domingo, 20 de diciembre de 2015

Rossi: “El diálogo que propone Macri es fulbito para la tribuna”

El exministro de Defensa dice que los grandes perdedores con las medidas del gobierno son los asalariados. Señaló que el liderazgo del PJ santafesino aún está por verse.

Hacia adentro. Rossi dice que en el último tiempo quizás las formas discursivas kirchneristas se habían agotado.
Agustín Rossi, uno de los referentes indiscutibles del kirchnerimo a nivel nacional y provincial, asumió recientemente como parlamentario del Mercusor, un cargo que le permitirá tener tiempo para construir políticamente en la provincia, según él mismo anticipa.

El viernes estuvo en Santa Fe para un plenario de militantes del centro norte provincial, en ATE. Antes, dialogó con Diario UNO, para dar su punto de vista crítico de las primeras medidas del macrismo, y anticipar los caminos que transitará tanto el PJ como el kirchnerismo en esta etapa.

—¿Como ve las primera medidas de Macri?

—Primero me llamó la atención el intento de colocar a dos miembros de la Corte por decreto, algo claramente anticonstitucional. Nunca se vio en democracia algo así. Eso estaba reservado para gobiernos dictatoriales, de facto. Y en cuanto a lo económico, tras la devaluación hay ganadores y perdedores. Entre los ganadores están fundamentalmente los exportadores, los grandes grupos más concentrados del sector agropecuario, obviamente las mineras que exportan el ciento por ciento de su producción, el sector financiero que está posicionado en dólares y posiblemente el turismo receptivo, porque al tener un tipo de cambio más alto va a haber menos argentinos que vacacionen en el exterior. Y hay grandes perdedores: primero los asalariados, que han perdido el 40% del poder adquisitivo de un día para el otro. Luego la industria vinculada al mercado interno, protegida durante todos estos años: la industria del calzado, la marroquinería, industria del mueble, del juguete, textil. Al haber pérdida del poder adquisitivo hay menos consumo y por lo tanto habrá menos producción de bienes y servicios y menos bienes transables dispuestos para la venta. Además ya se ve una inflación de 5% en diciembre y del 4% en enero. Por suerte hoy la Argentina después de nuestra gestión ha quedado con altos niveles de ocupación. Eso amortiguará el impacto.

—Destaca este gobierno su predisposición al diálogo, en un intento de diferenciarse de la anterior gestión. ¿Qué opina usted?

— A mí me parece que si hay un inicio de diálogo, bienvenido. Ahora si te invitan a dialogar pero te meten dos miembros de la Corte por la ventana, la verdad es fulbito para la tribuna ese diálogo.

—¿Cuál es el futuro del kirchnerismo, cuál será su forma? ¿Peleará poder dentro del PJ, construirá por afuera?

—El kirchnerismo nunca se sintió disociado del PJ. Nunca tuve problemas de identidad entre ser kirchnerista, peronista o aceptar la conducción de Cristina. Lo transité sin problemas. El FPV era la posibilidad de incorporar a otros actores políticos sociales, independientes del PJ, que abrevasen en nuestra mirada política, ideológica. Eso es un ejercicio que tenemos que retomar. Nosotros tenemos que estar en una etapa de reconstitución de mayorías. Para construir una mayoría tenemos que abrir todo lo que se pueda nuestro espacio político.

—Y el kirchnerismo en un PJ conducido por una figura como la de Massa, por poner un nombre, ¿es posible?

—Massa y De la Sota fueron los verdugos del peronismo. ¿Para qué quieren estar en el peronismo ahora, si sus posiciones fueron las que permitieron que gane Macri? No los necesitamos mañana, los hubiésemos necesitado ayer. Tenemos que tener un Frente para la Victoria –que para mí es lo mismo que decir PJ– que sea capaz de llevar adelante una oposición responsable institucionalmente, pero con convicción ideológica.

—¿Falló el FPV en su campaña, cuando representantes del mismo sector parecían desconfiar del candidato? ¿No estuvo allí la primera causa de la derrota?

—Es difícil hacerse la autocrítica con el 49% de los votos. Pero sí creo que nos confiamos después de la primera vuelta. Eso sí, Scioli en el segundo tramo puso las cosas bien, transmitió que teníamos dos miradas distintas, dos modelos. Hablaban de la campaña del miedo y la verdad es que nunca nos imaginamos lo de la Corte; ahí nos sobrepasaron. Pero todo lo que decíamos en materia económica se aplicó. Mucha gente te dice: “Yo no los voté por las formas”. Cuando uno pregunta qué son las formas, no se explica demasiado, pero busco una respuesta. Nosotros desde 2008, con el debate por las retenciones, fuimos una minoría intensa. Y construimos un discurso, una mística rupturista. Y quizás esa forma discursiva nos permitió realizar las principales transformaciones entre 2008 y 2012: la nacionalización de Aerolíneas, las AFJP, Ley de Medios, recuperación de YPF. Pero la última vez que este discurso, esa forma, obtuvo legitimación electoral fue en el 2011 con el 54%. En algún lugar pecamos de ser demasiado endogámicos, endógenos, hablar mucho entre nosotros, aplaudirnos mucho entre nosotros. Por eso el ejercicio de la oposición nos dará una mirada más amplia para construir mayorías y consensos. Este paso de oficialismo a oposición será horizontal. Aparecerán matices, que existían, pero ahora tendrán más visibilidad.

Fernando Arredondo / farredondo@uno.com.ar

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