Rompieron vidrios y persianas y quemaron parte del mobiliario. Nueve personas quedaron detenidas. El pueblo, indignado.
La Capital |
El desalojo de una familia que usurpaba un departamento de un complejo Fonavi de Bombal derivó en la increíble reacción de un grupo que descargó su furia contra la comuna, incendió neumáticos, rompió vidrios y persianas, y hasta quemó parte del mobiliario. Por el hecho fueron detenidas siete mujeres y dos hombres.
La revuelta fue tan virulenta que debió intervenir personal policial de por lo menos seis localidades, y se ordenó un patrullaje especial ante la posibilidad de que los violentos arremetieran también contra los domicilios particulares de algunos funcionarios.
El hecho generó tal indignación entre los vecinos que algunos impulsaron un petitorio para que los agresores sean "expulsados" de la localidad, algo legalmente impracticable, pero que deja sentada una fuerte condena social.
El desalojo. El hecho se produjo ayer al mediodía y duró algo más de una hora. Pero la historia comenzó a la mañana en una vivienda ubicada en calle Pública al 800, del complejo habitacional Fonavi. Allí, una familia fue desalojada por la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo de la provincia.
La familia está constituida por Emanuel G. y Elizabeth R. y tres hijos, dos varones de 13 y 10 años de un matrimonio anterior de la mujer, y una nena de cuatro años hija de la pareja actual. El grupo estaba ocupando desde hacía seis meses la vivienda.
Así lo recordaron a LaCapital las abogadas que cumplimentaron las medidas del desalojo, María Belén Mancino Otero y Katia Díaz Fuentes, quienes explicaron que la vivienda estaba vacante y debía ser entregada a una familia que estaba en lista de espera para converirse en adjudicataria, acto que ya se hizo efectivo.
Según contaron las profesionales, la mujer se resistió al desalojo y hasta llegó al encadenarse en el baño, auque después la persuadieron de que se liberara. Elizabeth lo hizo, pero antes de retirarse dijo que incendiaría la comuna.
Mientras un grupo se quedaba en el domicilio sacando las pertenencias, otro —con la madre a la cabeza— fue a la comuna a pedir a su presidente, Carlos Gabbi, que intercediera para frenar el desalojo. El funcionarios les explicó que no era una orden comunal, pero les recordó también que había 66 familias esperando un techo propio en Bombal y les advirtió que no tenían derecho a seguir usurpando cuando había otros interesados en lista de espera.
Violencia. Las personas se retiraron y, aproximadamente a las 12.30, comenzaron los destrozos. Un grupo que no superaba las 15 personas, en su mayoría mujeres y algunos menores, empezaron a quemar neumáticos y cajones frente al edificio de Islas Malvinas 299, donde funciona la comuna. Después tiraron piedras, algunas de grandes dimensiones, contra las ventanas, destrozaron buena parte de los vidrios de la administración y de la sala de reuniones.
Pero no conformes con eso ingresaron al salón cultural, ubicado en un edificio contiguo a la sede comunal, donde rompieron ventanas y persianas, sacaron 40 sillas y cuatro mesas que tiraron sobre las fogatas que habían encendido en la calle.
Cuando LaCapital llegó al lugar, el panorama en el interior del edificio era desolador. Tanto en las administración como en la sala cultural había vidrios esparcidos por todo el suelo, los barrales de las cortinas habían sido arrancados para ser incinerados. Hasta le tiraron con bicicletas que arrancaron de los bicicleteros de la comuna.
Un vecino, indignado por lo que pasaba, se acercó y quiso frenar a los violentos y recibió golpes en la cara por parte de un familiar de la usurpadora.
Los dos policías que custodiaban el lugar no pudieron contener la situación, por lo que se pidió refuerzos que llegaron de Firmat, Melincué, Bigand, Miguel Torres, Máximo Paz y Pavón Arriba, pertenecientes a las regionales de Villa Constitución, Casilda y Melincué.
Cinco patrulleros se apostaron en la comuna, y otros fueron a la casa de la familia desalojada. Pese a las detenciones, ayer se informó que se reforzaría el patrullaje ante la posibilidad, que corrió a manera de rumor, de que algunas personas podían ir a los domicilios particulares de los funcionarios.
El fiscal de Melincué Matías Merlo llegó al lugar y entrevistó a testigos, hizo una inspección ocular y pidió filmaciones particulares. Después ordenó la detención de nueve personas, siete mujeres y dos hombres, por "daños agravados e incendio intencional".
El funcionario judicial calificó a la revuelta como "una situación de extrema gravedad que merece un reproche penal y una investigación, porque no se puede dejar pasar por alto este tipo de actos. Y adelantó que los detenidos, que primero fueron trasladados a la comisaría de Bombal, serían derivados a la alcaidía de la Jefatura de Policía de Melincué.
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