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sábado, 12 de julio de 2014

ROSARIO: Se llevaron más de 35 mil pesos en el violento asalto a un supermercado

Ocurrió en la noche del miércoles y actuaron cuatro ladrones armados que golpearon al esposo de la dueña y al carnicero del local de un comercio ubicado en Montevideo al 6200.
/La Capital | 

Se llevaron más de 35 mil pesos en el violento asalto a un supermercado
Cuatro hombres, de los cuales tres de ellos portaban armas de grueso calibre, asaltaron la noche del jueves un supermercado de la zona oeste y lograron apoderase de un botín superior a los 35 mil pesos del local, otros 2.500 de la carnicería, celulares, mercaderías y pertenencias de los dueños del negocio que viven en una casa contigua al local.
Ocurrió a partir de las 20.30 de anteayer cuando Beatriz R., titular del supermercado "Sardá", de Montevideo al 6200, abrió las puertas del local a tres hombres "bien vestidos, de pelo corto y con buzos de un sindicato, parecían gente normal", según le contó a La Capital.
Una vez adentro del negocio, uno de los maleantes se quedó en la caja junto a Beatriz y los otros dos caminaron entre las góndolas hacia la parte de atrás, donde se encuentran la fiambrería y la carnicería. En tanto, quien custodiaba a la mujer desenfundó un arma y le preguntó cómo se bajaba la persiana del frente. Cuando Beatriz le indicó la manera, el ladrón comenzó a cerrarla.
A los golpes. Por entonces, los otros asaltantes se habían apostado en la carnicería y dominaron a los tres hombres que estaban allí: Amadeo, el marido de Beatriz; el carnicero y un empleado del súper. Los habían encañonado y comenzaron a golpearlos con la culata de una de las armas para reducirlos.
"Me dijeron que fuera para atrás. Ahí estaban mi marido, el carnicero y un empleado. Nos ataron a todos las manos por delante con precintos y nos tiraron al piso", recordó Beatriz. El carnicero, Adrián, a quien le robaron 2.500 pesos y un teléfono celular, expresó que los ladrones "hicieron lo que quisieron, revolvieron todo, sacaron todas nuestras pertenencias, nos golpearon, rompieron una puerta para ingresar a la casa de los dueños y ahí también hicieron un desastre".
El carnicero también expresó que a él los ladrones le abrieron la cabeza de un culatazo. "Me dieron con el revólver, también le pegaron al muchacho que trabaja como repositor y al marido de la dueña del súper". Y mostrando sus manos dijo: "Estamos todos marcados por la presión de los precintos todavía. Un momento horrible", sintetizó.
Beatriz también contó que "tenía en la mano el botón de la alarma con la que me comunico con una empresa de seguridad. Lo pulsé como treinta veces porque pensé que mientras nos robaban la policía podía llegar". Pero fue inútil.
"Una vez que estuvimos en el piso notamos que los ladrones tenían un cómplice afuera y que éste manejaba una radio. Entre ellos se comunicaban y el que estaba en la calle les avisaba si venía alguien al negocio o si se paraba un cliente", explicó la mujer.
En la casa. Con la situación dominada en el local, dos de los ladrones se introdujeron a la casa de Beatriz, a la que se accede por una puerta que se encuentra detrás de la fiambrería. "En la casa dieron vuelta todo: los placares, la mesa de luz, la cama y se llevaron alhajas de plata, una cadenita de oro y un reloj. Es que en la casa no tenemos nada de dinero", aseguró la comerciante.
Una vez que salieron de la vivienda los ladrones abordaron la caja del súper. "Nos apuntaban a cada uno con un revólver y nos preguntaban dónde había más plata. De la caja se llevaron más de 35 mil pesos, hasta las moneditas de cambio y un par de perfumes que vendo a las vecinas y que no están en las góndolas de los pasillos", dijo asombrada Beatriz.
Minetras realizaban su faena, los ladrones no paraban de golpear al marido de Betariz y a los otros empleados. "Eran profesionales, uno de ellos tenía la cara cubierta pero los otros no. Se trataban de «loco» entre ellos y estaban muy tranquilos. Uno decía que se quería ir a la casa porque estaba drogado, pero era mentira, o al menos no parecía que estuviera así", relató un empleado.
Una hora después. Los ladrones estuvieron en el negocio más de media hora. Pasado ese tiempo recibieron una llamada a la radio con la que uno de ellos estaba en contacto con el "hombre de la calle" y el cómplice les avisó que podía llegar la policía en cualquier momento. "Entonces se apuraron un poco y se fueron por la puerta, aunque no vimos si en un auto o en motos, no pudimos darnos cuenta", dijo la comerciante.
En tanto, desde la empresa de seguridad a la que tantas veces Beatriz intentó avisar que le estaban robando pulsando la alarma digital, se comunicaron con un vecino del barrio que vive a escasos metros del súper. El hombre se acercó, vio la escena de fuga de los maleantes e ingresó al local. Entonces desató a los tres hombres y a Beatriz.
"La policía apareció recién una hora después y cuando les pregunté por que no habían venido dijeron que era por que no tenían móviles disponibles", abundó Beatriz resignada.
El súper asaltado funciona allí desde hace "más de 30 años" y es la segunda vez que le roban en los últimos seis. "Sé que no voy a recuperar nada, si la policía no tiene ni móviles para correlos. El barrio está difícil y por acá roban mucho", sostuvo Beatriz. Las actuaciones las lleva la seccional 14ª por jurisdicción y la fiscalía de Flagrancia en turno.

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