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viernes, 18 de enero de 2013

Un helicóptero y 700 policías para el regreso del clásico sin visitantes entre Newell's y Central


Setecientos policías y un helicóptero custodiarán pasado mañana el regreso del clásico entre Central y Newell’s que se jugará en el Gigante sin hinchas visitantes.
La Capital | 

Un helicóptero y 700 policías para el regreso del clásico sin visitantes entre Newell's y Central
El operativo de seguridad se terminó de definir anoche tras una extensa cumbre en Tribunales en la que policía, provincia, municipio, clubes y autoridades judiciales bajaron un claro mensaje: los encuentros deben jugarse en paz y debe cesar la escalada de violencia de los últimos días. Como “gesto” adicional se acordó que la dirigencia visitante concurra al estadio del local donde se dispute el partido, junto a altos funcionarios políticos municipales y provinciales.
   Tras otro día agitado, al caer la noche hubo fumata blanca. Y después de casi tres años, auriazules y rojinegros volverán a verse las caras. Será en un amistoso sin hinchada visitante, con un inusual despliegue policial: 500 efectivos en el Gigante, otros 200 en distintas zonas de la ciudad y un helicóptero que sobrevolará la cancha y sus adyacencias.
   Los detalles del operativo se habían dado a conocer a media tarde. Pero la confirmación de los encuentros y la letra fina de la movilidad de los equipos se terminó de acordar en el despacho de la jueza Alejandra Rodenas, quien convocó a los dirigentes de ambos clubes, provincia y municipio a su oficina de feria.
   La foto que produjo el cónclave fue todo un acontecimiento: fue la primera vez desde que se anunció la realización de la Copa Nuevo Banco de Santa Fe que los dirigentes de Newell’s y Central se sentaron en la misma mesa con autoridades policiales, provinciales, municipales y judiciales para restarle dramatismo a los choques y definir la modalidad de disputa de los partidos.
   Los primeros en llegar fueron los policías: el jefe de la Unidad Regional II, Walter Miranda y el titular de Orden Público, Daniel Corbelini. Luego arribaron el ministro de Seguridad provincial, Raúl Lamberto, el secretario de Gobierno municipal, Fernando Asegurado y el subsecretario de Prevención y Seguridad Ciudadana, Luis Baita.
   El vicepresidente de Central, Rubén Fernández, hizo lo propio minutos después de la hora pactada. Todos subieron al primer piso de tribunales. Faltaba la dirigencia de Newell’s y corría peligro el “éxito” de la cumbre. A los diez minutos llegó el presidente rojinegro, Guillermo Lorente, para tranquilidad de la jueza y de los funcionarios.
   La reunión comenzó con una extensa exposición de la magistrada, quien hizo hincapié en la necesidad de “controlar la pasión” y de trasmitir a la sociedad un mensaje claro: el clásico es parte de la identidad de la ciudad, debe jugarse de acuerdo a lo programado pero sin tensión y sin poner en riesgo a todo Rosario.
   Luego, Lamberto y los jefes policiales dieron precisiones sobre el operativo de seguridad de este domingo (ver Ovación). Y ratificaron la realización de los partidos, el de pasado mañana en Arroyito y el domingo 27 en el parque Independencia, salvo que ocurra algún hecho de extrema violencia.
   Los dirigentes le bajaron el tono a los cruces futbolísticos y propusieron una variante a la veda de hinchada visitante: sugirieron que los integrantes de la comisión directiva que no sea local presencie el partido en la cancha del rival, junto a las más altas autoridades de la ciudad y la provincia.
   Además, se resolvió que los planteles profesionales sean escoltados por la policía desde su concentración hasta los estadios.
   La reunión culminó a las 21.30. En los vacíos pasillos de Tribunales, ante cámaras y flashes dirigentes y autoridades sellaron la ansiada tregua.

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