jueves, 8 de agosto de 2013

ROSARIO: "Esto fue una carnicería, no se puede morir por el descontrol, no se muere la gente así"

Desgarrador testimonio de Miguel, un vecino de uno de los edificios de la zona de Salta y Oroño.

 Mientras siguen los trabajos de rescatistas y bomberos en el edificio de Salta al 2100 que se derrumbó tras una explosión de gas, se suman los testimonios de los vecinos afectados por la tragedia.
Uno de ellos es Miguel, un hombre que desde hace 30 años vive en el segundo piso de uno de los edificios ubicado enfrente de la zona del desastre. Entre lágrimas, brindó ante los medios presentes en el lugar un desgarrador testimonio de lo vivido.
"Me salvé porque fui a buscar la radio a la habitación, pero escuchás gente de grandes empresas que se quiere lavar las manos de todo. Cuando escucho la explosión y veo que caen vidrios, me voy a la pieza de mi hija que estaba bañada en vidrios. Me corto los pies, saco a una perrita chiquita en brazos y veo a la mujer del cuarto piso que la encuentro en medio de la escalera perdida, porque después de una explosión viene una bruma y viene un silencio que te destroza".
"Perdí todo, no hay nada, nos quedamos sin nada", repitió una y otra vez el hombre, quien es personal retirado de las fuerzas de seguridad.
Miguel opinó además de  los dos detenidos que hay en la causa: el gasista y su ayudante, quienes anoche declararon en Tribunales provinciales: "El gasista y el ayudante ya lo dijo el juez y los fiscales: ellos van a entrar en un estrago culposo ¿Y los muertos y los heridos en qué entramos? En la nada. Esto es Kosovo".
El vecino damnificado por la tragedia también cargó contra las respuestas brindadas hasta ahora por Litoral Gas, la empresa concesionaria de la prestación del servicio en la provincia: "Vos escuchás al jede de relaciones públicas de Litoral Gas que levanta los brazos y te dice: la verdad es que yo no sé, nosotros vamos, revisamos y si está todo bien mandamos un gasista matriculado. Inspecciona y ya está. Y que Dios te ayude. No los instruyen desdes el años 88. Entonces esto es un descontrol".
"No pudimos ni entrar (a la casa), porque aparte no queda nada. Perdimos todo. Treinta años hace que vivo ahí. Treinta años de gente muerta que vive ahí".
Miguel describió lo vivido como "una carnicería, porque ahí hay más gente muerta, hay vecinos muertos. Nosotros somos clase media, laburantes. No podemos morir así, no podemos morir por el descontrol, no se muere la gente así, lo jóvenes no se mueren así", agregó indignado el vecino.

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