto no es una privatización del sistema electoral, porque no se ponen de acuerdo. Se dice por ahí que habrá una licitación pero, por otro lado, que va a ser un desarrollo propio del Estado. Se dijo que se iba a usar el que se usó en Salta, pero ahora parece ser que se piensa traer un sistema de Corea, con lo cual además de la privatización, es una extranjerización del sistema electoral, que es la base de democracia".

Dijo a su vez que, contrariamente a lo que se cree, en los países más avanzados el electrónico es un sistema que no se utiliza, y que en Estados Unidos no se vota mayoritariamente con computadoras. "Lo que se hace es contar con computadoras, y solo aproximadamente en el 30 por ciento de los condados se vota por computadora, y muchos tienen máquinas que tienen hoy 15 años. Hoy están votando todavía con esos equipos porque no los han podido renovar nunca y esto ha hecho que cada vez se usen menos, y vuelven a votar con boletas de papel poniendo marcas. Esa es la experiencia que no se puede obviar, no se puede dejar de ver", argumentó.

Por último, consultado sobre las conclusiones luego de la jornada de exposiciones, reflejó que los argumentos de quienes están a favor del voto electrónico no son claros, porque "se habla de la transparencia, pero no se dice en qué cosas".

"Se habla de la velocidad, de la facilidad, y que son cosas a tener en cuenta, pero no es lo fundamental. Hay otros valores antes, en particular, la universalidad y el secreto. La ley electoral debería ser bastante precisa, y si uno mira el Código Electoral actual es perfectamente preciso hasta de cómo debe adecuarse el cuarto oscuro, y una cosa que se reclama es por qué pegamos este salto a una boleta única electrónica, cuando en realidad bien podríamos haber ido a una boleta única de papel", planteó.

Por su parte, Leonardo Martínez, profesional del área informática desde hace más de 20 años, que actualmente trabaja en la sectorial de informática del Ministerio de Economía de la provincia, y que participó en elecciones de Santa Fe con distintos sistemas como la ley de lemas, o la última boleta única, fue otro de los expositores en la Cámara de Diputados que se mostró con interrogantes frente a la reforma.

Para Martínez, si bien puntualmente lo que se está tratando es una reforma electoral, de lo único que se trata es de cambiar el modo de votación. Sostuvo que bajo el argumento de terminar con algunas prácticas reprochables como el robo de boletas, el voto en cadena, o las boletas sábana, se propone como solución la boleta única electrónica, pero que la boleta única en papel, como la que rige en Santa Fe, también resuelve esos problemas.

"Una cosa que el proyecto dice que se termina es el voto en cadena, pero en realidad se agrava. En diputados, Javier Smaldone hizo la demostración en vivo, de cómo con un celular también se hace el voto en cadena, y sin necesidad de sacar el teléfono del bolsillo, solamente con una aplicación", graficó.

Respecto de las boletas sábana, sostuvo que el proyecto solo exige que se ponga el primer candidato en la pantalla, y que "el resto no figura en ningún lado, salvo en algún afiche al lado de las autoridades de mesa".

"El único problema real que soluciona es el robo de boletas porque ya no hay más boletas, pero lo más grave de todo es que da la posibilidad y cualquier informático lo puede afirmar, que rompe con el secreto del voto", subrayó.

"Con una computadora no se puede garantizar el secreto al voto, eso en el caso de las boletas electrónica, es un acto de fe. Es creer en lo que dijo la gente que auditó el sistema. Pasamos de un sistema en el que el elector puede verificar en persona, a algo en donde tiene que creer lo que le dicen", añadió.

El especialista puntualizó sobre los peligros de la boleta electrónica en función de que es la misma computadora la que graba el voto y la que lo cuenta, y que esto no otorga garantías de que lo que está grabado en el chip, se vaya a reflejar en el conteo final.

"Desde la Fundación Vía Libre explicaron que con tres líneas de código, se pueden generar problemas de conteo en todas las máquinas en simultáneo, en cambio el robo de votos con el sistema de papel se puede hacer en una determinada cantidad de mesas, pero cuando se modifica el código puede tranquilamente variar una determinada cantidad de votos por mesa, y dar vuelta una elección", ejemplificó y recordó que la última elección en la provincia terminó definiéndose por 1.496 votos.

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