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jueves, 18 de febrero de 2016

Un hombre que ejerció la violencia machista seguirá preso

La fiscal Raquel Almada pidió 4 años y medio de prisión para un hombre que agredió a su ex pareja, y violó más de una vez la orden judicial que le prohibía acercarse. El juez José Luis Suárez evaluó que había elementos para enjuiciarlo.
Rosario 12 | 
Un hombre que ejerció la violencia machista seguirá preso
La fiscal de la Unidad de Violencia de Género, Raquel Almada, pidió 4 años y medio de prisión para un agresor acusado de amenazas, daños y desobediencia a una restricción de acercamiento, contra su expareja. Ayer, en una audiencia oral, el juez José Luis Suárez consideró que los elementos que reunió la fiscalía son "suficientes" para llevar a juicio a Néstor Anchabal, imputado de cuatro hechos. Además, ordenó que siga preso hasta el juicio oral y público. El avance de la causa judicial llegó tras los innumerables reclamos de Jésica B., la víctima de los ataques y amenazas de muerte del imputado, y de la organización Ampliando Derechos, que insistió en el pedido de detención del violento. Almada reveló que el agresor fue imputado en libertad, en marzo pasado, por amenazas y desobediencia; pero al advertir que siguió incumpliendo, fue detenido en noviembre pasado. "Ahora mis cuatro hijos y yo dormimos más tranquilos", dijo Jésica a este diario. Cuando escuchó la decisión del magistrado, no pudo evitar las lágrimas. La fiscal Norma López la acompañó en la audiencia, junto a miembros de organizaciones.
"En 2010 decidí separarme de este hombre, pero ahí fue cuando empezó la peor pesadilla", relató la joven de 29 años, que estuvo con el imputado desde los 16. Por aquellos días, le sacó pertenencias de su casa y tuvo que pasar una noche en un contenedor, con sus cuatro hijos de 5, 8, 10 y 12 años, para que él no los encontrara. "Hice más de 35 denuncias, pero recién el año pasado conseguí que se lo imputara. El estuvo en arresto domiciliario, pero nunca lo cumplió. Yo me tuve que mudar más de diez veces y cambiar a mis hijos de escuela otras seis veces. Ellos están en tratamiento psicológico; porque además, para cubrirse, él me denunció por maltrato infantil y dijo que los chicos estaban abusados. Esos dichos valieron más que mis denuncias, y mis hijos tuvieron que declarar ante varias personas", resumió sobre su calvario.
Ayer, en la audiencia, la fiscal habló de los incumplimientos, de la falsa denuncia por abuso y de los cuatro hechos en los que el agresor amenazó de muerte a Jésica y hasta a su propia hermana -quien testificará en el juicio oral-, que intentó defender a su madre de la violencia de Anchabal. "Este hombre, siguió cometiendo delitos, aún estando imputado; y hasta intentó amedrentar a la víctima para que abandone la causa. Incluso siguió violando la restricción desde la cárcel, porque le dio a la policía el teléfono de Jésica para que le pidan que le lleve alimentos", dijo Almada. La fiscal aseguró tener pruebas de que el agresor "sometió a la víctima a un permanente acoso y violencia". Y habló de las más de 35 denuncias en el viejo sistema penal, sobre las que dijo no poder avanzar por incompetencia.
El comportamiento del imputado quedó demostrado incumplimiento tras incumplimiento: mientras estaba imputado en libertad, cuando le dieron prisión domiciliaria en la casa de su madre; y desde que está en la cárcel. "Incluso, en una oportunidad llegó en estado de ebriedad a la Fiscalía", reprochó la fiscal. "Si queda libre hasta el juicio va a entorpecer la prueba y volverá a amedrentar", protestó, tras el pedido de excarcelación de la defensa.
Entre los hechos que relató Almada, dijo que una noche Jésica se quedó horas sosteniendo la puerta del patio de su casa, porque escuchó ruidos y se había dejado el botón de pánico en la habitación. Al día siguiente, encontró en la puerta una leyenda aterradora: "Te tengo". Casi todos los días, Jésica recibía llamadas de él, en las que era amenazada con su vida y la de sus hijos. Incluso, en el episodio contra su hermana, el agresor le dijo: "Te va a pasar lo mismo que a Jésica".
En la causa, aparecen cuatro hechos, pero hubo varios más: "Una vez me puso veneno en un vaso de coca; y en 2013, hasta me golpeó con un amigo suyo, delante de mis hijos. Cada vez que me amenazaba me decía `te encontré\'. Pero nunca me pasó la cuota alimentaria. Muchas veces me sentí desamparada por el Estado, porque siempre denuncié y nada pasaba. Hasta hace unos meses, tenía atrás de la puerta una mochila con todos los documentos y 300 pesos para salir corriendo".
En tanto, desde la organización Ampliando Derechos Diversidad y Género, Nora Giacometto señaló: "Estamos muy contentas porque logramos ser escuchadas por la fiscal Almada, a quien vemos más comprometida con las denuncias, ya que no solamente se avanzó con la de Jésica, sino en otras que estamos acompañando". De todos modos, dijo que hay mucho por hacer.

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