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viernes, 17 de octubre de 2014

SANTA FE: “Un eco más (Versión libre de algunas vidas)”, en sala Marechal

La obra dirigida por Nadia Grandón y Oscar Lesa permite reflexionar “acerca de la violencia, tanto física como simbólica en Latinoamérica y en las heridas abiertas durante las sucesivas dictaduras”, a partir de una versión libre de “Antígona” de Sófocles. Esta puesta, que llega a Santa Fe después de una gira por México, se presentará el sábado 18 de octubre a las 22, en la sala experimental de San Martín 2020. Entradas en venta. Invita Gobierno de la Ciudad.
Prensa Gobierno de la Ciudad | 
“Un eco más (Versión libre de algunas vidas)”, en sala Marechal

El próximo sábado, la sala Marechal del Teatro Municipal “1º de Mayo” (San Martín 2020) será escenario para la presentación de “Un eco más (Versión libre de algunas vidas)”. La función será a las 22, y las entradas ya están a la venta a un valor de las generales, 50 pesos; jubilados y estudiantes, 40 pesos; y estudiantes Escuela de Teatro, 25 pesos. Además, los docentes santafesinos tendrán la posibilidad de acceder gratuitamente a este espectáculo, en el marco del ciclo Maestros en el Arte, que implementa el Gobierno de la Ciudad. Para retirar las entradas deben dirigirse a la boletería del Teatro y presentar el último recibo de sueldo, en la semana previa al espectáculo y hasta 24 horas antes del comienzo de la función.
La dirección de esta puesta es realizada por Nadia Grandón y Oscar Lesa, también a cargo de la dramaturgia de esta obra. El elenco lo componen Raquel Freijo, María Cristina Witschi, Alicia Herman, Amelia Uzín y Carolina Rodríguez; el vestuario, es de Andrea Fontelles; el sonido de Ariel Dutria; y la fotografía y video, de Stella Sánchez.
La obra se estrenó en Paraná en diciembre de 2013, y cuenta desde ese mismo año con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro, a través del Subsidio de producción de obra. Entre el 18 de septiembre y el 13 de octubre, el elenco realizó una gira por México, que los llevó por el Distrito Federal, Oaxaca, Mérida, Querétaro, León y Pachuca; donde brindaron Seminarios, Charlas y Desmontajes. Para abril del año próximo proyectan participar en el Festival de Género “Soy en tu Mirada” que se realizará en la ciudad de Salta.

Relatos de la violencia
“Un eco más (Versión libre de algunas vidas)” comenzó a concebirse en octubre del año 2012 a partir de distintas citas o voces que permitieron reflexionar acerca de la violencia, tanto física como simbólica en Latinoamérica, y en las heridas abiertas durante las sucesivas dictaduras. Entre los disparadores de esta puesta, los hacedores mencionan una crónica periodística de Colombia, en la que María Isabel Espinoza, cultivadora de flores deviene en poeta; en un contexto marcado por las migraciones de campesinos que provocan los enfrentamientos y las matanzas entre grupos parapoliciales, narcos y fuerzas estatales.
Por otra parte, hacen referencia al film “Nostalgia de la luz”, del director chileno Patricio Guzmán, que da cuenta de “dos mundos que a pesar de convivir en el desierto de Atacama no se llegan a relacionar”, como son el Observatorio ALMA (Atacama Large Millimeter Array) donde un grupo de científicos busca los orígenes del universo, y un grupo de mujeres –“las locas del desierto”- que por más de dos décadas “han recorrido la geografía rocosa con sus manos y pequeñas palas recuperando fragmentos de huesos pequeños, apenas reconocibles, en la inmensidad del paisaje desolado”.

Antígona, 2.500 años después
George Steiner en su libro “Antígonas” se pregunta por qué un puñado de textos griegos nos siguen interpelando y por qué mantienen su potencia y su vigencia, aún después de 2.500 años: “la respuesta bien podría ser una Latinoamérica-fosa común, en la que los cuerpos de los hermanos permanecen en la espera del rito funerario que elabore un duelo para los vivos, los que siguen buscando”, reflexionan los creadores.
Sobre los criterios dramatúrgicos, la obra se constituye “a partir del fragmento”: “fragmentos de Antígona, en realidad de distintas lecturas de Antígona. Es decir, no solamente la de Sófocles, sino también Griselda Gambaro y José Watanabe, por citar las más cercanas a nuestra realidad y la del Perú; pero también resuenan los ecos de otras Antígonas, de Jean Anohuilh, de Bertold Brecht, de Friedrich Hölderlin, de los ensayos George Steiner y de Judith Butler, entre otros”.
A partir de ello, proponen “un adentro”, donde la estructura de Antígona organiza el texto dramático. Esos fragmentos elegidos “deberían ser un eco que interrelacione otras escenas, más cercanas, escenas influenciadas por distintas realidades, nombres de distintas culturas originarias de América, crónicas periodísticas y pomposas, a la vez que ridículas disculpas. Aunque es posible pensar que son estas escenas las que pueden convertirse en el eco que articula la estructura mítica de Antígona”.
Por otra parte, “en un afuera” es posible observar lo biográfico documental; es decir, las actrices narrando pequeñas anécdotas propias, resonando y adquiriendo sentido a partir de la estructura ficcional. Son pequeñas memorias íntimas, en algunos casos pequeños dramas que nos acercan al peligro, al miedo; y en otros nos hacen notar que mientras no haya justicia habrá tantas Ismenas como delitos impunes.

Cuerpos sin sepultura
En cuanto a la puesta en escena, “los criterios se piensan a partir de diferentes imágenes de la violencia latinoamericana y de las dictaduras sufridas”, que se repiten en todo el continente, donde “continuamente aparecen cuerpos que reclaman sepultura y que reclaman sus identidad”. En esta línea, son actrices las encargadas de interpretar los diferentes personajes, incluso los masculinos; ya que “generalmente los actos de lucha y resistencia son llevados a cabo por colectivos de mujeres”. Asimismo, los personajes son interpretados por distintas actrices, a partir de una decisión de no asociar un personaje determinado a una actriz en particular; sino pensar que cualquiera pudo haber participado en alguna situación particular, y que esa participación está atravesada por innumerables condicionamientos.
La tierra y lo femenino intentan desplegar un universo simbólico que se funda con lo latinoamericano, subrayándose esto a través del vestuario y del espacio sonoro. En este sentido, se menciona la incorporación de la “cueca sola”, el baile tradicional folclórico de Chile que es apropiado por la Asociación de Detenidos y Desaparecidos de ese país, y que es utilizado por las mujeres (solas) como acto simbólico de resistencia, quienes bailan sin su compañero reforzando la ausencia.
El espacio sonoro, se crea como un elemento dramático, donde el material es tomado en vivo de la escena, se reconfigura y de esta manera resignifica a través de distorsiones y efectos, que permiten trabajar con los sonidos y voces de las actrices y de la escena misma, transformados, mediante tomas de aire, y donde la operación del mismo se realiza desde dentro del espacio escénico.
Por último, en los criterios de dramaturgia se mencionan espacios de adentro y afuera, ellos vendrían a ser el espacio de la ficción sobre la tierra y el atrás de la escena, donde las actrices permanecen a la vista del público, se cambian, participan como el “coro” griego y desde el cual manifiestan sus textos biográficos.

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