A casi una semana del incidente, el cuerpo de Agustín, de 17 años, todavía lleva las marcas de golpes y raspones.- Foto:Pablo Aguirre
De la Redacción de El Litoral
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Agustín tiene 17 años y vive en Villa Hipódromo. Este joven manejaba su moto Honda Storm y llevaba como acompañante a su amigo Kevin, de 15. Era la medianoche del viernes y ambos volvían del cumpleaños de un conocido. “Volvíamos a casa, pero al llegar al cruce de calles Primero de Mayo y Mariano Comas nos sorprendimos. Había un operativo de tránsito, con un ‘zorro’ (inspector municipal) y dos policías. La luz estaba cortada y todo era oscuridad, así que me asusté. No se identificaron en ese momento. Me corrieron, me hicieron caer de la moto y luego comenzaron a patearme en el suelo".
"Pararon cuando vieron que tenía el brazo derecho quebrado, entonces siguieron con mi amigo”, relató Agustín esta mañana.
“Le pegaron en las costillas, en el brazo, en la cabeza y en la boca. Además, lo amenazaron. Le dijeron que si le decía a alguien lo que había pasado, la iban a agarrar a la madre. Todavía no terminó de pagar la moto, que quedó destrozada. Se la llevaron al corralón”, puntualizó su abuela. Aseguran que los uniformados querían llevar detenidos a los menores, pero una ambulancia los cargó y los llevó al Hospital Cullen, donde quedaron internados. “Ahí me fueron a visitar dos mujeres policía que me tomaron declaración”, añadió Agustín.
“Mi hija fue a la comisaría 1ª para denunciar lo ocurrido, pero ahí le dijeron que no la podían atender porque los policías del procedimiento ya habían hecho el acta, o algo así. Entonces se fue a Asuntos Internos, donde sí se abrió una investigación y no podían creer que ningún médico policial había revisado al chico. No queremos que algo tan grave quede en la nada, no podemos permitir que le pase una cosa similar a nadie más, por eso queremos hacer público lo ocurrido”, concluyó la abuela de Agustín.
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