Medio millón de personas sólo en la Ciudad de Buenos Aires participó de la marcha, según informó la Policía Metropolitana a Infobae. Hubo manifestaciones similares en Santa Fe, Córdoba, Mar del Plata, Rosario, Mendoza y en el resto del país.
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La lluvia torrencial no fue impedimento para quemedio millón de personas -según estimaciones brindadas a este medio por la Policía Metropolitana- se congregue en la Plaza de Mayo para rendir homenaje al fiscal Alberto Nisman y para pedir justicia tras su muerte. Las manifestaciones se replicaron en las principales ciudades del país e incluso un numeroso grupo se congregó frente a la quinta de Olivos.
Santa Fe, Rosario, Córdoba, Mar del Plata, Mendoza, entre otras, fueron escenario de marchas de silencio a un mes de la trágica muerte del fiscal que había denunciado a Cristina Kirchner, a funcionarios y dirigentes oficialistas por encubrir a los iraníes autores del ataque contra la AMIA.
Para la marcha en la Ciudad de Buenos Aires, los participantes se reunieron frente al Congreso. Los primeros en llegar allí, entre los aplausos de los manifestantes, fueron los fiscales convocantes. Se trató de Guillermo Marijuan, Raúl Plee, Ricardo Sáenz, José María Campagnoli, Carlos Rívolo, Carlos Stornelli, Germán Moldes; Carlos Donoso Castex y Luis Cevasco, junto al secretario del gremio de los judiciales, Julio Piumato.
La dimensión de la marcha fue reflejada por tres nutridas columnas que marcharon por Avenida de Mayo y sus dos calles paralelas, Yrigoyen y Rivadavia, uniendo por esas vías repletas la Plaza de Mayo con el Congreso Nacional. Las consignas que más se repetían en los carteles y pancartas eran "Justicia", "Nunca Más" y "Todos somos Nisman".
En diálogo con Infobae, Carrió dijo que se trató de "la revolución de las clases medias", y agregó: "Veo a un pueblo despertándose a raíz de un mártir, es algo profundamente judeocristiano". Por su parte, el ex embajador ante los Estados Unidos y ex diputado Eduardo Amadeo aseguró: "Esta pueblada bajo la lluvia es un gran espaldarazo para la justicia honesta de la Argentina, y un mensaje a la Presidenta de que tiene que oír la voz de la gente".
Alberto Iribarne, ex ministro de Justicia de Néstor Kirchner, caminó junto a los manifestantes desde el Congreso a la Plaza de Mayo. Lo propio hicieron los jueces de Casación Eduardo Riggi y Mariano Borinsky.
Quienes también dijeron presente fueron las dos principales instituciones judías de la Argentina: AMIA y DAIA. Al frente estuvieron el presidente y el vicepresidente de la DAIA,Julio Schlosser y Waldo Wolff, mientras que unos metros más atrás estuvo el titular de la mutual judía, Leonardo Jmelnitzky. Junto a otros dirigentes y miembros de la comunidad local e internacional se reunieron en Pasteur 663, para desde allí marchar rumbo a la Plaza de Mayo. Jmelnitzky consideró que la marcha fue para "defender la democracia y seguir el reclamo de verdad y justicia".
De la columna participaron los ex presidentes de AMIA, Guillermo Borger, Abraham Kaul y Luis Gringwal. También estuvo el presidente de FACCMA, Javier Veinberg, y el titular de la Organización Sionista Argentina (OSA), Daniel Lew y el director ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano (CJL), Claudio Epelman; y el presidente de la comunidad judía chilena, Gerardo Gorodischer.
El operativo de seguridad, que comenzó a las 15.30, fue realizado por casi 700 efectivos de cuatro fuerzas, sin armas de fuego. Fueron 450 uniformados de la Policía Federal, la Prefectura y la Gendarmería y unos 200 de la Policía Metropolitana. Asimismo, durante la concentración en la Plaza de los Dos Congresos, miembros del gremio de los judiciales se desplegaron con remeras que rezaban "Marcha del silencio". Pero su presencia fue solo preventiva. La jornada se inició y concluyó en paz.
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