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sábado, 2 de abril de 2016

CENTRAL RESCATÓ UN EMPATE ANTE OLIMPO DE BAHÍA BLANCA PERO PERDIÓ EN LAS TARJETAS

El equipo dirigido por Eduardo Coudet no logró hacer pie ante un equipo que jugó 75 minutos con un hombre menos por la expulsión de Juan Quiroga. Sigue puntero pero ajustado.
La Capital | 
CENTRAL RESCATÓ UN EMPATE ANTE OLIMPO DE BAHÍA BLANCA PERO PERDIÓ EN LAS TARJETAS
 Trasladar el partido de ayer en Bahía Blanca a un cuadrilátero implicaría un razonamiento lógico: fue empate pero Central lo perdió en las tarjetas. El aplauso de los hinchas de Olimpo tras el pitazo final fue una clara muestra de cuáles habían sido las sensaciones de un encuentro trabado, chivo, en el que el pecado capital del Canalla fue no haber sabido hacer pesar ese hombre de más que tuvo durante más de 75 minutos. Que no es poco por cierto. Porque un equipo con aspiraciones serias no debería quedar expuesto a este tipo de fragilidades. Por eso el sabor amargo, con un punto que aporta poco pero que sí abre, cuanto menos, algunos replanteos.
Si de tarjetas se trata, lo de anoche tuvo mucho en ese sentido. Es que a partir de ese revoleo de tarjetas que Pitana lanzó en la lluviosa Bahía Blanca aparecieron las dudas de Central. Obligándose primero a sí mismo a saberse superior y obrar en consecuencia, y casi condicionándolo después cuando los cartones amarillos (muchos seguidos y en pocos minutos) lo llevaron a un nerviosismo inusitado. Impropio de un equipo que hasta aquí supo hacer alarde de su inteligencia.
A eso hay que sumarles algunas otras cosas. Porque reducir todo a ese nerviosismo tampoco sería lo correcto. Es que esa obnubilación que expuso tuvo como pilar una falta de juego que generó, básicamente, una actuación endeble.
No hay excusas de cansancio ni mucho menos. Se venía de un parate que fue muy bien recibido, y desde ese costado tampoco el equipo rosarino pudo marcar la diferencia, amén de la particular forma de jugar que mostró Olimpo, sobre todo tras la rápida roja a Quiroga, algo que le permitió manejar la pelota a Central con absoluta libertad, dándose cuenta con el correr de los minutos de las enormes dificultades que cargaba consigo el líder de la zona 1, y para muchos uno de los principales candidatos al título.
De la consideración de candidato sale otro disparador. No menos importante por cierto. Es que el Canalla era uno de los que abría la fecha (al menos el primero en jugar de los más encumbrados) y para saberse fuerte y con carácter hay que demostrar a menudo. Bueno, ayer Central tuvo una gran chance para hacerlo y se quedó empantanado en el intento.
No precisamente por medio de un acto de menosprecio hacia el rival de turno, pero sí desde el lado de que ese rival, en los papeles más endeble, no sólo le hizo partido, sino que le complicó la vida con un jugador menos.
En una mesa que parecía servida con la tarjeta roja a Quiroga, Central se puso a pelear en lugar de degustarla. Y en medio de ese nerviosismo aparecieron otras tantas amarillas que condicionaron. Y ante tanta confusión la roja a Musto, por fortuna para el Canalla, llegó sobre el final (igual se perderá al menos una fecha). A escasos minutos de los aplausos de los hinchas de Olimpo, que dieron el veredicto tras un empate que Central perdió claramente en las tarjetas.

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