lunes, 1 de septiembre de 2014

SANTA FE: Vecinos de un edificio céntrico llevan más de tres meses sin gas

Ciudadanos de San Jerónimo al 1.900 permanecen sin el servicio básico pese al arreglo al edificio. Algunos en la torre ya tienen gas pero muchos aún no.
En varios edificios. Este año, los cortes se prolongaron en cientos de departamentos de la capital de la provincia.
Vecinos de un edificio ubicado en San Jerónimo al 1.900 sufren desde mayo el corte de gas en sus viviendas. Los mismos afirman que, “si bien el corte se dio a partir del grave conflicto ocurrido en Rosario el año pasado por el que la empresa le exige al consorcio que cambie reguladores y modernice el sistema de conexión, el mismo se produjo sin previo aviso y a toda la torre”.

Por este motivo es que realizaron el reclamo ante la Unión de Consumidores Unidos (UCU), luego de que tras realizar las modificaciones exigidas –entre ellos una desobstrucción de cañería– la empresa no les reanudaba el servicio, incluso a aquellos inquilinos que nunca tuvieron un problema en la conexión.

Por este motivo, Diario UNO se contactó con dos de las vecinas de la torre que manifestaron su disconformidad con la situación y contaron sus experiencias. Por un lado, Hortencia Martegani manifestó que además del servicio suspendido, “el problema es que no hay información y que cortaron el gas arbitrariamente. La gente está confundida”.

“Algunos pisos del edificio ya tienen gas, la línea del D y algunos del C, que sacaron una obstrucción, ya solucionaron el problema. Pero a la línea del A y del B, todavía no les dieron el gas. Y además de todo esto el problema es que no hay información. El administrador va a Litoral Gas, le dicen que no van a dar el servicio porque deben solucionar un problema de cañería”, contaba.

“La realidad es que hace cuatro meses que no tenemos gas y lo cortaron sin aviso, de un momento para el otro. La gente del consorcio y los inquilinos no tenían información sobre esto y sólo se dieron cuenta de lo que pasaba cuando ya no estaba el servicio. Entonces por esto se movió un grupo de gente para ver qué ocurría. Realizamos una reunión hace un tiempo entre los inquilinos, e informaron que era por el tema de reguladores y demás. Pero la mayoría no sabía por qué no había servicio, porque nadie les había comunicado”, continuó la vecina.

Por ahora en la torre la situación es que “las líneas de A y B no tienen servicio, el D sí tiene gas, y en la línea del C la conexión volvió recién hace dos días”. Sobre los que aún no tienen el servicio restablecido, Litoral Gas afirma que todavía hay problemas en las cañerías pero desde el consorcio aseguran que el problema ya está resuelto y de todas formas no restituyen el abastecimiento.

“Nosotros con mi esposo fuimos hasta la empresa y hablamos con varias personas que, por suerte, lograron resolvernos el problema y la línea C tiene gas ya. Pero ellos afirman que el A y el B tienen otro problema que es de obstrucción de caños y demás. Y sí había un problema, pero era desde el quinto piso hasta la planta baja y aunque se habría solucionado, siguen sin el servicio”, continuó Hortencia.

Y agregó: “La cosa es por qué algunos departamentos del sexto piso para arriba siguen sin gas, cuando no tenían ningún inconveniente. En el edificio, ya tenemos todos actualizados la red de conexión y reguladores, pero para algunos inquilinos el problema persiste”, continuó Hortencia.

Ante los inconvenientes surgidos, los vecinos le presentaron una nota a la abogada de Usuarios y Consumidores Unidos, Caren Kalafatich, en la cual detallaban el problema, junto con el expediente del edificio y la nota presentada a Litoral Gas por los afectados. La intención fue que les solucionaran el problema, ya que a más de tres meses del corte más de 30 usuarios no tienen restablecido el abastecimiento.

Desde la ONG afirman que “el corte está agravado, no sólo por la inoperancia de Litoral Gas sino también por la violación al derecho de información, y desde la misma se intimó a la empresa proveedora a buscar soluciones y garantizar el derecho de los usuarios, que pueden derivar en acciones judiciales si no se actúa”.



Otra damnificada

Belquis Tesera, otra damnificada de la torre, manifestó cómo vivió la situación, más que nada cuando ella no tenía problemas estructurales y de la misma forma sufrió el corte por más de 90 días.

“Yo estuve sin servicio por error de un dato mal administrado que le dieron a Litoral Gas, ya que desde el sexto piso para abajo había una obstrucción en el conducto. Pero yo les afirmé que no, que mi casa no la tenía tras una inspección que mandé a realizar por un gasista. Cuando se apersonó el supervisor, a pesar de que le mostré la constatación del gasista que decía que no había problemas, igual no me dio la habilitación”, contó.

La inquilina se dirigió a la empresa proveedora con las pruebas de lo que ella aseguraba, le solucionaron el problema y le abrieron la conexión a meses de un corte que no tendría que haber sufrido por tanto tiempo y que en su momento también la tomó por sorpresa.

“Un día de mayo regreso a mi casa y al entrar al edificio me informan que no teníamos gas. Al preguntar por qué, me dijeron que era porque debíamos cambiar los reguladores y demás. Y en ese momento me di cuenta de la falta de aviso y brusquedad”, relató.

Tal como manifestaron los vecinos a UCU, Tesera afirmó que la empresa no les dio un aviso previo con un tiempo para acomodar las cosas y ver cómo se iba a proceder para que cada inquilino viera cómo se las iba a arreglar.

Hace cuatro años, la empresa había cortado el gas por arreglos en las líneas y mantenimiento, y también ocurrió de la misma manera y en época invernal. “Ahora tuvimos unas semanas de tregua, pero con el frío que hizo, nos hicieron sacar hasta los calefactores que tenían su tiempo ya el mismo que hace que está el edificio, e incluso luego de eso, no me aprobaban la conexión”, acotó Belquis.

“El tema de los supervisores también es un caso a revisar también, creo yo. Porque a pesar de que yo no tenía problemas, no me daban la habilitación. Yo también estuve al frente de una administración, en un momento de mi vida, y si una persona no me era idónea no la mantenía en el cargo. Y los supervisores precisamente tendrían que ser realmente idóneos en su trabajo porque son los que aprueban las cosas y si lo hacen mal, ¿a cargo de quién quedamos? Yo tengo 80 años y por esto que pasó, me sentí presa del sistema e indefensa”, finalizó.



Lucía Elizalde

Diario UNO Santa Fe

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