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domingo, 2 de febrero de 2014

Las pintadas de Newell’s y Central se tornaron incontrolables en las calles de Rosario

Desde que hace un año la intendenta Mónica Fein pronunció la frase: “La dirigencia (de Newell’s y Central) no puede mirar para el costado, tiene que hacerse cargo”, nada cambió.
.La Capital | 
Las pintadas de Newell’s y Central se tornaron incontrolables en las calles de Rosario

 Desde que hace un año la intendenta Mónica Fein pronunció la frase: “La dirigencia (de Newell’s y Central) no puede mirar para el costado, tiene que hacerse cargo”, nada cambió. Al contrario, las pintadas con los colores e inscripciones de ambos equipos recrudecieron como si fueran una respuesta burlona ante un panorama crítico que ya está muy lejos del folclore del fútbol. La terminante referencia pareció quedar en el olvido incluso de las mismas autoridades municipales y policiales en una ciudad que presenta un fenómeno que no se da en otras y que está en el momento de mayor descontrol, a pesar de los supuestos controles y convocatorias a la convivencia.
   Los destrozos con pintura que se dan en todos y cada uno de los distritos y barrios de Rosario no le dan tiempo ni siquiera a los nuevos emprendimientos, espacios verdes y otras construcciones de cualquier tipo. Las flamantes paredes divisorias de los carriles de la avenida de Circunvalación (que está siendo remodelada) ya están completamente decoradas, a lo largo de cientos de metros, de rojinegro y auriazul. Y los modernos canteros de Puerto Norte no se salvaron de la impronta canalla al igual que un enorme sector de La Florida, sólo para citar algunos ejemplos.
   Y ni hablar de las paredes y ventanas de las viviendas particulares, edificios de propiedad horizontal e instituciones de todos los rubros imaginables, aparte de las columnas de alumbrado, de electricidad o telefonía, cordones, calzadas, veredas, mármoles, quioscos de flores y de diarios y revistas, señalética de tránsito, troncos de árboles, contenedores, cestos de residuos, refugios del transporte, semáforos, monumentos, esculturas, guardarrails, puentes, túneles, tableros, demarcaciones verticales y horizontales, y, como una ironía del destino, hasta las mismas cámaras de viodevigilancia.
  
Vinculación. El descontrol ya se adueñó de la ciudad. Los responsables no aparecen y los clubes niegan vinculación alguna mientras los funcionarios provinciales y municipales prometen acciones que hasta el momento no se concretan.
   ¿De dónde sale el dinero para pagar tantos litros de pintura, un elemento de alto costo que tampoco quedó excluido de los vaivenes inflacionarios? No existen respuestas. En cambio sí se sabe que se utilizan cantidades astronómicas y que, evidentemente, se consigue el financiamiento necesario.
   Por lo pronto, el secretario de Control de la Municipalidad, Pablo Seghezzo, prometió aportar “toda la información para que la Justicia posea los elementos necesarios para identificar y juzgar a quienes entregan la pintura, colaboran con la logística y cometen estos actos de vandalismo”.
   Mientras, a los espacios que segmentan la ciudad de acuerdo a la cercanía con cada cancha se suman otros territorios en disputa, donde el mobiliario urbano muestra capas y capas superpuestas en rojo y negro y azul y amarillo. Es que se producen guerras entre las hinchadas para ver qué colores terminan quedándose con uno u otro lugar.
   Y no sólo eso, un video publicado en youtube muestra cómo fueron incendiadas paredes con los emblemas del club del parque Independencia por parte de hinchas del de Arroyito mostrando un vandalismo extremo (http://www.youtube.com/watch?v=-DrSZ8TDHzw). Aunque evitando identificarse, varios vecinos contaron que fueron testigos de peleas entre los vándalos por las noches, quemas indiscriminadas e incluso observaron grupos salir con pintura de las instalaciones de las entidades deportivas en cuestión.

Según un relevamiento difundido a fines de 2012 por la Asociación Amigos del Parque Independencia había más de 500 puntos “críticos” distribuidos por toda la ciudad. También ese número quedó corto ante el grave panorama.

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