domingo, 20 de enero de 2013

STA FE: La historia de un doble crimen que buscó ocultar el ultraje a la inocencia


Desgarrador testimonio del chico de 14 años que trasladó en auto a sus padres agonizantes, luego de que la familia fuera emboscada. El asesinato de un matrimonio en Vera se habría tramado para impedir que denunciara el abuso sexual a su hija de 12 años.
La Capital | 

La historia de un doble crimen que buscó ocultar el ultraje a la inocencia
Hace una semana tres chicos —dos nenas de 11 y 12 años y un varón de 14— fueron testigos del asesinato de sus padres al costado de la ruta nacional 98, que une la ciudad de Vera con la de Tostado, en el norte de la provincia. La familia fue emboscada al filo de la medianoche del domingo último cuando regresaba al campo en el trabajaban como cuidadores. La encerrona sucedió en medio de la oscuridad, cuando uno de los hijos abría la tranquera. Juan Negro Robles, de 39 años, recibió un escopetazo calibre 16 en el abdomen. Graciela Argentina Cabral, de 34, sufrió heridas de bala calibre 38 en la nuca, el cuello y el tórax. Sobrevivió tres días, gracias a que el pibe de 14 años tomó el volante del auto y manejó 32 kilómetros hasta la ciudad de Vera. Cabral murió el miércoles.
Siete días después del doble homicidio, la pesquisa en manos del juez de Instrucción de Vera, Irineo Berzano, tiene dos peones de campo detenidos: Carlos V., de 23 años, y Walter Hugo P. de 24. Ambos están acusados de haber abusado sexualmente de la hija de 12 años de la pareja asesinada. Carlos V. había trabajado hasta diciembre en el establecimiento que cuidaba la familia Robles, y Walter P., en un campo contiguo. El abuso de la nena de 12 años quedó al descubierto con el doble crimen y, de acuerdo a las hipótesis que trabajan los investigadores de la Unidad Regional XIX, con asiento en Vera, sería el móvil del crimen (ver aparte). "Graciela amenazó a Carlos V. con denunciarlo a la policía por haber violado a la hija. Por eso él renunció al trabajo en diciembre y a partir de eso es que tramaron el asesinato", explicó a La Capital Hugo, uno de los mejores amigos de la familia asesinada.
"La hipótesis más fuerte que se está trabajando sobre el doble crimen es que, ante la inminencia de que la familia Robles-Cabral iba a denunciar a los dos detenidos por la violación de su hija, se planeó y se ejecutó el asesinato de la pareja. Pero todavía hay mucho por investigar", comentó ayer al mediodía una alta fuente policial de la UR XIX. "Otro detalle de la pesquisa es que a uno de los detenidos —Carlos V.— se le realizó una prueba de dermotest (para establecer si gatilló un arma de fuego) y dio resultado positivo. Pero en la escena del crimen hubo dos armas diferentes: la escopeta calibre 16 que le robaron a Robles y un revólver. Robles tenía un escopetazo y la mujer impactos de bala. En el lugar no se secuestraron vainas. Eso nos hace presumir, por la rapidez en la que sucedieron los hechos, que hubo más de un tirador", indicó el vocero.
La historia. El sábado 12 por la noche, los cinco integrantes de la familia Robles-Cabral se subieron a su Renault 12 y viajaron hasta la localidad de Santa Felicia, a unos 15 kilómetros de Vera, donde está ubicada una de las cárceles del servicio penitenciario provincial. La familia se instaló en la casa de unos de los hermanos de Graciela. El plan era ver un torneo de fútbol que se jugaba en el lugar. El domingo 13, pasadas las 19, la familia estaba de regreso en su casa. Según el relato que hizo el hijo de 14 años a su tío, "les dieron de comer a los bichos, se bañaron y salieron para la casa de La Gorda Caraballo". El plan era ver el partido de Boca con Racing. La señora Caraballo es otra amiga de la familia, que además tiene un bar a cuatro kilómetros de la vivienda de los Robles-Cabral. La familia estuvo en la casa de la mujer.
Boca perdió 2 a 1. "Cuando el partido terminó, salimos de nuevo para el campo. Yo iba sentado en la parte trasera del auto junto a mis hermanas. Mi mamá y mi papá, que manejaba, iban delante", relató el chico. La tranquera de ingreso al campo donde vivía la familia está ubicada justo en el mojón del kilómetro 32, sobre el costado sur de la ruta 98, a cien metros del pavimento. El auto llegó iluminando la oscuridad de una noche cerrada. Cuando las luces altas del Renault 12 iluminaron la tranquera, el chico de 14 años y una de sus hermanas bajaron para quitar el candado y abrir paso.
"Cuando llegué al portón, escuché unos disparos que venían del lado del acompañante del auto y vi fogonazos", recordó el nene. "Yo y mi hermana teníamos que abrir la tranquera. Apenas el auto se detuvo y nos bajamos, del lado de mi mamá alguien disparó varios tiros contra ella y mi papá", contó. A ese relato, Hugo le agregó que los estampidos dejaron al pibe ensordecido y que las que escucharon todo lo que sucedió fueron las dos nenas.
La familia había sido emboscada. El o los atacantes habían esperado agazapados entre las malezas y los arbustos. La oscuridad y el factor sorpresa le dieron al agresor una ventaja imposible de descontar. "Vi a mi mamá, que estaba herida dentro del auto. Cuando mi papá se bajó para correr hacia el lado del que venían los disparos, cayó herido. Tenía una herida por debajo del brazo derecho. Yo levanté la cabeza y no vi a nadie", dijo el nene en un relato espeluznante.
Robles había recibido un escopetazo en el abdomen y agonizaba. Graciela Cabral tenía heridas de bala en la nuca, el cuello y el tórax. Su cabeza estaba cubierta de sangre. Un cuarto balazo se incrustó a la altura del volante del auto. En medio de esa escena estaban los tres pibes. Eran las 0.30 del lunes.
"Mis hermanas salieron del auto. Entonces miramos a mi mamá, que estaba ensangrentada en el asiento del acompañante. Mi papá quedó tirado entre los yuyales. Como pudimos, lo trajimos con mis hermanas hasta el auto y lo subimos en el asiento trasero.
“Como sé manejar, agarré el volante, dimos la vuelta y nos vinimos hasta el hospital de Vera, donde los médicos nos ayudaron a entrarlo”, relató el chico de 14 años, hijo del matrimonio asesinado, a quien por razones obvias no se identifica por su nombre de pila ni su apodo.
  ¿Cómo es el nene? “Un chico de campo. De pocas palabras, como el padre. Eran muy compañeros ellos. Cuando llegaba de la escuela, el Negro le enseñaba el oficio del campo. Anda a caballo y atiende los animales que la familia cría. Chivos y lechones. Un pibe súper humilde. El relato que hace de lo que vivieron los tres nenes es escalofriante”, explicó Hugo, el amigo de la familia.
  Con su padre muerto y su mamá agonizante, el hijo mayor volvió al campo a la madrugada con el dueño del establecimiento para buscar ropa para sus hermanas. Ahí se dio cuenta de que la casa había sido robada. Faltaba la moto Guerrero 110 negra, una escopeta calibre 16, una caja de cartuchos, tres celulares y un mp5. Al amanecer la moto apareció en el ingreso a Vera, por la ruta 98. La escopeta calibre 16, utilizada para matar a Robles, apareció tirada en el campo, a la altura del kilómetro 27 de la misma ruta.
  “Vera está conmocionada. No es común que pasen estas cosas. La gente está muy enojada con los dos hombres que están detenidos. Son gente conocida. Carlos V. vive a unos 20 kilómetros del campo e iba a trabajar en una moto. No daba el perfil para haber hecho esto. Walter P. es hijo del puestero del campo que está a la misma altura pero del otro lado de la ruta”, relató Hugo. “La gente quiere que los suelten en el pueblo y lincharlos. No hay derecho para hacer lo que hicieron”, remató Hugo, a modo de sentencia.

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