viernes, 26 de febrero de 2016

Santa Fe “Me llevó atrás, me amenazó y después tuve que pasar lo peor”

Testimonio de la joven empleada de una panadería, asaltada y violada. La policía está tras los pasos del deleznable delincuente

Este jueves, cuando faltaban algunos minutos para las 7, una empleada que atendía la panadería Hecho en Candioti, ubicada sobre calle Lavalle al 3600 del barrio Candioti de esta capital, fue abusada sexualmente y asaltada por un delincuente que ingresó al local como cliente.

El autor, luego del aberrante hecho, le ordenó a la víctima permanecer en el local, pero ella corrió hacia una vivienda ubicada frente a la panadería adonde trabaja su madre y le contó el martirio vivido.

Diario UNO mantuvo un diálogo exclusivo con la víctima del aberrante delito, quien estaba en compañía de su madre y narró la mortificante situación vivida, y por obvias razones se mantienen en reserva las identidades de ambas.

—¿Cómo empezó su día de trabajo?

—Este jueves, eran las 6.50, yo había recibido la mercadería que trae diariamente el repartidor. Luego pasó el dueño de la panadería, Alejandro, que me preguntó si necesitaba algo y se fue. Mi mamá me trajo mi chaqueta limpia y se cruzó a trabajar a la casa de él, que queda justo enfrente. Yo me puse a acomodar toda la mercadería preparándola para la venta, y cuando me di vuelta vi que había un cliente. El hombre sacó un billete de 50 pesos y me pidió 10 pesos de bizcochitos. Luego, yo saqué dos billetes de 20 para darle el vuelto; cuando levanté la vista vi que estaba temblando. Lo observé y llevaba puesta una campera negra con vivos rojos y un pantalón babucha gris.

—¿Hasta ahí fue todo normal?

—Sí, justo hasta ahí. Porque después que le di el cambio, dejó el bolso con los bizcochos en una mesa, pasó detrás del mostrador, me tomó violentamente de los brazos y me pidió el dinero de la caja registradora. Yo le di los 227 pesos que había, y me sacó de la chaqueta mi teléfono celular. Luego, me arrinconó contra una heladera, me preguntó si tenía otra cosa de valor para darle, y me consultó si yo estaba sola. Yo le respondí que no tenía más nada para entregarle, y que estaba sola. Entonces me amenazó con una de la pinzas metálicas que se usan para servir las facturas, me obligó a ir a la parte de atrás del negocio. Me amenazó para que me bajara la ropa, y finalmente pasó lo peor. Cuando él salió del local, yo salí de la panadería, crucé la calle corriendo y la fui a buscar a mi mamá. El ladrón me miró y puso en marcha la moto negra sin patente, una 125 centímetros cúbicos y se escapó.

—¿Usted y su madre denunciaron todo lo que había pasado?

—Sí, vinieron de la Comisaría 3ª, y uno de los agentes dijo que pasó rumbo a la seccional caminando para tomar la guardia, pero como vio gente y no estaba el cartel de abierto, no entró a comprar galletitas.

Finalmente, madre e hija hicieron la denuncia en la dependencia de orden público del barrio Candioti y de allí fueron derivadas a la Comisaría de la Mujer, quienes se hicieron cargo de todas las actuaciones. Desde allí derivaron a la víctima, acompañada de su madre, al hospital José María Cullen para la realización de exámenes médicos. La joven fue sometida a exámenes de todo tipo de enfermedades de transmisión sexual según el protocolo usado en estos casos.

Investigación policial y judicial

La jefatura de la UR I La Capital, Región III, ordenó que decenas de policías se abocaran a la investigación y al esclarecimiento del suceso. Al cierre de esta edición no hubo detenidos e informaron al fiscal del Ministerio Público de la Acusación.


Juan Trento / jtrento@uno.com.ar

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