domingo, 3 de mayo de 2015

Entre cuidar el bolsillo y la salud, la lucha que afrontan los celíacos

Quienes están diagnosticados con esta enfermedad y deben seguir una dieta cero Tacc (trigo, avena, cebada y centeno) llegan a gastar hasta cinco veces más que los que no lo necesitan. ¿Capricho del mercado o falta de conciencia? La palabra de una referente del grupo Acela Santa Fe.
Diario UNO | 
Entre cuidar el bolsillo y la salud, la lucha que afrontan los celíacos

 En la actualidad no existe ningún medicamento prescripto para tratar la celiaquía (enfermedad intestinal crónica). El único remedio que los profesionales de la medicina recomiendan a quienes fueron diagnosticados con esta patología es el seguimiento de una dieta estricta restringida en alimentos con gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la avena, la cebada y el centeno (Tacc).

Hasta aquí el tratamiento podría parecer sencillo, pero no lo es tanto a la hora de buscar en el mercado este tipo productos, no solo porque la variedad no es tan significativa sino porque sus costos no son accesibles a todos los bolsillos.

Las diferencias de precios están a la vista de todos en los supermercados. En una recorrida de Diario UNO por las góndolas pudo verse que por ejemplo el kilo de harina común vale $9,10, mientras que uno de harina de arroz (apta) cuesta $31,60; un paquete de galletas sin gluten con sabor a pizza o cebolla alcanza los $26 y uno igual pero elaborado con harina de trigo sale $8,60, sin contar que el primero trae solo 100 gramos y el segundo se consigue por 200 gramos; lo mismo pasa con la premezcla para hacer pan, ya que las que tienen el logo “Sin Tacc” están valuadas en más de $50 y las demás valen $11. También con los fideos que en formato tradicional por 500 gramos cuestan entre $12 y $22, y los sin gluten alcanzan los $43.
En fin, para los celíacos la incorporación de productos tan cotidianos como pan, galletas, o un plato de fideos significa pagar en algunas ocasiones hasta cinco veces más.

Al respecto, Maureen Papis, una de las referentes del grupo Acela (Asistencia al Celíaco de la Argentina) filial Santa Fe dijo: “Todavía no alcanzamos a descubrir por qué existe esta diferencia, ya que entendemos que más allá de que las empresas que elaboran estos productos deban seguir ciertos protocolos, los mismos no representan tanto gasto; o sea no creemos que ello justifique el valor discriminatorio de los productos que logra que muchos se pongan en riesgo”.

En ese sentido, y en referencia a eso, Maureen Papis aseguró que “si bien en la actualidad hay más oferta de productos aptos en el mercado, a diferencia de lo que sucedía cinco años atrás”, la poca accesibilidad de los mismos en cuanto a costos “representa un problema para muchos que, por falta de información o por dejarse llevar por quienes no están informados al respecto, incurren en el consumo de productos que atentan contra su salud”.
“El celíaco tiene que cuidarse hasta en el consumo de yerba, salsas y mermeladas, por ejemplo. Entonces quizás va de invitado a una casa y por no querer encarecer el menú del resto, ingiere un producto de dudosa procedencia que le puede generar un problema a su organismo”, detalló Maureen y completó: “Por tanto, insistimos mucho en que se revea esta disparidad de costos y también se tenga en cuenta siempre que los artículos aptos son los que tienen el logo de «Sin Tacc»”.

Desde otra perspectiva, y al hacer hincapié en la existencia de la ley Nº 26.588, que se reglamentó en mayo de 2011 y estableció la obligatoriedad de que las obras sociales le reconozcan a los pacientes diagnosticados un monto determinado de dinero por la compra de productos sin gluten, Papis dijo: “Si bien esta reglamentación se cumple con buenos montos en algunas prestadoras de servicios sanitarios, en otras solo se logra con lo mínimo exigible de $270, que es un monto que no alcanza para comprar mucho y por tanto debería ser actualizado”.

Por último, y respecto de la campaña que nació en España y se viralizó en las redes sociales en los últimos días (acompañada del hashtag #QueNoPare) para hacer alusión al antagonismo de precios existente con el lema “Soy celíaco, no millonario”, la referente de Acela Santa Fe afirmó: “La visualización de este tema es de gran ayuda a la hora de buscar determinar quién es el responsable de esta diferencia y también para que la comunidad tome conciencia de la existencia de esta enfermedad que no distingue clase social y que le puede tocar a cualquiera. Es decir, queremos que cambie la actitud del productor o del comerciante que se abusa al remarcar tanto el producto e instamos a los celíacos a pasarse los datos sobre dónde se venden las cosas más baratas; y al mismo tiempo que la gente sepa que el «si comés una vez no te va a hacer nada» no existe y que si tiene un familiar o amigo que tiene que comer sin Tacc sea solidario y solo le ofrezca estos productos”.

Y sobre ese punto agregó: “También es un hecho que hay una gran diferencia en los costos de los menús aptos que se ofrecen en algunos restoranes, donde una empanada apta te sale $30. O sea, este es también un tema que hay que abordar y revisar respecto de la accesibilidad”.

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