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domingo, 1 de junio de 2014

Polémica por las cirugías estéticas a los menores

Un proyecto de ley en la Cámara de Diputados de la Nación propone prohibirlas a quienes tengan menos de 18 años. Especialistas locales y la sociedad que los nuclea en el país, fijaron su posición.
Mariano Ruiz Clausen / Diario Uno Santa Fe


Mamoplastia de reducción. Las adolescentes que tienen un volumen de mamas muy grande, suelen padecer problemas de columna que se incrementan con el tiempo. También, hay casos en que las jóvenes tienen un volumen absolutamente desproporcionado en relación a su espalda y el resto de su cuerpo, cuya “desarmonía” les genera problemas psicológicos. Si no aceptan ese cuerpo, el consenso es “armonizarlo”.


Rinoplastia. Luego de los 15 años, la nariz casi ya no crece ni sufre modificaciones en su forma. Otra vez, si para el adolescente la imagen que le devuelve el espejo en relación a esta parte de su rostro le genera angustias, “traumas” o se siento objeto de discriminación o burla, y teniendo en cuenta sus deseos y padeceres, se hacen consultas psicológicas y se llega a un acuerdo entre él, el psicólogo, el cirujano y los padres.

Otoplastia. Se trata de una intervención bastante común y para nada riesgosa en niños que reciben burlas en el ámbito escolar o entre sus amigos, generándole un impacto psicológico de consideración. Cuando eso no puede ser resuelto con ayuda de profesionales de la salud mental y la familia, justamente se tiene en cuenta el deseo del niño, la evaluación psicológica y la decisión de los padres.

Un proyecto propone “prohibir la realización de cirugías estéticas en personas menores de 18 años” como una manera de “proteger la salud integral de los niños, niñas y adolescentes” frente a las “imposiciones del mercado sobre los cuerpos”.
La autora de esta iniciativa, que fue introducida formalmente el jueves 18 de marzo de 2014 por un panel de especialistas en el Congreso nacional, es la diputada kirchnerista Mara Brawer, docente y licenciada en psicología.
“Una cirugía estética responde a la imposición de patrones culturales por parte del mercado y nosotros buscamos proteger a los adolescentes de estas presiones que llevan a la no aceptación del propio cuerpo en el momento en que la subjetividad se está constituyendo”, explicó Brawer.
“Paralelamente, hace falta trabajar en educación para que los chicos aprendan a aceptar su propio cuerpo, el de los demás y la diversidad, porque la no aceptación genera violencia, inseguridad y frustración. También hay que trabajar sobre la autoestima, no puede ser que un chico o chica se someta a operación por obesidad. Lo que hay que hacer es trabajar sobre la dieta, indicarle que haga deportes: otras acciones que preserven mejor su salud”, agregó la diputada nacional.
De la prohibición quedan exceptuadas las cirugías reparadoras y “terapéuticas”, así como las de cambio de sexo en el caso de las personas con una identidad de género autopercibida que no coincide con su sexo biológico y necesiten someterse a una intervención de reasignación de sexo.
Por otro lado, aseguró: “Los tipos de cirugías más frecuentes a las que se someten los adolescentes son los implantes mamarios, las rinoplastias y las liposucciones”.
El proyecto de ley en este momento se trata en las comisiones de Acción Social y Salud Pública, y Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia; y en su derrotero ha tenido dictámenes contrapuestos, disidencias y propuestas de modificaciones.

Las que sí y las que no
Consultado sobre este tema el prestigioso y experimentado cirujano plástico santafesino Guillermo Iturraspe (padre), expresó su desacuerdo en que se realicen cirugías de aumento mamario a menores de 18 años, porque todavía el cuerpo no está totalmente desarrollado y luego eso puede tener complicaciones o convertirse innecesario.
“Si la glándula mamaria crece y el implante persiste, el volumen puede ser o bien antiestético o bien poco fisiológico. En casos excepcionales también podría provocar molestias o complicaciones”, ilustró en ese sentido.
“Por el contrario, sí estoy de acuerdo con aquellas que se necesiten en caso de reducir un volumen natural desmedido que genere problemas posturales o de otra índole (mamoplastia de reducción). Hay adolescentes que tienen naturalmente mamas que afectan a su columna o son absolutamente desproporcionadas en relación a su cuerpo; y eso debe ser debidamente evaluado por los profesionales, teniendo en cuenta la salud de la joven, su deseo y siempre obviamente en consenso con los padres”, diferenció Iturraspe.
“Otra cirugía que sí considero realizar a partir de los 15 años ya que la nariz no crece más, es la rinoplastia. Hay jóvenes completamente acomplejados con esa parte de su rostro, y si eso no puede ser resuelto con un psicólogo, una salida alentadora es modificar la forma de la nariz; insisto, siempre si es deseo del joven y en el consenso de los padres”, enfatizó el profesional.
Y concluyó: “Hay niños en la escuela primaria que son objeto de burlas sistemáticas por el tamaño o forma de sus orejas. Hay sencillas cirugías para modificar eso y no tiene mayores riesgos. Las ventajas en términos de la reducción de daño psicológico que esos pequeños sufren es innegable, en una cultura en donde la burla y la discriminación están tan instauradas”, consideró Iturraspe.
Por su parte, Javier Vera Cucchiaro, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (Sacper), consideró: “El profesional médico está suficientemente capacitado para decidir conjuntamente con el menor y los padres si una cirugía estética debe ser realizada, evaluando los riesgos y los resultados esperados. Por lo cual, una prohibición generalizada carece de sentido”.

DIARIO UNO.

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