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jueves, 17 de abril de 2014

Francisco recordó la Última Cena con una misa y lavó los pies de ancianos y discapacitados

En un centro de tratamiento de lisiados, nueve italianos, un musulmán libio, un joven de Cabo Verde y una mujer etíope fueron las 12 personas que recibieron el baño del Santo Padre, como lo hicieron los apóstoles con Jesús.
Infobae | 

 Desde las 17:30, hora de Roma, se celebra la misa "in coena domini", en la que se recuerda la Última Cena antes de la crucifixión y durante la cual se produce el lavado de pies a 12 presentes que toman el rol de los apóstoles de Jesús.
Francisco recordó la Última Cena con una misa y lavó los pies de ancianos y discapacitados
El año pasado, Francisco había elegido a menores detenidos en la cárcel de Casal del Marmo, en Roma. Esta vez, lo hará en el Centro para Discapacitados Santa María de la Providencia, administrado por la Fundación Carlo Gnocchi.
Los 12 elegidos de este año tienen entre 16 y 85 años
Allí, nueve italianos, un musulmán libio, un joven de Cabo Verde y una mujer etíope recibieron el baño del Santo Padre. Los 12 elegidos tienen entre 16 y 85 años. Entre ellos está Angélica, una señora de origen campesino que dijo sentirse "como una reina" por el privilegio.
Otro de los seleccionados es Samuel, que tiene 66 años y sufrió de poliomielitis cuando tenía apenas tres. Daria tiene 39 y es tetraplégica. El librio Hamed, de 75 años, tuvo un accidente de tránsito que le provocó daño neurológico.
En el momento previo al lavado, Francisco hizo referencia al gesto de Jesús en la Última Cena, cuando lavó los pies de sus 12 apóstoles, explicando el sentido histórico de la ceremonia.
"Es un gesto de despedida, es la herencia que nos deja. Es un servidor, y también ustedes tienen que ser servidores los unos de los otros, Él ha hecho esto por amor, y también ustedes deben amarse. Ser servidores en el amor".
"Lavar los pies es un gesto que hacían los esclavos, los siervos. Y Jesús hace un gesto de esclavo"
"Lavar los pies es un gesto simbólico. Lo hacían los esclavos, los siervos. Como los caminos eran de tierra, cuando alguien llegaba a una casa era necesario lavarse los pies. Y Jesús hace un gesto de esclavo (a sus 12 apóstoles)".
"Pensemos en el amor que Jesús nos dice que tenemos que tener con los otros, cómo podemos servir mejor a las otras personas", pidió el Papa. Dicho esto, procedió a imitar el gesto de Jesús con los doce elegidos de 2014.
El Viernes Santo oficiará la celebración religiosa en la Capilla Papal de la Basílica de San Pedro y, luego, estará al frente de la procesión del Vía Crucis en el Coliseo de Roma, en el que se esperan miles de turistas.
Bergoglio, además, va a encabezar el sábado la Vigilia pascual previa al domingo de Pascuas,día en el cual ofrecerá una misa en la Capilla Papal de San Pedro en El Vaticano.
 
 



Misa Crismal
El día papal comenzó con una ceremonia en la que Francisco apuntó su mensaje directamente a los sacerdotes y el sentimiento de "alegría y pobreza" que debe imperar en su trabajo. Hizo referencias explícitas a su función y al sentimiento que debe conducir sus acciones dentro de la Iglesia. "Encuentro tres rasgos significativos. Es una alegría que nos unge, es una alegría incorruptible y es una alegría misionera. Una alegría que nos unge a penetrar lo íntimo de nuestro corazón. Diría ungidos hasta los huesos. Nuestra alegría que brota desde adentro es el eco de nuestra unción", señaló.
"Me gusta pensar la alegría contemplando a nuestra señora María", señaló el Sumo Pontífice. "Creo que no exageramos si decimos que el sacerdote es una persona muy pequeña. El sacerdote es el más pobre de los hombres si Jesús no lo enriquece con su pobreza. Soy sacerdote porque él miró con bondad mi pequeñez y desde esa pequeñez recibimos nuestra alegría", afirmó.
 
"Una alegría incorruptible que el Señor prometió y nadie nos puede quitar. Nuestra alegría siempre puede ser renovada. Incluso en los momentos de tristeza el pueblo de Dios es capaz de custodiar la alegría. Es capaz de ayudarte a abrir el corazón y encontrar una renovada alegría", enfatizó.
El Papa resaltó que "la alegría sacerdotal es una alegría que tiene como hermana a la pobreza" y también "a la obediencia".
"El sacerdote que pretende encontrar la identidad sacerdotal buceando introspectivamente en su interior quizá no encuentre otra cosa que señales de salida. Si no sales de ti mismo, el óleo se vuelve rancio y la unción no puede ser fecunda. Salir de sí mismo supone despojo de sí, implica pobreza", expresó.
"Le pido al Señor Jesús que confirme la alegría sacerdotal de los que tienen varios años de ministerio", concluyó el Sumo Pontífice.

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