El barrio Ludueña se viste de murga y talleres recordando un nuevo cumpleaños del militante social asesinado en diciembre de 2001. Distintas organizaciones se reúnen para ejercitar la memoria y denunciar la realidad de los barrios.
Rosario 12 |
En medio del estallido social de diciembre de 2001 un oficial de la policía terminó con la vida de Claudio Pocho Lepratti, militante social que se encontraba trabajando en una escuela del barrio Las Flores. Dos meses después, en febrero de 2002, un grupo de personas muy cercanas al trabajo de Lepratti decidió salir a la calle y comenzar con un intenso pedido de justicia. Fue en el marco de un carnaval organizado en barrio Ludueña, territorio donde Pocho vivía y realizaba su labor social. La alegría típica de los carnavales, con música, murgas y baile, se mimetizó entonces con el dolor de una pérdida, dándole forma así a una herramienta que doce años después, se mantiene vigente. Durante los días 25, 26 y 27 de febrero tendrá lugar en la plaza de Larrea y Vélez Sarsfield la decimotercera edición de este carnaval.
"Los primeros años consistieron en un pedido de justicia. Había una mezcla de tristeza y alegría, nos juntábamos a llorar, teníamos bronca y digna rabia, como dicen los zapatistas", cuenta Lucas Villca, un joven de Ludueña que pertenecía a uno de los grupos con los que Pocho Lepratti realizaba distintas labores, y que hoy forma parte del Bodegón Cultural en la casa donde vivió el militante social. Con el correr de los años, la organización del carnaval se expandió, como también creció la convocatoria de las jornadas que empezarían a ofrecer talleres de diversos ejes, además de las clásicas actividades.
A este fenómeno de expansión, Villca lo relaciona al impacto que generó la noticia de la muerte de Lepratti en los distintos ámbitos donde el militante participaba. "Por eso la gente de distintas organizaciones del país, que íbamos conociendo en los seminarios de formación teológica y en otros espacios, se fueron acercando al barrio. En el 2005 salió el tema de León Gieco y eso hizo que la historia se hiciera masiva en todas las clases sociales", resalta Villca.
De la mano con esa masificación, comenzó a generarse un sentido de pertenencia vinculado a la conciencia política respecto del asesinato de un militante social y de distintos sucesos que afectan en plano general a los barrios populares. Por este motivo, ya hace varios años que el carnaval es organizado durante todo enero y febrero con la participación de distintas agrupaciones barriales. Refiriéndose a esto, María Victoria Cattáneo, integrante de Marea Popular y parte de la organización del carnaval, destaca: "Es importante generar instancias de encuentro y construcción verdaderamente colectivas. El carnaval se hace en Ludueña pero excede al barrio, porque históricamente ha convocado al encuentro de compañeros que nos seguimos vinculando en otros espacios".
Consigna y alegría
Como en cada verano desde aquel inicial en el 2002, durante febrero se comienza a palpitar una nueva edición del Carnaval Cumpleaños de Pocho. Esta vez, con su recuerdo a flor de piel pero así también con la presencia de otras denuncias que fueron apareciendo en escena. En cada reunión en la que los organizadores preparan el carnaval, se trabaja sobre la consigna que será el eje de las jornadas y a partir de la cual tomará fuerza la denuncia que formalizarán en comunicados desde el escenario y diversas actividades. "El carnaval comenzó a acompañar otras luchas actuales, contextualizamos y formamos una posición política de lo que está pasando en el barrio o en el país. Nos dimos cuenta que el carnaval es un medio de comunicación, donde podemos difundir lo que está pasando en el barrio porque a nosotros no nos dan espacios en cualquier lado", remarca Villca.
En el 2013, la consigna estuvo relacionada al asesinato de la militante cristiana Mercedes Delgado, que trabajaba en el Centro Comunitario San Cayetano y fue víctima en un enfrentamiento entre bandas narcos en barrio Ludueña. A partir de este hecho, otros sucesos similares tuvieron lugar a lo largo de todo el año, con 256 muertes, en muchos casos relacionadas al negocio del narcotráfico y sus consecuencias. Esta problemática se expandió de tal manera que alcanzó a tener como víctimas principales a los más jóvenes, que terminan trabajando en kioscos de venta de drogas, o siendo asesinados por distintos motivos siempre relacionados a la actividad del narcotráfico, a las consecuencias del consumo o al gatillo fácil por parte de las fuerzas de seguridad. "Tiene que ver con el carácter de denuncia del carnaval. La consigna de este año surge después de repasar las pérdidas, asesinatos y dolores que tuvo el 2013, caso que no cambió este año si contamos las muertes que hubo hasta ahora", afirma Cattáneo vinculando la consigna al conflicto que continúa en estos días, con 57 homicidios dolosos y un promedio que supera un crimen diario.
"Alto Carnaval, celebrando la vida. Jóvenes rebeldes con alegría", reza en esta oportunidad la frase insignia. Rodrigo "Bichito" Gauna, otro referente del barrio que formó parte de los grupos de Pocho Lepratti y que hoy también trabaja en la organización del carnaval, lleva consigo una foto con algunos de los adolescentes asesinados en el barrio y suele repetir: "Los chicos son la magia hecha realidad y somos nosotros, los adultos, los magos que los hacemos desaparecer". Bichito insiste en que no hay que naturalizar esta situación porque "la muerte de los pibes no es algo natural sino que es algo perverso". Villca, por su parte, sostiene que la urgencia de esta situación necesita de un urgente compromiso político y apunta a la Secretaria de Seguridad Comunitaria de la provincia y su rol en los barrios: "Hacen trabajos de recreación con los pibes, son gente de otro lado que vienen a imponer criterios elaborados en otros territorios, pensados de otra manera y por otra gente, y ahí se pierde el concepto de seguridad comunitaria. Hay mucha incompetencia, porque podrían hacer algo más involucrado".
Así también, tal como lo pronuncia la consigna del carnaval, un pilar fundamental en estos tres días es la alegría como herramienta para enfrentar el dolor. "La alegría es un motor fundamental para poder seguir, para poder dar pelea. Hay que preservarla y tratar de multiplicarla generando encuentros, es fundamental para poder transformar esta sociedad en una más justa", admite Cattáneo. Acerca de esto, Villca agrega: "Con todo lo que está pasando, o te morís de tristeza o afrontás esto con rebeldía y alegría para poder laburar mejor". En el mismo sentido, el joven recuerda al Pocho y destaca como una de sus virtudes que quedaron presentes a la alegría en momentos complicados: "Afrontaba las situaciones de otra manera, tenía una sonrisa bárbara. Estaba convencido de que triste no se puede laburar, de que hay que hacerlo contento así es menos duro y se disfruta".
Por otro lado, el ejercicio de la memoria que da vuelta por los tres días de carnaval nunca perdió la esencia relacionada al pedido de justicia por Pocho Lepratti. "Señalamos a Carlos Reutemann como responsable político de su asesinato, no hay que olvidar a los que hicieron mierda el país y son culpables de muchas muertes. La denuncia es una esencia del carnaval que no se tiene que perder, remarcando lo que pasó en el 2001 y lo que nos afecta ahora", sentenció Villca.
Organización colectiva y la intensidad del carnaval.
Durante las reuniones de organización previa al carnaval, los participantes conforman las comisiones de trabajo que servirán para que todos y todas tengan una función y sean imprescindibles en el desarrollo de los tres días. Así, dividen las tareas en comisiones de barrio, alojamiento y comida, balance, escenario y bandas, limpieza, seguridad comunitaria, remeras, murgas, talleres, finanzas, y comunicación.
También, desde la organización, saben que cuentan con el plus del vecino del barrio que desinteresadamente suele colaborar. "En un principio nos trataban de locos porque festejábamos un cumpleaños sin el cumpleañero, pero con el paso del tiempo el vínculo fue mejorando, y hoy vemos que se preocupan por darnos una mano cuando nos falta algo, desde agua caliente para los mates hasta el baño cuando no están habilitados los químicos", destaca Bichito. Además, la participación colectiva se extiende hacia los vecinos del barrio que aprecian en los tres días del carnaval un nuevo espacio de trabajo, y sobre el cual establecen su propio negocio ambulante de venta de comida y bebidas.
De esta manera se fue construyendo la nueva agenda del carnaval que hoy presenta una amplia grilla de actividades. Durante el martes 25 comenzará la jornada a partir de las 10 con pintadas, talleres de animación a la lectura y al arte, de memoria, de hip hop y de armado de cajón peruano. Además se realizará un torneo de fútbol, y durante la tarde y la noche actuarán distintos músicos populares entre los que se encuentran Jorge Fandermole, La Semilla y Varón. El miércoles 26 se realizarán talleres de máscaras para niños y niñas, de música, de memoria y una charla sobre acceso gratuito a tratamientos y derechos de usuarios de drogas, en tanto continuará el torneo de fútbol. Asimismo, en el escenario se presentarán murgas y otras bandas entre las que figuran Farolitos y La Pocilga, entre otros. Por último, el jueves 27, la fecha de nacimiento de Pocho Lepratti, se destacará por el clásico desfile de murgas y las bandas que concluirán las jornadas. Además, una vez más se celebrará el cierre con la quema del Rey Momo, momento en que lo colectivo y lo popular se juntan con un ritual histórico a fin de renovar las esperanzas y los deseos que se forjarán en esta decimotercera edición del carnaval de la alegre rebeldía.
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