lunes, 18 de enero de 2016

Santa Fe Apoyos y cautela sobre el uso de coberturas anti UV en natatorios

El mes pasado se aprobó en el Concejo Municipal santafesino un proyecto impulsado por Mariano Cejas (FPCyS - UCR) referido al tema. Dermatólogos opinan e insisten en los cuidados.
Foto: Manuel Testi / Diario UNO Santa Fe
El mes pasado, en su última sesión ordinaria, el Concejo Municipal de Santa Fe determinó solicitar al Ejecutivo local “que se exija a los natatorios de la ciudad que posean protección contra rayos ultravioleta (UVB y UVA), durante el período estival, particularmente en la franja horaria que va desde las 10 hasta las 16”.

Fue luego de la presentación de un proyecto de comunicación elaborado por el concejal Mariano Cejas (FPCyS – UCR), que contó con el acompañamiento del resto del cuerpo legislativo.

En la opinión de Cejas, “el verano es una época de riesgo para la piel si no sabemos cuidarla de forma adecuada. El principal riesgo viene dado por la radiación ultravioleta del sol, uno de los principales responsables del cáncer de piel. Por este motivo, consideramos necesario que desde el Estado haya una actitud proactiva tendiente a resguardar y cuidar la salud de la población, además de apelar a una conducta responsable de todos los ciudadanos”.

“Teniendo en cuenta –agregó el edil– que el clima de nuestra ciudad en el período estival hace inevitable la necesidad de refrescarnos, considero de vital importancia que los establecimientos que cuentan con natatorios habilitados, cuenten asimismo con un sector de piscinas, cubierto o techado, de manera que provea sombra para la protección del sol, especialmente para los más pequeños”.

Consultado al respecto, el dermatólogo Mario Squeff , consideró que si bien “no es la medida más relevante, sí es una más que aporta mucho en las acciones de prevención y concientización para evitar las enfermedades producidas por la exposición al sol”.

“Toda protección física es buena –consideró en diálogo con Diario UNO. En países como Australia esto está muy desarrollado, del mismo modo que el uso de ropa con protección UV, fundamentalmente en los niños”.

Luego, dijo que esas medidas son insuficientes si no se incorporan otras ampliamente difundidas: “sombreros de ala ancha, lentes de sol factor de protección solar (FPS) de 30, mínimo, evitar todo tipo de exposición entre las 10 y las 16, aplicarse los FPS media hora antes, entre otros”.

Podría ser “antieconómica”

Por su parte, Mónica Prida, jefa del servicio de Dermatología del hospital Iturraspe, consideró –luego de enfatizar que no conocía la propuesta de Mariano Cejas en detalle–: “La medida podría ser buena aunque quizás antieconómica para los natatorios”.

“No puedo dar una opinión definitiva porque no conozco la normativa en detalle. Claramente sería una buena medida para la salud si la pensamos como otra forma de prevención, pero puede resultar poco viable. ¿Cómo se cubre una pileta olímpica con material anti UV?”, reflexionó la dermatóloga.

Y recordó, como ensayando una suerte de propuesta: “Nuestros padres no nos permitían estar al sol y en el agua en horas de la siesta. Los natatorios en esas horas permanecían cerrados. Quizás debamos recuperar un poco esa costumbre. Pero reitero que no puedo dar todavía una opinión definitiva”.

Ropa y techo en plazas

Mientras tanto, José Luis Iribas, Jefe de Dermatología del hospital Cullen y expresidente de la Asociación Argentina de Dermatología, consideró en general que las barreras de protección física contra la radiación ultravioleta son indicadas y de uso muy extendido en otras latitudes.

“En algunos países como los Estados Unidos, Australia, entre otros, es común que los niños estén jugando en la playa e ingresando al mar con ropa con telas que tienen protección contra los rayos ultravioletas, algo disponible hoy también en la Argentina para niños y adultos”, dijo. “Básicamente se trata de remeras–preferentemente de mangas largas y livianas– con telas anti UV y trajes de baño con esos tejidos”, describió.

Y recomendó: “Los niños deben también protegerse con sombreros de ala ancha y con cremas con factores de protección altos, en las zonas en las que estas barreras físicas no los cubren. Los recién nacidos y niños pequeños no deben exponerse al sol directamente. Sí con todas las medidas protectivas, bajo una carpa, ropa adecuada y cremas indicadas por un profesional, pueden estar en horarios razonables en la playa, aunque preferentemente a partir del año de edad”.

También los adultos pueden usar estas ropas, sombreros de ala ancha y lentes de sol con protección UV, explicó. “Además –contó el profesional–en los Estados Unidos algunos espacios de recreación pública como plazas con juegos para niños, están comenzando a ser techadas, para que puedan ser usadas en horarios de calor y mucha luz solar”.

Finalmente, recordó que las radiaciones luminosas de origen solar o que provienen de fuentes artificiales de rayos ultravioleta (camas solares, lámparas) pueden provocar daños graves en los ojos (cataratas, lesiones en la retina), envejecimiento prematuro de la piel (arrugas, manchas) y diferentes tipos de cánceres cutáneos.

En ese sentido, “la precaución en relación a la exposición solar debe realizarse durante todo el año y no solo en verano”, dijo.

Cada uno de los rayos y el daño que provoca

La exposición a la radiación ultravioleta (UV) es el factor de riesgo principal para la mayoría de los cánceres de piel. La luz solar es la fuente principal de la radiación UV. Aun cuando los rayos UVA y UVB constituyen solo una pequeña porción de los rayos solares, estos son la causa principal de los efectos dañinos.

Los rayos UV dañan el ADN de las células de la piel. Los cánceres comienzan cuando este daño afecta el ADN de los genes que controlan el crecimiento de las células de la piel.

Hay tres tipos principales de rayos UV: los UVA envejecen las células de la piel y pueden dañar su ADN. Están asociados al daño de la misma a largo plazo tal como las arrugas, pero también se considera que desempeñan un papel en algunos tipos de cáncer. La mayoría de las camas solares emiten grandes cantidades de UVA que según se ha descubierto, aumentan el riesgo de cáncer de piel.

Por otro lado, los rayos UVB tienen un poco más de energía que los rayos UVA.

Estos pueden dañar directamente al ADN de las células de la piel, y son los rayos principales que causan quemaduras de sol. Asimismo, se cree que causan la mayoría de los cánceres de piel.

Los rayos UVC tienen más energía que otros tipos de rayos, pero no penetran la atmósfera y no están en la luz solar. No son normalmente una causa de cáncer de piel.

La mayoría de los solares limitan el paso a la piel tanto de los rayos UVA como de los UVB. Los dermatólogos aconsejarán el mejor para cada tipo de piel y edad de la persona.

Por Mariano Ruiz Clausen - mruiz@uno.com.ar / De la Redacción de Diario UNO Santa Fe

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