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domingo, 17 de julio de 2016

Santa Fe analiza tres sistemas de votación para el año que viene

Hay dos opciones para el voto electrónico y una tercera que sostiene la Boleta Única de papel, pero le suma tecnología al recuento y la transmisión de datos. El gobernador debería tomar una definición en las próximas semanas porque todas demandarían su tiempo.

por Hipólito Ruiz / hruiz@uno.com.ar


Las próximas. Se elegirán cargos legislativos el año que viene.


Al momento de implementar un sistema electoral son muchas las variables que se deben analizar, como la magnitud del territorio (circunscripciones); el formato de las listas (cerradas, abiertas); la traducción de votos en bancas; y el sistema de votación. El gobierno provincial está pensando en introducir modificaciones a este último punto: al cómo se vota.
Desde 2011, Santa Fe elige a sus autoridades locales y provinciales con el sistema de votación de Boleta Única de papel (esta también es implementada por Córdoba). Ese formato tuvo una buena aceptación del electorado santafesino, que no mostró grandes inconvenientes en adoptarlo. Sin embargo, en las elecciones primarias del año pasado hubo serios problemas en el escrutinio provisorio que terminaron con la renuncia del entonces secretario de Tecnologías para la Gestión, Javier Echaniz.
Esos inconvenientes llevaron al gobierno provincial a pensar en otras opciones o en mejorar el sistema actual. En el país existen la boleta partidaria o múltiple, como la que implementó Nación en las últimas elecciones nacionales y que se conoce como boleta sábana. Pero Santa Fe no piensa volver a ese sistema que considera una etapa superada. También está la experiencia de la Boleta Única Electrónica, como tienen Salta y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba).
El gobierno provincial está estudiando la posibilidad de introducir algunas modificaciones en el sistema de votación y dejar el resto del sistema electoral intacto. En ese trabajo están la Secretaría de Tecnología para la Gestión y la Dirección de Reforma Política y Constitucional y cuando terminen elevarán los resultados al gobernador Miguel Lifschitz, que será el encargado de tomar la decisión final.
Hasta el momento hay tres opciones que están en carrera. Una de las opciones es adoptar el sistema de Boleta Única Electrónica, que ya utilizaron Caba y Salta y al que parece orientarse el gobierno nacional para implementar total o parcialmente en las legislativas nacionales de 2017, porque así lo denomina en su proyecto de ley. Sin embargo, ese sistema no es propiedad del gobierno de la ciudad de Buenos Aires o del de la provincia de Salta, sino de la empresa MSA (Magic Software Argentina). En varias oportunidades, distintos dirigentes del Frente Progresista Cívico y Social se mostraron en contra de quitarle al Estado la potestad de controlar y administrar las elecciones para dejarlas en manos de privados.
Por eso, una segunda opción es ir hacia un sistema de Boleta Única Digital, tal como lo plantea un proyecto del diputado provincial Eduardo Di Pollina (Partido Socialista). Esa iniciativa tiene en común con el de MSA que usan tecnología en todo el proceso electoral desde el momento de la opción por parte del elector en una pantalla al escrutinio y difusión de resultados.
La diferencia es que Di Pollina establece en su proyecto que es el Estado quien administra la elección y provee el software. Además no utilizaría un chip, como en Salta y en Caba –donde se demostró que se puede vulnerar el secreto del voto–, sino una lectora tipo QR. Ese proyecto sigue la postura de la Cámara Nacional Electoral de no tercerizar las elecciones.
Una tercera alternativa que está bajo análisis es mantener la Boleta Única de papel actual pero incorporándole tecnología solo al momento del escrutinio (confección de actas en el escrutinio de mesa, conteo, etcétera) y en la transmisión de resultados hacia el Centro de Cómputos para el escrutinio provisorio.
El director de Reforma Política y Constitucional, Oscar Blando, le dijo a Diario UNO: "Esta propuesta intenta utilizar tecnología en los dos momentos del proceso electoral donde tuvimos algunos problemas, especialmente en las elecciones primarias del 2015. Esta es la alternativa menos costosa en términos financieros, que menos tiempo necesita para la implementación y también sigue la línea de la Cámara Nacional Electoral".
Concretamente se está pensando en contar con un dispositivo electrónico (como puede ser una tablet) por mesa que permita que las actas no se confeccionen manualmente para eliminar posibles errores en la lectura de los números escritos a mano. "Eso permitiría hacer las actas de escrutinio en la tablet, con la presencia de todos los fiscales e imprimirla, porque el acta y los certificados están en la Constitución, por lo tanto eso no se puede modificar. Y una vez que se imprime, la firman todos. Además, para la transmisión de datos, el jefe de local que antes tenía que mandar un fax con los resultados al Centro de Cómputos, ahora con otra tablet lo va a enviar electrónicamente", explicó Blando.
Los tiempos
El inconveniente de la iniciativa de Di Pollina es que hay que empezar de cero, ya que no se tiene ni las máquinas ni el software. Mientras que la que impulsa el gobierno nacional tiene la ventaja de que todo se le alquila a una empresa.
En tanto, la tercera opción es la más sencilla porque no requiere máquinas para votar y solo demandaría un dispositivo electrónico por mesa más otro por centro de votación y que es el que se utilizaría para transmitir los datos al Centro de Cómputos. Ese dispositivo no tendría conexión con los que se utilicen en el recuento de votos en las mesas.
"Esto nos permitiría no tener que cambiar la ley de Boleta Única, ya que los dos o tres artículos que hablan de escrutinio y transmisión de resultados no se tendrían que modificar. Solo haría falta cambiar la reglamentación a través de un decreto del Poder Ejecutivo. En cambio las otras dos alternativas sí necesitarían la aprobación de la Legislatura, porque por lo menos se modificaría la ley de Boleta Única y probablemente alguna parte de la de primarias", sostuvo Blando, quien aclaró que cualquiera de los caminos que decida transitar la provincia requerirá de un consenso político.
Las elecciones de convencionales
El gobernador aseguró en una nota a La Capital que luego del receso invernal va a "arrancar muy fuerte con la reforma constitucional". Un elemento más que se sumaría, entonces, sería –en caso de conseguir el consenso necesario para una reforma– la elección de los convencionales que sobre todo requiere definiciones políticas pero que tendría su impacto en el cronograma electoral.
Por ejemplo, se debe decidir si esos comicios se realizan en simultáneo con las elecciones de autoridades locales, con las legislativas nacionales o si se realiza una elección especial para los convencionales. El tema dejará mucha tela para cortar porque existe la posibilidad de que el propio gobernador Miguel Lifschitz sea candidato a convencional. Al ser consultado al respecto, Blando aseguró que "no hay ninguna incompatibilidad constitucional".
Todos los elementos son materia de análisis para definir el sistema de votación. Cada una de las opciones –las dos de voto electrónico o la de Boleta Única de papel con recuento y transmisión de datos electrónica– requiere un detallado análisis que incluye los costos y los tiempos de su implementación. Pero, fundamentalmente, el debate se debe centrar en encontrar el mejor sistema de votación. Teniendo tan fresca la experiencia de las primarias de 2015, la mejor inversión que pueden hacer los santafesinos es en transparencia. Eso no tiene precio.

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