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domingo, 5 de julio de 2015

PROVINCIA DE SANTA FE En las cárceles, el 20% de los internos elige estudiar

La Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto que busca garantizar la educación en contextos de encierro. En la actualidad, la mayoría de los presos tiene hecha solo la primaria.
Diario UNO | 
En las cárceles, el 20% de los internos elige estudiar

 Continuar, retomar o iniciar su educación es una de las opciones que tienen quienes están privados de su libertad en la provincia de Santa Fe. En la actualidad, todos los establecimientos penitenciarios ofrecen la posibilidad de cursar la primaria y la secundaria; y uno de cada cinco internos lo hace.
La semana pasada, obtuvo media sanción de la Cámara de Diputados la iniciativa impulsada por los legisladores Juan Carlos Millet, Luis Rubeo, Aliza Damiani y Santiago Mascheroni, entre otros, a partir de la cual la provincia de Santa Fe adhiere al régimen de la ley nacional Nº 26.695, modificatoria de la Nº 24.660 de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad.
La propuesta establece la articulación de los ministerios de Seguridad y de Educación para asegurar que todos los internos de las unidades penitenciarias de la provincia puedan completar la escolaridad obligatoria fijada por la ley mientras se encuentren cumpliendo sus penas.
En ese sentido, la directora provincial de Educación para Adultos, Noemí Stara, resaltó que en la provincia de Santa Fe esa situación ya está garantizada. “En todas las unidades tenemos establecimientos educativos y también los tenemos en los centros cerrados y abiertos de Justicia Penal Juvenil. El Ministerio de Educación ha abordado todo lo que es contexto de encierro de la misma manera que aborda cualquier demanda de territorio”, explicó.
Aunque aclaró que “para que la obligatoriedad se cumpla tiene que haber mecanismos de acompañamiento. Afuera también está la ley que establece que el primario es obligatorio desde hace muchos años y, sin embargo, hay gente que sigue poblando las escuelas primarias para jóvenes y adultos. No se va a poder implementar una ley en el ciento por ciento si no genero estrategias para que esto llegue a quienes tiene que llegar y deje de ser una obligación para que el otro entienda que tiene que ser un derecho al cual tiene que acceder para que le cambie la vida”.
En la actualidad son 780 las y los internos que están cursando sus estudios en alguna de las 26 instituciones que funcionan en los distintos penales de la provincia y en los centros de Justicia Penal juvenil. “Nosotros tenemos garantizadas la educación primaria y la secundaria”, indicó Stara y añadió: “El adulto tiene decisiones propias. En esos contextos, estas personas, más allá de que saben que la educación los va a ayudar a generar un nuevo proyecto de vida al momento de salir, no todas quieren estudiar. De todas maneras el Ministerio de Educación ha implementado todos los recursos para garantizar que quienes quieran hacerlo puedan estudiar”.
Por su parte, Pablo Cococcioni –secretario de Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Seguridad– manifestó: “Nosotros apoyamos todas las iniciativas que sean a favor de la educación. Ya venimos haciendo algunos avances desde la práctica porque la ley Nº 24.660 ya establece el derecho a la educación; y en Santa Fe tenemos todos los niveles: primaria, secundaria y superior universitaria con las aulas virtuales de Coronda, Las Flores y la cárcel de mujeres de Santa Fe”.
En ese sentido, aclaró que en la ex-Alcaidía de Rosario, de la que se hizo cargo el servicio penitenciario recientemente, no se contaba con aulas. “Así que se iniciaron las tratativas con Educación para que haya, por lo menos, una primaria y una secundaria y eso se va a instalar en el edificio anexo que se terminaría antes de fin de año”, añadió.
Cabe señalar que la población carcelaria está integrada por 3.300 internos varones (y solo 100 mujeres) y la mayoría tiene menos de 30 años. En cuanto al nivel de alfabetización, Cococcioni indicó: “La gran mayoría tiene la primaria completa o incompleta. Hay un porcentaje menor que tiene la secundaria o, sino, la termina dentro de la cárcel; y hay una ínfima minoría que no solo termina la universidad dentro sino que ya ingresan con la universidad completa”.

“El lugar que los hace libres”
“La población que tenemos en las escuelas es buena y, además de los trayectos de primaria y secundaria, tenemos espacios de formación laboral garantizados por Educación”, analizó Noemí Strata.
Los internos que cursan algunas de las propuestas del Ministerio de Educación lo hacen en las mismas condiciones que quienes participan de la modalidad para adultos fuera de los penales. El cursado es diario, con la misma cantidad de asignaturas y los mismos requisitos para la aprobación de cada año.
“Para nosotros es una escuela igual a las que están extramuros. Solo trabajamos algunos perfiles específicos por los acuerdos interministeriales que hay que hacer, por eso hacemos mesas de trabajo en las que participan los asistentes sociales, Seguridad y los coordinadores de la Dirección provincial de Educación para Adultos. Juntos definimos el perfil de los docentes que necesitamos y cuáles son las estrategias a desarrollar para llegar al alumno”, mencionó la directora de Educación para Adultos.
En ese sentido, explicó que existen equipos interdisciplinarios que trabajan con las y los internos para promover su inserción en el sistema educativo en contexto de encierro. “Pero pasa lo mismo que afuera de la cárcel. Hay personas que se anotan solas y enseguida en la escuela y otras a las que hay que buscar con propuestas específicas como el Vuelvo a Estudiar. Acá pasa lo mismo, algunos llegan y cuando se les informa de las propuestas de las que pueden participar enseguida se anotan en la escuela y otros con los que hay que trabajar para que tomen a la escuela como un lugar de valor que los va a ayudar en el futuro”, reconoció.
Además aclaró que cuando los adultos se comprometen con el estudio suelen tener mayor continuidad y compromiso. “La escuela para los internos es un lugar de libertad, ellos siempre dicen eso, que es el espacio en el que se respira libertad”, mencionó la funcionaria de Educación.
Una vez que las personas están en condiciones de dejar el contexto de encierro, y si aún no han completado el año escolar, se articula con alguna institución de su lugar de residencia para que puedan continuar con sus estudios. “Hacemos la articulación para que puedan seguir estudiando. El seguimiento, generalmente, se hace entre los directivos de la escuela dentro de la cárcel y aquella en la que se lo inscribió para que pueda continuar con su formación de manera acompañada. Así evitamos que se genere la deserción pero, insisto, cuando el adulto está convencido que esto le sirve es muy raro que abandone. Por eso en adultos hay muy poca deserción, son decisiones personales. No estamos ante la realidad del adolescente que va a la escuela, quizás, porque lo mandan. Acá el adulto decidió pararse frente al aprendizaje de otra manera”, subrayó.
Por su parte, Cococcioni analizó que “la instancia educativa es también de socialización y de utilización productiva del tiempo. Es decir, si alguien se anota en la escuela pero después no la termina, para nosotros también es valioso porque todo ese tiempo estuvo haciendo algo más interesante y productivo de lo que hacía antes”.
En cuanto a la relación entre la cantidad de internos que estudian y los que están alojados en distintos penales de la provincia, el funcionario de Seguridad aclaró: “Tenemos que tener en cuenta que hay un porcentaje que ya terminó sus estudios antes de estar presos y después tenemos una población flotante, es decir gente que está presa muy poco tiempo. De todas maneras, sabemos que los números de escolarización pueden mejorar mucho”.
En números
•26 Son los establecimientos de educación primaria y secundaria en penales y centros de Justicia Penal juvenil.
•550 Jóvenes y adultos están cursando sus estudios primarios.
•3.300 Son las personas que se encuentran en contextos de encierro en la provincia.

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