Los trabajadores nucleados en Cartoneros Unidos celebraron el fin de la tracción a sangre y dijeron que muchos lucran con eso y cobran hasta 500 pesos por semana por animal.
La Capital |
Los trabajadores nucleados en Cartoneros Unidos celebraron ayer la puesta en marcha del programa municipal que busca erradicar la tracción animal en Rosario y que establece que desde el 4 de marzo hasta el 30 de abril los carreros podrán canjear voluntariamente sus caballos por algunas propuestas que ofrece el municipio. Para la cooperativa, la medida permitirá desactivar "la mafia, el lucro con los pobres y el maltrato que existe por personas que venden a 7 mil pesos o alquilan a 500 pesos por semana los caballos a personas desesperadas a las que no les queda otra". Un submundo que mueve apuestas, cinchadas y hasta carreras clandestinas de equinos.
Según estimaciones oficiales, deambulan por las calles de la ciudad unos 2.000 caballos que son usados por más de 1.500 familias para actividades informales como el cirujeo.
Anteayer, la intendenta Mónica Fein anunció la puesta en marcha integral de la ordenanza 8.726, de 2010, que erradica la tracción a sangre. Se destinarán unos 8 millones de pesos de fondos públicos para ofrecerles a los recolectores informales un menú de 5 opciones para reconvertir su actividad: recibir capacitación, formación educativa y otros medios de locomoción alternativos como bicicletas.
Para la Cooperativa Cartoneros Unidos que dirige Carlos Mieres, el anuncio de Fein ofrece un punto bisagra para el mercado de los caballos. "Es un buen paso, así se termina con la gente que lucra con el comercio de los animales. En Rosario se venden caballos por 7 mil pesos, pueden llegar a pedirle a alguien desesperado por trabajar la misma cifra por el carro o sino se lo alquilan a 500 pesos por semana. Y los que manejan el negocio no tienen menos de 10 a 20 caballos", denunció Mónica Crespo, secretaria de la cooperativa.
Para que quede claro, la dirigente indicó que hay un mercado negro que la mayoría desconoce y recién ahora los funcionarios están tomando nota. "Detrás de los caballos hay una mafia que lucra con la pobreza del otro. Si a un cartonero le roban su animal, tiene que caer en las redes de esta gente. Por eso es importante que se corte este negocio que mueve mucha plata. El que necesita trabajar es el mas sufrido. Hemos denunciado carreras clandestinas de caballos y cinchadas donde dejan extenuados y lastimados a los animales", se explayó Crespo.
Unos y otros. El panorama luce desalentador. Y al igual que con los servicios públicos, donde hay remises legales y truchos; también hay carreros encuadrados en la normativa, con patente en los carros y chip en los animales, y "los otros".
Los datos reflejan el contraste. La cooperativa de Empalme Graneros tiene 400 familias inscriptas que reúnen las condiciones exigidas, y existen otras 300 en Vía Honda, pero la población de recolectores informales alcanza a las 1.500 familias. De ellos, según destacó Fein, "un 70 por ciento" son analfabetos. Para Crespo "es el doble de lo que piensa la intendenta"
"Estamos contentos por este paso que se ha dado. Hay que identificar a los cartoneros, sacar los caballos de la calle y abrir una nueva expectativa de vida. La Municipalidad ofreció bicis con carrito y la posibilidad de un vehículo. También la opción para que nuestros hijos hagan cursos de albañilería, pintura y terminen la escuela", enumeró la dirigente.
Trabajadores de Cartoneros Unidos seguirán en la actividad con la idea de enlazarse directamente con los generadores. A partir del 4 de marzo y hasta el 30 de abril, los carreros podrán canjear voluntariamente los animales, que quedarán bajo la supervisión de la Unidad de Protección Animal.
Finalizado el plazo de la entrega voluntaria la repartición sacará de circulación todo equino que se encuentre en la calle.
El cartonero que estuvo con el Papa
En 2013, y en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Río de Janeiro (Brasil), el Papa Francisco tuvo un nuevo gesto con los excluidos. El Vaticano invitó a 48 cartoneros de toda la Argentina a asistir a esa cumbre y hasta allí viajó especialmente José Raúl Mieres, un joven de 22 años que es hijo de Carlos Mieres, referente de la cooperativa Cartoneros Unidos, que nuclea a 400 familias en Empalme Graneros.
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