miércoles, 19 de febrero de 2014

SANTA FE: En un reclamo por seguridad, fueron testigos de un robo

Vecinos de Coronel Dorrego manifestaron su indignación ante los reiterados hechos de violencia de los cuáles son víctimas a diario. Durante la entrevista, una joven fue abordada por ladrones.
./Diario UNO | 
 Cerca de las 13, un grupo de vecinos autoconvocados de barrio Coronel Dorrego se reunió con un equipo de Diario UNO para reclamar por medidas de seguridad en el barrio. En el inicio de la entrevista, una pareja de adolescentes que pasaban cargando cada uno una bicicleta, amenazaron a los allí reunidos. Casi al mismo tiempo, una joven se acercaba corriendo al grupo desde la esquina contraria avisando que “acababan de quitarle sus cosas”. En medio de la agitación y aprovechando la situación, por calle Alvear al 7700, otra dupla de jóvenes deambulaba llevando una moto roja, la cual habría sido sustraída a su propietario.


Invadidos por la conmoción de la situación que se estaba dando frente a sus caras, los vecinos comenzaron a llamar al 911 y a la Comisaría Octava. Pasados quince minutos, ningún patrullero se había acercado al lugar. Mientras el teléfono de la Comisaría Octava seguía sin contestar. “Es así todos los días”, gritaban a coro los habitantes del barrio. El ruido que generaron las alarmas comunitarias seguían sonando y la indignación de la cual son presas los vecinos seguía en aumento.


Indignación
Los vecinos denunciaron en conjunto que desde hace quince días, la situación en el barrio empeoró notoriamente. Robos, golpes, entraderas a los domicilios son algunos de los casos que tuvieron lugar en el último tiempo. Sin ir muy lejos, el fin de semana pasado, los habitantes del lugar pasaron sin dormir. Los ruidos de las pisadas de los amigos de lo ajeno, caminando sobre los techos de las viviendas, pusieron a todos en alerta. “No sólo intentan entrar por los techos. Sino que entran por la puerta. Ya no les importa nada, si hay alarma o gente”, agregó Margarita.


“Yo fui asaltado en mi casa, hace dos domingos, con una trincheta fui lesionado. Con familiares discapacitados, no se puede salir a la calle”, relató Pedro. Sin ir muy lejos, el domingo pasado, una familia sufrió el robo de su casa. Los ladrones ingresaron al lugar, con los moradores adentro. En medio del relato de los vecinos, la sirena de las alarmas seguían sonando. De a poco, las personas se asomaban a la vereda de sus viviendas para observar qué estaba ocurriendo.


“Yo ya lo dije en otro momento, quisiera saber si a algún juez, fiscal, o diputado le meten una pistola a sus hijos, si me contestan que no se pueden hacer nada. Nosotros estamos a la buena de Dios”, añadió Graciela, quien posee una forrajería. Su negocio fue asaltado en tres oportunidades, siempre por la misma persona quien está identificada. En una de las oportunidades de robo, los ladrones le apuntaron con un arma a una de sus hijas. Indignada Graciela, recalcó que desde la Justicia le respondieron “que nada pueden hacer”. “La seguridad está a cargo de la Seccional Octava, jamás contamos con la policía ni con el 911. Nosotros hacemos lo correcto y nos manejamos como nos indican, primero denunciamos al 911 y luego a la policía”, recalcó Mónica Roldán.


Olvidados y sin herramientas para enfrentar las amenazas, golpes o posibles cortes por parte de los maleantes que circulan por las calles, todos los vecinos aseguran que las situaciones narradas anteriormente son cosas de todos los días. La implementación de la alarma comunitaria es una de las pocas armas con la cual pueden contar al momento de defenderse.  Mientras que desde la vecinal que los representa no obtienen una solución y la policía brilla por su ausencia ante los reiterados hechos que se denuncian a diario, los vecinos tratan de encontrar seguridad en la solidaridad que los une.

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