viernes, 20 de febrero de 2015

La justicia santafesina investiga el caso de una falsa médica que atendía en Santo Tomé

El Colegio de Médicos de Santa Fe detectó que la mujer no estaba recibida y que había usurpado el número de matrícula de otro profesional. José María Albretch, Presidente del Colegio de Médicos Circunscripción I, dijo que es un hecho “sumamente grave”. La investigación penal quedó a cargo del fiscal Urdiales.
Diario UNO | 
La justicia santafesina investiga el caso de una falsa médica que atendía en Santo Tomé

La Justicia penal investiga una denuncia del Colegio de Médicos de Santa Fe contra una mujer que habría usurpado la matrícula de un médico para, sin tener un título habilitante, trabajar en la guardia de un sanatorio de la ciudad de Santo Tomé. La causa es instruida por el fiscal Gustavo Urdiales. 
El caso se conoció el pasado 3 de febrero, cuando una joven fue a la guardia de la institución médica por una dolencia. Allí la atendió una médica llamada C.V.D., quien le realizó un diagnóstico y le dio un certificado médico para que presentara en su lugar de trabajo. Ese certificado tenía la firma de la profesional y también el sello con su número de matrícula y legajo correspondiente.
Sin embargo, el problema se detectó cuando la paciente fue al Colegio de Médicos Circunscripción Nº 1 para hacer estampillar el certificado. El personal administrativo no pudo encontrar en sus registros a la profesional que firmaba el certificado. La primera sospecha fue que C.V.D. podría ser recién recibida y que aún no hubiera realizado los trámites de inscripción. Entonces, se contactaron con la autoridades de la Universidad Nacional del Litoral, pero la respuesta fue que nunca habían tenido de alumna a C.V.D. En cambio, en la Universidad Nacional de Rosario sí tenían registros de C.V.D, quien figuraba como alumna y a quien le faltaba más de la mitad de la carrera para completar su estudios. Mientras esperaban la respuesta de las universidades, en el Colegio de Médicos cotejaron el número de matrícula y saltó que pertenecía a un médico santafesino. El número de folio también era falso y pertenecía a la carpeta de un tercer profesional de la salud.
La primera notificación
Con ese abanico de documentación que cargaba de sospechas a la mujer que había emitido el certificado médico, desde el Colegio de Médicos se envió una nota al Sanatorio Santo Tomé pidiendo las explicaciones del caso y exigiendo que C.V.D no prestara más funciones en la institución hasta tanto no regularizara la presentación de las acreditaciones correspondientes de su título habilitante.
“Nosotros detectamos la irregularidad el 3 de febrero y ese mismo día enviamos la carta al Sanatorio Santo Tomé para que regularice la situación. Como dos días después no habíamos recibido ninguna contestación, hicimos la denuncia penal que está siendo investigada por el fiscal Gustavo Urdiales. Nos parece que es una situación sumamente grave”, expresó ayer en diálogo con Diario UNO el presidente del Colegio de Médicos de Santa Fe, José María Albretch.
Y subrayó que todas las instituciones médicas, tanto públicas como privadas, deben exigirle a los profesionales que contratan certificaciones que demuestren que son médicos habilitados.
—¿Cuál es el delito que se configura en este tipo de casos?
—Eso lo deberá determinar con precisión el fiscal de la causa. Lo que nosotros sabemos es que la mujer usaba información (el número de matrícula) de un profesional de la ciudad de Santa Fe y que incluso el número de folio tampoco coinciden. En ese sentido estamos, por lo menos, ante una falsificación de documento público.
El hecho estaría encuadrado por la letra del Código Penal, que en el capítulo sobre delitos contra la salud pública prevé, en el artículo 208, una pena de quince días a un año de prisión para el que “sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar o excediendo los límites de su autorización, anunciare, prescribiere, administrare o aplicare habitualmente medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo o cualquier medio destinado al tratamiento de las enfermedades de las personas, aun a título gratuito”.
Poder de control
En paralelo, el Colegio de Médicos también cuenta con un poder de control, previsto en la ley provincial Nº 3950, que establece que nadie puede ejercer el arte de curar sin estar debidamente autorizado para ello.
“Nosotros insistimos mucho con la importancia del estampillado de los certificados justamente por esto, porque es un reaseguro para los pacientes de que la persona que los atendió cuenta con los requisitos para poder hacerlo. La función del estampillado es que la institución pueda constatar que el profesional es el que firma la nota, y darle un marco de legalidad al certificado médico”, indicó José María Albretch.
—¿Qué medidas pudo tomar el Colegio?
—Lo primero que hicimos fue intimar al sanatorio para que esa persona ya no pudiera trabajar más, por lo menos hasta que presente la documentación solicitada. También emitimos una alerta de la situación al resto de las instituciones de salud y sistemas de emergencia que están comprendidas en nuestra jurisdicción para que estén al tanto de lo que había pasado y para que hagan un nuevo control sobre sus trabajadores. Cuando un profesional va a trabajar a una institución, sea publica o privada, tiene que tener una certificación de matrícula del Colegio de Médicos, porque aquí hacemos el control profesional.
—¿C.V.D. trabajó también en otras instituciones médicas?
—Todavía no lo sabemos. Estamos intentando rastrear esa información. Sobre el pedido de información que nosotros le hicimos al sanatorio, todavía no obtuvimos respuesta. Tampoco sabemos desde cuándo trabajaba allí.
Extraoficial
Al cierre de esta edición, el sanatorio no había dado una respuesta oficial ante las consultas de Diario UNO por el conflicto; sin embargo, extraoficialmente dijeron que la mujer solo había realizado algunas guardias en la institución y que ella había presentado certificados de que era una profesional habilitada. Además, agregaron que tras la denuncia, se le avisó que ya no volvería a ser llamada para futuras guardias.
Vale señalar que al menos hasta anoche la Justicia no había tomado ninguna medida contra C.V.D., más allá de haber iniciado la causa. 

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