lunes, 23 de diciembre de 2013

SANTA FE, Recapturaron al presunto asesino del comerciante Carande

Raúl Sandoval, de 34 años, se había escapado de la Seccional 2da durante el horario de visitas. Autoridades de la UR1 ordenaron un sumario al personal de guardia. Tras una intensa búsqueda fue recapturado.
El Litoral | 
Recapturaron al presunto asesino del comerciante Carande

 Raúl Sandoval, de 34 años, y acusado de matar a quemarropa a Sergio Carande, frente a su hija durante un asalto en un comercio de Barrio Candioti, se escapó de la Seccional 2da. de nuestra ciudad, y fue recapturado horas más tarde en Blas Parera al 9000, según informó la policía.

Sandoval habría aprovechado el horario de visitas en la Seccional, para escaparse.

Autoridades de la URI ordenaron inmediatamente un sumario para todo el personal que se encontraba de guardia en el momento.

En defensa de su hija

En junio de este año, Sergio Carande estaba acomodando las botellas de una flamante vinoteca que el había construido con su manos. Era una noche fría y lluviosa.

Eran cerca de las 20 cuando un sujeto se paró delante de la puerta. A la hija de Carande no le gustó la cara de este supuesto “cliente”. Por eso no le abrió la puerta.

Pero Sergio era un “buenazo” empedernido.

“Abrile”, le dijo a su hija. “No ves que hace frío y está lloviendo”, dijo el comerciante sin imaginar que estaba firmando su sentencia de muerte.

Apenas ingresó al local el sujeto apuntó con su arma a la cabeza de la hija de Carande, que estaba junto a la caja registradora.

Comenzó a gritar “esto es un robo... dame la plata”.

Al ver a su hija en real peligro, Carande salió desde la vinoteca y fue al encuentro del delincuente. El comerciante se mostró levantando sus brazos, en claro gesto de indefensión.

Entonces el ladrón dejó de apuntarle a la jovencita y ahora encañonó a Carande. Le apoyó el cañón del arma a la altura del vientre.

Fue entonces cuando Carande se jugó entero. Manoteó el arma del delincuente aunque en dicha acción recibió un disparo que lo impactó de lleno en el vientre.

Herido y todo se apoderó igual del arma a la que le abrió el tambor. Los proyectiles cayeron al suelo.

Carande murió con uno de sus objetivos cumplidos: desarmó al malviviente.

Concretada la demencial acción su autor escapó a la carrera. Luego se supo que un Ford Escort, con dos sujetos a bordo, lo juntaron en inmediaciones de la cervecería.

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