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domingo, 7 de septiembre de 2014

Por la crisis, los rosarinos ya empiezan a restringir sus salidas al cine y el teatro

Sólo éxitos de taquilla como la película argentina "Relatos Salvajes" cambian el panorama. La compra de tickets viene en baja pronunciada y sostenida desde mayo.
La Capital | 
Por la crisis, los rosarinos ya empiezan a restringir sus salidas al cine y el teatro

 Por la crisis, los rosarinos cambian hábitos que no se limitan al changuito del supermercado. Aunque una película tanque como Relatos Salvajes bate records de espectadores, la realidad expone que cada vez va menos gente al cine y se vuelve también más selectiva a la hora de elegir espectáculos, ya sea de teatro, musical u otra expresión artística. Si bien hay obras que cuelgan el cartel de no hay más localidades en venta como TOC TOC, Topa o Chick Corea; productores, artistas y consumidores reconocen que ajustaron sus estrategias en un escenario más complicado, al que se suman a la competencia otros sectores como el gastronómico y nuevas tecnologías.
En el último trimestre (junio-agosto) se vendieron 1.972.674 entradas en los cines de Rosario, 387 mil menos respecto de igual período de 2013, una caída del 33 por ciento después del primer buen trimestre, según cifras del departamento de estadísticas y control de datos de la gerencia de fiscalización del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa).
El retroceso de las ventas de entradas está en sintonía con las caídas interanuales que manifiestan empresarios locales de otros sectores. Los comerciantes de consumo masivo admiten bajas de entre el 10 y 15 por ciento, los concesionarios patentaron 12.000 unidades cero kilómetro menos (-24 por ciento) entre enero y agosto, y los de electrodomésticos adujeron un descenso del 30 por ciento.
Sin embargo, la fuerte caída de las ventas de entradas a los cines —en parte influenciada por un largo paro el último mes y el Mundial de Fútbol— se produjo en el trimestre (junio-agosto) que históricamente es el período del año de mayor concurrencia de público.
La otra cara. ¿Cómo se explica entonces que en la puerta de los complejos de cines haya muchas personas en los últimos días? Al ser consultados, los espectadores reconocieron que el fenómeno de Relatos Salvajes lleva a la gente en masa al cine (ver Escenario). De lo contrario, utilizan otras tecnologías para ver contenidos audiovisuales (incluso algunas peleadas con la legalidad) y destinan su dinero a espectáculos que no los reemplaza una pantalla, o salen a comer afuera.
En el caso de las obras de teatro y musicales, los productores coincidieron en que el público está "aún más selectivo que el año pasado" para elegir un programa. Así lo sintetizó Claudio Joison, director de la productora que lleva su apellido y que acaba de traer a Chick Corea. Afina además, el desembarco de Mayumana para octubre y el de Caetano Veloso para noviembre.
El del espectáculo es un rubro en que el empresario es celoso de su bordereaux, por lo que es difícil establecer con cifras el impacto de la crisis en teatros, compañías y productores. Lo cierto es que, la mayoría, sino bajó sus ventas, redujo sus márgenes de ganancia o cambió de estrategia comercial.
En este contexto, la mayoría de las productoras modificó algunos hábitos, como abrir hasta 60 días antes —respecto de lo que hacía en el pasado— la posibilidad para que el público pueda adquirir entradas, aunque reconocieron que si bien a medida que se acerca el espectáculo se aceleran las ventas, este fenómeno se agudizó en los últimos meses.
"Es así, más gente espera hasta último momento para comprar la entrada", explicó el productor José "Pepe" Grimolizzi, que el viernes trae a Kevin Johansen al teatro El Círculo, a fin de mes a Axel en Metropolitano y a Topa el 1º de noviembre después de los seis espectáculos que la figura de Disney realizó días atrás en la ciudad.
También crece la financiación con tarjetas de créditos de los espectáculos (ver página 5).
Tiempos de cambios. Otro de los cambios, en el caso de los espectáculos infantiles —como los de Topa o Piñón Fijo— es que cada vez más madres esperan afuera de las salas a sus hijos, ya que —sin bien los productores estiman que los valores de las entradas se quedaron rezagadas—, 280 pesos por ticket para una familia tipo (2 hijos), más movilidad y algún caramelo o baratijas adquirida a los vendedores ambulantes que están en la puerta de la obra, asciende la salida a unos mil pesos, si entran junto con un padre.
Andrés Abiad, uno de los titulares de MA Producciones y socio de Turboentrada, explicó que tiempo atrás la empresa decidió ganar escala, a través de la contratación de espectáculos no sólo para Rosario sino como partes de giras, como está haciendo con TOC TOC, Stravaganza y Abel Pintos, que incluye en la próxima temporada de verano obras en Carlos Paz y Mar del Plata.
El empresario señaló que de esta manera se pueden optimizar costos que, pese al éxito de la obra, le serían más complejo para crecer en un negocio "en que las ventas de entradas a nivel país bajaron".
La caída de las ventas se da al mismo tiempo en que se profundiza la transformación de las industrias culturales, en el que la música figura entre los más afectados por lo disruptivo en la apropiación de algunas tecnologías por parte de la sociedad, que lleva a sostener la oferta de bandas sobre los escenarios y los precios de los tickets más a raya aún en épocas inflacionarias, debido a que hoy casi se volvió el único ingreso para los que quieren vivir de la música.
En este sentido, Mario Chiappino, propietario del espacio folclórico El Aserradero, reconoció que hoy llegan a su local espectáculos que tal vez tiempo atrás iban a salas más grandes. Los artistas, debido a una escena más ajustada, arriesgan menos y eligen locales más pequeños.
Coincidió con los productores en que la suerte de los show sigue muy asociada al programa que se brinde sobre el escenario.
   De todos modos, las compañías de teatro notan la merma de público en la semana, lo cual complejiza la sustentabilidad de algunos proyectos. Desde este sector de teatro más independiente señalaron que las salas más afectadas son, justamente, las medianas y pequeñas, aunque históricamente cobraron las entradas a valores similares a los del cine, que de show masivos.
   Aunque la industria cultural en Rosario, dentro del conjunto de actividades económicas, no sea relevante lo es desde lo simbólico, como lo demuestran también eventos públicos y económicos como el 9º Festival Internacional de Teatro (FIT) en estos días o “Doña Disparate y Bambuco” en el teatro La Comedia u otras expresiones artísticas, como las 30.000 personas que participaron de la convención de historieta Crack Bang Boom semanas atrás.
   Por esto, los empresarios, actores y músicos están convencidos de que el show debe continuar, aunque muten hábitos sociales y la plata alcance cada vez menos.

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