jueves, 29 de enero de 2015

SANTA FE Cinco niños menores de dos años esperan por un hogar transitorio

Todos pertenecen a la ciudad y están incluidos en el Programa Familias solidarias, una propuesta que busca darle una alternativa a la institucionalización temprana. Convocan a los interesados a sumarse.
Diario UNO | 
Cinco niños menores de dos años esperan por un hogar transitorio

La subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia que depende del Ministerio de Desarrollo Social convoca a los santafesinos a inscribirse al Programa de Familias Solidarias para trasformar su hogar en un espacio de transición donde los niños que vieron vulnerados sus derechos puedan recibir la contención que necesitan. Cabe destacar que en la actualidad hay cinco pequeños de la ciudad, menores de dos años, que están a la espera de recibir dicha alternativa.
“Estos chiquitos hoy son la prioridad y por eso es que apelamos a la buena voluntad de los ciudadanos y los invitamos a sumarse a esta propuesta solidaria”, dijo a Diario UNO un vocero del programa, quien aclaró que la búsqueda de hogares transitorios es una alternativa a la institucionalización temprana, teniendo en cuenta la importancia y el derecho que tienen estos chiquitos de recibir una atención personalizada, acorde a sus necesidades particulares.
Sobre ese punto vale detallar que desde 2012 al día de hoy, fueron 25 los chiquitos que formaron parte del programa y que en la actualidad hay 14 familias que están brindando contención a 15 menores.
Es preciso apuntar en esa línea que la familia que ingresa al programa cumple un rol de cuidado alternativo y transitorio (no institucional) para los niños, niñas y adolescentes que, por diversas circunstancias, fue separado o separada de su familia de origen. De este modo, se busca favorecer su desarrollo integral y recomponer sus orígenes en un marco de respeto por su historia e identidad.
Durante el alojamiento, la “Familia Solidaria” continúa con su dinámica y estructura cotidiana, responsabilizándose, por el tiempo que sea necesario, por la protección del menor, garantizando el cumplimiento de sus derechos fundamentales de convivencia familiar y comunitaria; respeto por su identidad, su origen y cultura; libertad y participación; recreación, salud, educación, alimentación y vestimenta; y otros. Además, las familias solidarias acompañarán los distintos momentos del proceso de acogimiento de esos chiquitos.
Un testimonio para destacar
Desde 2012 a la actualidad fueron 25 los chicos que pasaron por el programa Familias Solidarias, tres de los cuales estuvieron alojados junto con la familia Giacosa, oriunda de la localidad de San Carlos. La misma está compuesta por David, su esposa Claudia y sus tres hijos de 16, 20 y 22 años.
En diálogo con Diario UNO, David aseguró que la experiencia es “muy satisfactoria” e instó a quienes tengan ganas de ayudar a los pequeños que están pasando por una situación familiar compleja a inscribirse.
—¿Qué los motivó a transformarse en familia solidaria?
—La decisión fue netamente familiar. Surgió luego de que escucháramos en la radio que estaban pidiendo que se incorporen a este programa y fuimos a averiguar a la subsecretaría (de Niñez, Adolescencia y Familia) cómo había que hacer y me acerqué. Particularmente siempre estuvimos en contra de que los niños estén en una institución.
—¿Cómo fue la primera experiencia?
—Llegó al poco tiempo de habernos anotado con una nena de un año que se quedó con nosotros hasta los dos, aproximadamente, cuando se resolvió su situación y fue dada en adopción. En tanto se realizó incluso un período de adaptación con su nueva familia y hoy por hoy seguimos teniendo relación con ella, no solo porque algunas veces fuimos a verla, sino también a través de las redes sociales y telefónicamente. Luego tuvimos otra experiencia con una nena de seis años que nos acompañó por cuatro meses y hace tres meses vive con nosotros un bebé que cuando llegó tenía días.
—Volvieron a los pañales, después de tener hijos adolescentes...
—Sí, y notamos que estamos grandes ya (risas). Pero como es una decisión familiar hay muchas manos que colaboran para el cuidado y que también están comprometidas con esto. Porque por eso y como aclaré al principio esto es una decisión familiar y tiene que vivirse de ese modo.
—¿Y cuál fue y es la reacción de la familia secundaria respecto de la decisión de ustedes de traer un nuevo miembro a la casa?
—Muy buena y no solo de ellos sino también de la comunidad en general. San Carlos es una comunidad chica y entonces todos están al tanto, desde los vecinos hasta el heladero y en la guardería. Incluso es como que en cierta manera nuestra experiencia entusiasmó a otras familias, porque nosotros fuimos los primeros que nos incorporamos y ahora hay otras tres familias más de aquí que son parte del programa.
¿Qué le dirías a la gente respecto de lo que significa ser una familia solidaria y lo que implica el desarraigo cuando los chiquitos tienen que irse?
—El afecto y cariño con los niños es inevitable. No puedo negar que la despedida cuesta, sobre todo cuando uno ve que el niño es el que tiene mucho apego e imagina que sufrirá al irse. Por eso creo que la situación se torna compleja si pasa mucho tiempo hasta que el caso del chiquito se resuelva, porque uno teme por un lado que a pesar de darle todo el amor quede marcado para ese niño como alguien que lo abandonó; y por el otro, sabe que si sigue en contacto puede perjudicarlo más.
En esa línea y para finalizar, David Giacosa instó a las familias a anotarse afirmando que “vale la pena intentar que ese período de transición sea el mejor para ese chiquito. La experiencia es única y realmente la recomiendo siempre que sea consensuada con toda la familia”. 

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