lunes, 16 de diciembre de 2013

SANTA FE, El Intendente José Corral: "El poder político ya no es cómplice de las mafias que hay en la ciudad"

El Intendente José Corral habló de los violentos hechos que conmovieron a los santafesinos este año: el conflicto de la Uocra y el de los boliches, el accionar de bandas narcos y las muertes de inocentes por balas perdidas. Aseguró que es necesario hacer una “reforma policial profunda”, para lo cual reclama más participación del municipio. Anunció un accionar inmediato en Alto Verde para decirle “basta a los tiros”.
El Litoral | 

 El sindicalismo y la Uocra. Droga y bandas narcos. Boliches y negocios en la noche. Fútbol y barrabravas. Los vínculos con “malos policías”. Un cóctel que este año puso en peligro la convivencia ciudadana, derivó en atentados contra las máximas figuras del poder político de Santa Fe, y mató a inocentes.
Al hacer el balance del año, José Corral abordó con El Litoral esta preocupación. De él, como jefe de una ciudad con altos índices de delito y homicidios, y de todos los santafesinos, como vecinos atemorizados por los reiterados hechos de violencia y la huelga policial de la semana pasada.
El accionar municipal para prevenir la inseguridad es, sin dudas, limitado. Pero desde sus primeros días al frente de la intendencia, Corral defendió la bandera de que todo lo que sucede en la ciudad que gobierna debe ser de su incumbencia. Por eso, decidió duplicar para el año próximo el presupuesto del área de seguridad, para comprar móviles, cámaras y equipamiento tecnológico, y así hacer un aporte a la paz social.
—En función de todo lo que pasó este año en la ciudad, ¿pensó en reforzar a la Guardia de Seguridad Institucional municipal?
—Queremos que cuente con dispositivos que permitan tener mejor información y más posibilidades de intervenir. Las leyes provinciales no nos permiten tener policías municipales con armas, pero durante los casi cuatro días de conflicto policial, las cámaras, la guardia de seguridad y nuestros móviles eran lo único con que la ciudad contaba para articular con Gendarmería y Prefectura. A pesar de esto, creo que hay que discutir una reforma policial, y en esa discusión reclamamos una mayor participación y protagonismo de los municipios, por lo menos de las dos grandes áreas metropolitanas que son Santa Fe y Rosario.
—¿Qué demandaría una reforma policial?
—La fuerza de seguridad tiene que tener salario justo, incluso la instancia de discusión salarial, pero de ninguna manera la posibilidad de la huelga, lo cual pone sobre la mesa la necesidad de una reforma policial muy profunda, porque evidentemente la institución no está adecuada a los conflictos de la época y a las nuevas necesidades de seguridad que tiene la sociedad. Y creo que en el fondo hasta todos los buenos policías quieren una institución más profesional, más moderna y preparada.
—¿Qué lectura hace del conflicto policial de la semana pasada?
—Lo primero que hay que decir es que no hubo que lamentar víctimas personales y todo lo material es reparable. Pero hubo una situación de tensión, de desconfianza y de rotura de la convivencia, que va a llevar mucho tiempo recomponer y que de ninguna manera está justificado, porque una discusión salarial no debe afectar la convivencia. Pienso, por ejemplo, en los esfuerzos que hicimos durante años por el desarme y lo difícil que es ahora convencer a un comerciante o a alguien que estuvo desprotegido durante casi cuatro días, de que las armas provocan accidentes y que el Estado es el que debe brindar seguridad. En ese aspecto el conflicto nos hizo retroceder.
—Este año ocurrieron graves hechos de violencia y delito, que se tradujeron en reiterados reclamos de justicia en la calle. Incluso usted fue blanco de un atentado hace ocho meses, que aún no se ha esclarecido. ¿Cómo cree que repercute esto en la ciudadanía y cómo evalúa el accionar de la Justicia?
—Me imagino que genera mucha preocupación, porque si no se resuelven casos tan graves como el atentado a la casa del gobernador o al intendente, qué queda para el vecino de a pie. Pero confío mucho en la Reforma Procesal Penal, que en febrero va a comenzar a funcionar porque la Justicia tiene una oportunidad, con el Ministerio Público de la Acusación y la posibilidad de investigar y acusar penalmente, de llevar adelante una política criminal para que haya menos impunidad. En Santa Fe hay niveles de violencia y de homicidios que se mantienen altos, y que a diferencia de Rosario no han crecido. Pero también hay niveles altos de no resolución de estos casos, lo que significa impunidad, con prófugos que han sido autores de nuevos hechos, lo cual genera un espiral de violencia, en el cual todos tenemos que colaborar: la Policía con una institución más profesional y la Justicia con el nuevo sistema procesal penal que va a lograr mejorar mucho su necesaria intervención.

—Un conflicto que ha tenido muchas repercusiones en el clima social de este año es el de la Uocra, con cortes de calle, paralización de obras y enfrentamientos armados. Incluso parecería estar ligado a la muerte de la niña Serena M. en Regatas. ¿Qué piensa de estos hechos?
—En los hechos del último año se observa la conexión de la violencia de ciertos grupos sindicales, que todo el mundo sabe que están armados y tienen fuerza de choque, con las barrabravas del fútbol, con los narcotraficantes o ciertas economías del delito, con las situaciones de los boliches y de la noche, con otra muerte en el bar Fiji. Y ahí hay algunos vínculos con malos policías que también han saltado a la luz en muchos casos.
—¿Por qué cree que son más visibles este año?
—Probablemente porque ya no cuentan con apoyo político; el poder político en la provincia y en la ciudad no es cómplice de esas mafias que existen desde hace muchos años en la ciudad y tienen que ver con las situaciones más graves de violencia, de delito e inseguridad. No hay en el gobierno de la ciudad ni en el provincial quién los encubra, lo que probablemente antes ocurría. Pero tenemos una situación de violencia que deberíamos bajar porque sigue siendo alta. Sin embargo, ahora está transparentada la discusión de los vínculos con ciertos sectores de la Policía.
—¿Qué aporte hace el municipio en esto?
—En ningún caso hemos sido cómplices, por el contrario, hemos aportado al ordenamiento de la noche, a la organización de los espectáculos deportivos. Incluso a veces, porque no nos queda otra, la propia denuncia pública en boca del intendente de muchas de estas situaciones, como el tema de la Uocra que llegamos a plantearlo con toda claridad para que intervenga la Justicia. Todos tenemos que decir basta a las mafias. Por supuesto que es una decisión que tiene que encabezar el gobierno y es público y notorio que el gobierno de la ciudad no tiene ningún compromiso con estas mafias; por el contrario, lo vamos a denunciar cada vez que haga falta y le vamos a poner el límite, en la medida que esté a nuestro alcance. Pero es una decisión que tiene que tomar la ciudad en su conjunto.

 
“Basta de tiros” en Alto Verde
  • En Alto Verde los tiroteos son constantes. Lo dicen los vecinos y lo escuchan en forma permanente desde la costa de enfrente. Y este año las balas perdidas en ese distrito se cobraron al menos tres vidas inocentes: a principios de año murió un empleado municipal, Hugo Uriarte, mientras tomaba mate en su casa; el 20 de septiembre le tocó a Antonella Portillo, de 19 años. Y hace unos días, a la pequeña Serena.
—¿Qué tipo de intervención puede hacer el municipio para cambiar esta situación?
—Estamos organizando una acción para terminar con los tiroteos, por lo menos en los lugares donde es tan frecuente como en Alto Verde, un distrito que no tiene muchas entradas y salidas, de gente tranquila, de familias que viven ahí hace muchos años y hay unos pocos individuos que provocan este tipo de situaciones. Lamentablemente, cuando la gente no tiene otra manera de actuar lo que hace es esconderse. Por eso tenemos la idea de acordar con el Ministerio de Seguridad un dispositivo para que ante la primera denuncia que reciba el 911, se generen una serie de acciones de seguridad con Infantería y la Policía para poder terminar inmediatamente con eso y que no haya víctimas inocentes. Esto es algo inaceptable. Estoy muy preocupado por el tema y estamos tratando de tomar alguna medida en conjunto con el ministerio.
Teníamos prevista una reunión para el lunes pasado que tuvimos que suspender por el conflicto policial. Pero la vamos a hacer para organizar en lo inmediato una primera experiencia en Alto Verde, para tratar de pasar una fiesta sin tiros. La consigna sería “Basta de tiros”; no hay que vivir como natural que haya tiros, es un delito grave y ya vimos que termina con la vida de inocentes. Y así como la muerte de Marcelo Giménez (el limpiavidrios) nos llevó a intervenir con consecuencias positivas en el tema de los niños y adolescentes en la calle, la muerte de Serena y de este empleado municipal tienen que significar un antes y un después, y que nunca más tengamos que lamentar este tipo de hechos por el enfrentamiento de dos bandas.

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