viernes, 2 de agosto de 2013

“La justicia interpreta mal las pruebas existentes”-Así lo señaló el ex Jefe de la Policía de Santa Fe, Hugo Tognoli

Así lo señaló el ex Jefe de la Policía de Santa Fe, Hugo Tognoli, quien este jueves volvió a los tribunales rosarinos para ampliar su declaración indagatoria ante el Juez Federal Marcelo Bailaque. “Me atribuyen hechos que no son correctos, interpretan mal las pruebas y en mi perjuicio dejan de lado, como si no existiesen, aquellos elementos probatorios que me benefician y demuestran la veracidad de lo ocurrido”, dijo Tognoli.

“La justicia interpreta mal las pruebas existentes”
     Cuatro meses y medio después de haber quedado detenido por su presunta complicidad con narcotraficantes del sur provincial, el ex jefe de la policía santafesina Hugo Tognoli volvió a los Tribunales Federales. Fue a su pedido y para ampliar su declaración indagatoria ante el nuevo juez de la causa, Marcelo Bailaque, quien se hizo cargo del expediente después de que la Cámara de Apelaciones aceptara la recusación de su par Carlos Vera Barros.

    Durante más de cuatro horas, el comisario desgranó un escrito de 38 carillas hecho junto a su defensa en el cual explica sus responsabilidades al frente de la ex Dirección de Drogas Peligrosas y se desligó de todas las acusaciones que lo tienen tras las rejas desde marzo pasado.

    “Me atribuyen hechos que no son correctos, interpretan mal las pruebas y en mi perjuicio dejan de lado, como si no existiesen, aquellos elementos probatorios que me benefician y demuestran la veracidad de lo ocurrido”, dijo palabras más o menos Tognoli, quien estuvo acompañado por su abogado, Carlos Edwards, y ante el juez Bailaque y el fiscal subrogante Federico Reynares Solari. Asimismo, el comisario volvió a remarcar que la situación que está atravesando “es una farsa que destruyó mi carrera, mi persona y mi familia”.

    El 21 de octubre del año pasado el diario Página/12 dio a conocer una investigación de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que vinculaba al entonces jefe de la policía santafesina con los negocios realizados por Carlos Andrés Ascaíni, un sindicado narco de la localidad de Villa Cañás. Para imputar al comisario, los pesquisas se aferraron a mensajes de texto entre terceras personas y la información que recibió Ascaíni de parte de la policía provincial después de haber averiguado que dos autos que lo seguían eran de la PSA. Dos días después de esa publicación Tognoli fue apresado, pero recuperó la libertad días más tarde y recibió un falta de mérito del juez Carlos Vera Barros. Entonces la fiscal Liliana Bettiolo fue reemplazada por su par Juan Patricio Murray y éste apeló la medida.

    En marzo fue revocada la falta de mérito y Tognoli volvió tras las rejas acusado de ser parte de una “empresa criminal conjunta” dedicada a la comercialización de estupefacientes de la cual participaban al menos otros dos policías, el comisario Néstor Fernández y el cabo Carlos Alfredo Quintana (ambos procesados pero en libertad) y el mencionado Ascaíni. Tras la apelación del fallo, en mayo la Cámara Federal de Apelaciones ratificó el procesamiento con prisión preventiva del ex jefe de la policía santafesina aunque desestimó la figura de “empresa criminal conjunta”.

    Los camaristas le imputaron ser partícipe primario de la comercialización de estupefacientes agravado por su condición de funcionario público y también confirmaron el procesamiento que pesa sobre Ascaíni, Fernández y Quintana. Asimismo, la Cámara aceptó la recusación planteada contra el juez federal Carlos Vera Barros por “prejuzgamiento” por lo que la causa pasó a manos de su par Marcelo Bailaque.

    Así,Tognoli tuvo la oportunidad de hacer su descargo defensivo pero ante el nuevo juez.

    Sus argumentos volvieron a centrarse en los que mantiene desde el mismo día de su detención: que la clave otorgada por el Registro Nacional de la Propiedad Automotor para averiguar la pertenencia de los vehículos que seguían a Ascaíni sólo le servía al usuario (el comisario Fernández), quien era responsable de la misma; que él no podía ingresar a ese sistema por carecer de clave y que sólo respondía ante el Registro por la cantidad de consultas realizadas pero no por el contenido de las mismas; que nunca conoció a Ascaíni por lo que no pudo favorecerlo; y, entre otras cosas, que quien avisó a Ascaíni de quiénes lo seguían fueron los efectivos de la comisaría de Villa Cañás (el cabo Quintana) donde trabajaba también un cuñado del supuesto narco.

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