jueves, 10 de enero de 2013

ROSARIO: "No estamos en Sinaloa, pero si seguimos en este camino, lo que pasa en México nos puede afectar"


Así opinó Horacio Tabares, integrante de la organización no gubernamental Vínculos, especializada en la problemática del narcotráfico y adicciones en barrios periféricos de Rosario.
La Capital | 

"Lamentablemente los hemos dejado crecer, han ido engordando. No estamos en Sinaloa, pero si seguimos en este camino, la imagen de lo que pasa en México nos puede afectar. El narcotráfico no es un problema menor. Hay que desarrollar políticas globales. Hay estudios de las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud que hablan del abordaje integral de esas problemáticas donde el narcotráfico es uno de los problemas, el más importante, pero no es el único. Hay que desarrollar políticas preventivas de la salud, de educación para salud, desarrollar actividades clínicas para rescatar a las personas con trastornos por consumo de sustancias y hay que formar recursos humanos para todo esto".
Así opinó hoy Horacio Tabares, representanta de la organización no gubernamental Vínculos, especializada en la problemática del narcotráfico y adicciones en las zonas más humildes de Rosario. El profesional fue consultado sobre un estudio de la Universidad Católica argentina en el que se da cuenta de que siete de cada diez familias de barrios periféricos está atravesada de una u otra forma por el problema de las drogas.
"Quienes recorremos los barrios suburbanos de Rosario, trabajando en estrategias preventivas, tomamos contacto con esta realidad mucho antes que aparezcan en estudios realizados por especialistas. Hemos constatado el peso que las agencias narcocriminales tienen, sobre todo en asentamiento de alta precariedad. Esto genera un aumento de la situación de inseguridad que tiene expresiones en disputas territoriales o asesinatos, y los principales afectados son las personas que viven en estos lugares, que de por sí tienen que soportar la situación inhumana de tener que vivir encondiciones de alta precariedad", opinó Tabares.
El especialista en adicciones consideró que la situación en Rosario es de extrema gravedad y que lo peor es la ausencia del Estado, que no logra articular políticas claras para enfrentar el problema.
"Es una situación de alta complejidad y lo que más nos preocupa es que hay en un sector de la sociedad una mirada sesgada. Hacer esto como un problema de criminalidad o de delito, mientras se olvida el peso que tienen las cuestiones vinculadas con las drogas. Me pregunto cuáles son las estrategias preventivas que articula el Estado a nivel nacional, provincial y municipal para abordar esta oleada creciente de consumo de sustancias psicoactivas", se preguntó.
"En un lugar donde la población vive una situación de desamparo, la figura del narco tiene un cierto atractivo. El narco les ofrece algo que la sociedad no les da a muchos de estos chicos. Les ofrece conchabare como soldaditos para defender un búnker o una cocina de drogas. Les ofrecen tres o cuatro mil pesos mensuales. Además aparece un modelo donde es posible vivir una vida rumbosa, con autos de alta gama y mujeres despampanantes. Y les brinda algo que la sociedad no les brinda a chicos que viven en situación de exclusión, que al decir de un sociólogo americano son la "escoria de la sociedad de mercado": les ofrecen identidad, ser algo. Viviendo en el desamparo, algo les dan. Y el Estado está totalmente ausente. No he escuchado a los gobernantes que se planteen realizar políticas sociales preventivas para resolver la situación que se da en muchos lugares de Rosario. En Rosario hay más de 200 mil personas que viven condiciones infrahumanas en villas miserias. Esta gente que vive en esas condiciones son las víctimas que reciben las cachetadas que plantea el aumento creciente de las agencias narcocriminales", remarcó Tabares.

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