El niño le contó a su madre y ésta lo denunció ante una asistente social del Centro de Salud del barrio Yapeyú.
De la Redacción de El Litoral
La jueza Sandra Valenti dictó la prisión preventiva para Ricardo David M. acusado por el abuso sexual gravemente ultrajante de un nene de 6 años con el que mantenía una relación de vecinos y de estrecha confianza.
La audiencia en la que se resolvió la situación del imputado tuvo lugar el pasado martes y fue impulsada por la fiscal Milagros Parodi, quien solicitó la privación de la libertad del acusado, atento a la gravedad del delito del cual resultó víctima un menor de edad.
La representante del Ministerio Público de la Acusación sindicó a Ricardo David M. como autor probable de los delitos de “abuso sexual con acceso carnal”, “abuso sexual gravemente ultrajante” y “corrupción de menores”; mientras que los abogados Sebastián Moleón y Mario Guedes, del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal, rechazaron tales imputaciones y postularon la figura del “abuso sexual simple”.
Amistad y confianza
El hecho llegó a instancias de tribunales gracias a que el pequeño le contó a su mamá, en el momento en que se iba a acostar, que su vecino Ricardo “le coloca el pene por donde hace caca y le hizo doler, le dice mira así sale la leche de la vaca, mientras realizaba actos presuntamente masturbatorios”.
Alarmada por el relato, la madre llevó a su hijo al Centro de Salud del barrio Yapeyú, donde una asistente social los derivó al Hospital Mira y López. Allí el niño fue revisado por personal médico que tras oír el brutal relato, elevó la denuncia al Centro de Orientación a la Víctima de Violencia Familiar (COVVF) ante un posible caso de abuso sexual infantil.
Afortunadamente, surge de los informes preliminares que el niño no presentaba “lesiones agudas”, no obstante lo cual se efectúa una evaluación a través del equipo interdisciplinario.
La madre del menor contó a las autoridades que no sólo son vecinos, sino que mantiene una estrecha amistad con la esposa del imputado a punto tal que sus hijos solían ir a dormir a su casa. Sin embargo, nunca sospechó nada de lo que ahora es materia de investigación.
No es fábula
Como suele suceder ante este tipo de delitos, el elemento probatorio fundamental es el relato de la víctima, que en este caso no presenta lesiones físicas que por sí mismas convaliden su versión.
Dentro de este contexto adquiere especial relevancia el informe de la psicóloga del Centro de Orientación a la Víctima, ante quien el chico cuenta que cuando la mujer de Ricardo no estaba, éste “le hacía guasadas”.
La psicóloga sostuvo que el discurso del menor “es consistente, organizado y coherente y no se infieren indicadores compatibles con fabulación ni patologías severas”.
Para el juez Valenti, “existen elementos de convicción suficientes para sostener la probable autoría o participación del imputado en el hecho investigado”, dado que el chico pudo verbalizar algunos de los actos a los que habría sido sometido y graficar otros con muñecos en entrevista con la psicóloga.
Interpretación profesional
Y si bien es cierto, como pretende la defensa, que se tratan de “interpretaciones” de los dichos de la profesional, la juez destacó la experiencia de la especialista en la materia.
Además, aceptó la figura de “abuso sexual gravemente ultrajante” propuesta por la fiscal Parodi, toda vez que se presenta de manera palmaria la vulneración de la víctima. “Se trata de un niño de 6 años que resultó víctima de hechos contra su integridad sexual al ser sometido a prácticas de sexo oral, actos masturbatorios y contacto sexual, aunque no se ha acreditado aún penetración”, sostuvo la jueza, que destacó el abuso de confianza del vecino cuando el niño iba a jugar a la play station o mirar TV.
En ese sentido, rechazó el planteo de abuso sexual simple postulado por la defensa, así como las alternativas a la prisión preventiva, argumentando que todavía restan reunir pruebas que podrían frustrarse en caso de que el imputado recuperase la libertad.
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