Dijo que tenía una relación de amistad con la víctima y que las marcas de sus manos sobre un televisor de la casa obedecían a una visita de vacaciones que hizo entre noviembre y diciembre de 2013. El fiscal Adrián Spelta inspeccionó la vivienda de Rodríguez.
La Capital |
Un hombre que reside en Mar del Plata y cuyas huellas digitales aparecieron en el domicilio particular de Maximiliano “Diente de lata” Rodríguez, ejecutado de nueve balazos y abandonado a la vera de la autopista Rosario-Córdoba, se presentó ayer ante el fiscal que investiga el hecho. Dijo que tenía una relación de amistad con la víctima y que las marcas de sus manos sobre un televisor de la casa obedecían a una visita de vacaciones que hizo entre noviembre y diciembre de 2013.
Flanqueado por sus abogados, Marcelo S. , de 36 años, llegó ayer a la Fiscalía de Homicidios. La presentación obedecía a que, entre múltiples huellas digitales colectadas en la casa de Roldán de donde secuestraron a Maximiliano antes de matarlo, figuraba la suya estampada en el vértice superior de un televisor, indicio más que concreto de que el hombre estuvo allí.
Lo buscaron y vino. Apenas el fiscal Adrián Spelta obtuvo la identificación y los datos filiatorios, libró una orden de allanamiento y detención en Mar del Plata, donde reside Marcelo S., para que declare como testigo. Pero entonces no fue hallado y al saber que era requerido por la Justicia, se presentó ayer acompañado por los abogados Hernán Tasada y Mariano Scaglia.
Tras una hora de entrevista, junto a sus letrados y algo lacónico, Marcelo S. respondió algunas preguntas a La Capital. Dijo que a Diente de Lata lo unía “una relación de amistad”, que se conocieron hace unos “tres años cuando lo presentaron amigos en común en una fiesta electrónica en Buenos Aires” que solía frecuentar Maximiliano, y que desconocía por qué lo mataron.
“Mi hijo se iba a llamar Maximiliano y él iba a ser el padrino”, dijo en referencia al vínculo que los unía, y dijo que sólo sabía que Rodríguez se dedicaba “a los autos”, por la actividad de compra y venta de vehículos usados que desarrollaba informalmente la víctima.
El hombre, que dijo ser “pintor”, indicó que reside en Mar del Plata desde “toda la vida”. Y admitió tener antecedentes de una condena a 4 años (ya cumplida) por tráfico de estupefacientes.
En tanto, los letrados remarcaron que su defendido “no está vinculado a la causa” y que solamente fue convocado en calidad “de testigo. Se concretó el trámite con una comparecencia espontánea. Ellos era amigos de años. La vinculación surge por las huellas digitales, pero le aclaramos al fiscal que se corresponden a una visita de vacaciones que hizo Marcelo entre noviembre y diciembre pasado a la casa de Rodríguez”, dijeron Tasada y Scaglia.
Sello mafioso. A Diente de lata, de 33 años y con antecedentes penales (ver aparte), lo mataron en una venganza mafiosa. El 18 de agosto fue hallado a la altura del kilómetro 304 de la autopista a Córdoba, cerca del puente que lleva a Funes.
A la 1.30 de ese día, entre seis y siete hombres habían llegado en tres autos a la casa de Rodríguez, ubicada en María Auxiliadora al 700, de Roldán. “Vení con nosotros, somos de la PSA”, le habría dicho uno de los desconocidos, según refirió la novia de la víctima, Verónica G., que tras ser descubierta en el baño, fue inmovilizada y llevada a una habitación de la planta alta.
De acuerdo a la pesquisa, los agresores revolvieron la casa en busca de algo que se supone de mucho valor. Luego se llevaron a Rodríguez en los vehículos hasta el kilómetro 304 de la autopista. En ese lugar, al parecer, primero lo golpearon y lo ataron con precintos. Luego lo ejecutaron por la espalda con una pistola calibre 9 milímetros y dejaron abandonado el cuerpo.
En la escena del crimen peritos de la policía científica encontraron ocho vainas servidas, lo cual parece no dejar dudas de que fue ejecutado en el lugar donde lo hallaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario