Lo apuñalaron dos jóvenes tras guardar el vehículo de la empresa el viernes a las 21.30. Tenía 43 años y vivía en Villa Gobernador Gálvez. Herido, pidió ayuda a los vecinos.
La Capital |
José Encina, un operario de 43 años, encontró la muerte al resistirse a un robo en Barrio Ludueña. A las 21.30 del viernes el hombre guardó su vehículo de trabajo en un galpón de la esquina de Ludueña y pasaje Madrid, y fue interceptado por dos maleantes que le robaron dos celulares y una billetera, En un primer momento Encina intentó una resistencia, por lo que le asestaron varias puñaladas y golpes de puño. Fue trasladado con fuertes heridas al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez y allí murió ayer a mediodía, luego de agonizar 16 horas. Vivía con su familia en Nogués al 500 de Villa Gobernador Gálvez.
“Cuiden a mi mujer y mis hijos”, murmuró Encina mientras estaba en el piso, luego de recibir las heridas que le provocarían la muerte. El hombre se mantuvo lúcido en todo momento y preguntó a quien lo socorría si le habían robado las llaves del galpón y si no había nadie más en problemas. Consciente y mal herido fue trasladado al Heca, donde llegó cerca de las 22 y fue internado en terapia intensiva.
La secuencia de los hechos quedó registrada por medio de una cámara de seguridad de una vivienda vecina al galpón. El registro indica que la víctima bajó del auto y abrió el portón de la estructura, que abarca casi toda la ochava, cerca de las 21.15. Acomodó sus herramientas de trabajo y salió por la misma puerta. La estaba cerrando cuando se aproximaron dos hombres jóvenes caminando. Encina entonces intentó reingresar al galpón pero los intrusos lo forzaron a salir: se detuvieron ante el portón, entraron por unos segundos al tinglado y de allí sacaron al trabajador a la fuerza.
Según comentaron quienes tuvieron acceso al video, ya que están en poder del juzgado, las imágenes muestran que los dos delincuentes, de mediana edad y con gorritas que les cubrían parte del rostro, penetraron al galpón y miraron hacia adentro. Se supone que observaron la cámara de seguridad que está emplazada en el tinglado y toma vistas panorámicas del lugar. Ante esto, y para evitar ser identificados, arrastraron a Encina al portón y allí lo saquearon. Pero no se percataron de la segunda cámara.
El operario se resistió bruscamente al robo y tras aplicar unos golpes de puño a uno de los maleantes, recibió varias puñaladas, según se aprecia en la filmación. Herido pero lúcido Encina caminó hacia la izquierda y tropezó en los escasos metros, no más de cinco, que lo separaban de la casa vecina al galpón. Tocó la puerta para pedir ayuda, pero como nadie salió volvió sobre su reguero de sangre y cayó al piso. Fue entonces que una vecina se acercó y le brindó auxilio.
Desaliento. José Encina era casado y padre de dos chicos. Durante un tiempo trabajó en obras y actualmente se desempeñaba en una empresa de control de plagas situada en Pasaje Madrid 45 bis. “Era una muy buena persona, trabajador y buen padre. En la empresa estaba anotado y con todas las condiciones legales, como los seguros exigidos, pero ahora, de que sirve”, se lamentó Marisa, allegada a la empresa.
El hombre atacado trabajaba allí desde junio del año pasado. La policía verificó, como se hacer por rutina, si tenía prontuario. Surgió que no tenía antecedentes penales de ningún tipo. “Era un excelente muchacho. El barrio está muy difícil, en los últimos meses hubo al menos cinco robos, sin ir más lejos la semana pasada balearon a otro muchacho acá a la vuelta cuando salía de un cumpleaños”, dijo una vecina.
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